sábado, 21 de febrero de 2009
La Virgen María, la nueva Eva (I)
Ya los primeros Padres de la Iglesia atribuyeron a la Virgen María el título de Nueva Eva, lo que nos lleva a pensar que ya ellos vieron en ella las características propias de la que ha colaborado en la Historia de la Salvación de un modo absolutamente extraordinario.
Comencemos por el principio. El plan de Dios para el hombre era perfecto. Hombre y mujer, Adán y Eva, creados en armonía y colocados en el lugar ideal que todos soñamos para existir.
Y fueron creados puros, sin mancha, sin haber conocido el pecado; es decir, sin el que después conoceríamos como pecado original. Fueron dotados de libertad, pues el que ama no puede restringir la libertad de la persona amada, y el amor del Dios Perfecto tiene que ser necesariamente también perfecto. Por lo tanto, perfecta fue la libertad dada al hombre.
Seres humanos puros, libres para obedecer y amar, inocentes fueron (fuimos) creados. Sólo el pecado dio al traste con este plan. El mal uso de la libertad, la desobediencia, sembró la semilla del mal en el jardín del Edén. Y esa semilla terminó por contaminar todo el jardín, es decir, ese pecado original terminó por propagarse a toda la especie humana.
Todo ser humano quedó herido en su naturaleza e inclinadas sus pasiones al mal a causa de ese pecado. "... Sin embargo, la transmisión del pecado original es un misterio que no podemos comprender plenamente... el pecado original es llamado 'pecado' de manera análoga: es un pecado 'contraído', 'no cometido', un estado y no un acto." (Catecismo, n. 404)
Dios, en su infinita sabiduría, dispuso que para enmendar el error humano, para traernos la salvación, fuera un hombre como nosotros el que nos lo revelara. Pero como el ser humano no es capaz de salvarse a sí mismo, igual que el náufrago necesita del auxilio del que lo rescata, es Dios el que tiene que participar activamente en esa salvación, no como mero espectador.
Ese Hombre Salvador, por tanto, fue un ser humano; pero no cualquier ser humano, sino un Hombre-Dios, compartiendo dos naturalezas en su mismo ser, siendo completo hombre y completo Dios.
Como hombre que era, debía de nacer de una mujer. Y Dios dispuso, preservar a esa mujer del pecado heredado de los padres, del pecado original, para que el mismo Cristo no estuviera en contacto con el pecado y para que no hubiera el menor asomo de duda de que el pecado no pudo haberse propagado a Él.
Entonces, Dios puso una 'barrera de contención'. La Virgen María, la que habría de ser su madre, fue concebida ella misma sin pecado original. Sólo Eva había compartido como mujer ese privilegio con ella.
La Virgen María fue, por tanto, como Eva, una mujer perfecta, una mujer hecha según los planes de Dios que nos cuenta el Génesis. Mentalmente podríamos haber cogido a la Virgen Santísima y haberla trasladado al jardín del Edén que ella lo hubiera ocupado por derecho propio.
Con Adán y Eva, fuimos expulsados por Dios del paraíso, pero con la concepción purísima de la Virgen esa prohibición se levantó para ella. La Virgen ya pertenece a aquella condición humana creada para vivir en el paraíso con su pureza original. Por tanto, quien hubiera de nacer de ella tendría que ser igualmente puro, ya no habría más propagación del pecado original en su línea descendente.
Desde la concepción purísima de la Virgen, el mundo ya no es igual para todos nosotros, de alguna manera. Sigue habiendo muerte, odios, guerras, injusticias, debido a la concupiscencia del pecado original, a la inclinación al mal que nos ha dejado, pero éste ya no reina en el mundo.
Quienes naciéramos de Cristo por el Bautismo, quienes perteneciéramos a la familia de Dios, quienes fuéramos hijos suyos, descendientes de esa misma línea no por la sangre sino por el espíritu, estaríamos igualmente libres del pecado original, se nos perdonaría ese pecado al adquirir la condición de hijos de Dios, es decir, por el Bautismo.
Por esto, el Bautismo nos hace hijos de Dios y libres del pecado original al mismo tiempo.
(Continuará ... La Virgen María la Nueva Eva II)
Enlaces relacionados:
Sobre la Virgen de Guadalupe
La gebirá mesiánica en el Antiguo Testamento
La gebirá mesiánica en el Nuevo Testamento. La Virgen María
Pensamientos (VII)
"La oblación eucarística se llama participación, porque por medio de ella participamos de la Divinidad de Jesús.
Se dice comunión, y lo es realmente, porque por ella comulgamos nosotros con Cristo y recibimos su carne y su Divinidad, y por medio de ella nos unimos y comulgamos unos con otros, ya que, por participar de un mismo pan, todos somos un mismo cuerpo de Cristo, y una misma sangre, y venimos a ser miembros unos de los otros, puesto que somos del mismo cuerpo de Cristo."
(San Juan Damasceno -s. VIII-, Sobre la fe ortodoxa, L. 4 c.13)
Otros enlaces:
Pensamientos (VI): Didajé
Pensamientos (V): Los judíos en el Catecismo de la Iglesia
Pensamientos (IV): Juan Pablo II y la Eucaristía
viernes, 20 de febrero de 2009
Para saber sobre San Marcos
- Conocemos por la tradición que el autor del Evangelio de San Marcos es un tal Juan, por sobrenombre Marcos, primo de Bernabé. Así se cita en Col 4, 10 y en Flm 24. También sabemos que en su casa se refugió Pedro cuando escapó milagrosamente de la cárcel (Act 12, 12). También sabemos que acompañó a Pablo y Bernabé en el primer viaje apostólico (Act 12, 25), pero fue rechazado por Pablo en el segundo como se relata en Act 15, 37-38. Muchos exégetas han interpretado que fue él el joven que huyó del huerto de Getsemaní en la noche de la Pasión, tal y como se narra en Mc 14, 51-52.
- También conocemos que debió pertenecer al círculo muy próximo de discípulos de Pedro, tal y como aparece en 1 Pe 5, 13:"Os saluda la iglesia de Babilonia, partícipe de vuestra elección, y Marcos, mi hijo". Sabemos por el obispo de Hierápolis, Papías, del siglo II que Marcos, "intérprete de Pedro, puso por escrito cuantas cosas recordaba de lo que Cristo había dicho y hecho, con exactitud, pero no con orden. No es que él hubiera oído al Señor... pero siguió a Pedro, el cual hacía sus instrucciones según las necesidades de los oyentes... De una cosa tenía cuidado: de no omitir nada de lo que había oído o de no fingir cosa falsa". San Justino llama al evangelio de Marcos, "las Memorias de Pedro", pues refleja la catequesis oral de dicho apóstol.
- La importancia de este evangelio, por tanto, reside en que procede con mucha seguridad de la predicación apostólica del propio apóstol Pedro. A esto colabora el lenguaje poco elaborado y la yuxtaposición de relatos que inducen a pensar en una escasa elaboración de los relatos reflejando un estadio muy primitivo de la predicación, lo cual ayuda a entender su importancia.
- El análisis del texto confirma que su autor debió ser una persona muy próxima a Pedro, o incluso un familiar suyo, debido a que narra cuidadosamente todas las intervenciones del apóstol, cuidando de evitar toda alabanza hacia él.
- Según la tradición ejercició su apostolado en Alejandría y que fue martirizado hacia el 68 d.C.
- En 828 sus reliquias fueron robadas de Alejandría que serían llevadas a Venecia para cuya custodia se construyó la Basílica dedicada a él.
- En su texto, demuestra el autor que conoce bien las costumbres palestinas; además también utiliza muchos giros aramaicos y semíticos, aunque no se dirige a los judíos, pues explica los términos propios del arameo.
- Se sitúa su composición alrededor del año 60 d.C., siendo el evangelio más antiguo que se escribió, si bien hay escritos neotestamentarios que fueron incluso anteriores a éste.
- Los textos de los evangelios de San Mateo y San Lucas siguen el esquema del evangelio de San Marcos con mucha fidelidad, por lo que se establecen posibles dependencias entre ellos. De ahí que se les conozca a los tres (Marcos, Mateo y Lucas) como los evangelios sinópticos, pues el relato de los tres puede ser colocado en paralelo de manera que son muy homogéneos en cuanto a los hechos que narran.
- El evangelio pretende mostrar que Jesús es el Hijo de Dios (Cf. 1, 11; 9, 7; 15, 39). Para expresar el carácter mesiánico de Jesús utiliza expresiones como "Hijo de David" o "Hijo del Hombre" (de claras resonancias mesiánicas, según el libro de Daniel).
- Sin embargo, esto no impide a Marcos presentar la figura de Jesús como de un ser humano, con reacciones propias de nosotros (Cf. 5, 30; 8, 5), sin ser impasible. Por tanto, para él Jesús es un Hombre-Dios.
- Se le asocia como símbolo el león porque comienza el evangelio hablando del desierto, citando a Isaías y la predicación de Juan el Bautista. El león era un animal propio de esos parajes.
Artículos relacionados:
Para saber sobre el evangelio de San Mateo
Originalidad del Dios bíblico
¿Yahvéh o Jehová?
¿Quiénes eran los masoretas?
Principales ediciones de la Biblia
Cronología Bíblica
'Bella' ya en DVD en España
La película Bella acaba de salir editada en DVD en las tiendas especializadas de España.
Dirigida por Alejandro Gómez Monteverde y protagonizada por Eduardo Verástegui y Tammy Blanchard, cuenta la historia de dos personajes que por caminos diferentes han sufrido un revés en la vida.
Y cómo ambos encuentran la solución a sus problemas apostando precisamente por la vida.
Esta película forma parte de lo que podríamos llamar cine espiritual de inspiración cristiana. Tanto la distribuidora Karma Films como la productora Metanoia Films están apostandon fuertemente por este cine que nos está trayendo al hogar grandes películas de este género.
(En España: Autorizada para todos los públicos)
Enlaces relacionados:
Web de la película Bella
Bella en IMDB
Carta del Cardenal Arinze sobre el "pro multis"
CONGREGATIO DE CULTU DIVINO ET DISCIPLINA SACRAMENTORUM
Prot. n. 467/05/L
Roma, 17 de octubre de 2006
Su Eminencia / Su Excelencia
En julio de 2005 esta Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, de acuerdo con la Congregación para la Doctrina de la Fe escribió a todos los presidentes de las Conferencias Episcopales para preguntar su estimable opinión sobre la traducción a varias de las lenguas vernáculas de la expresión pro multis en la fórmula de la consagración de la Preciosísima Sangre durante la celebración de la Santa Misa (ref. Prot. n. 467/05/L, del 9 de julio de 2005).
Las respuestas de las Conferencias Episcopales fueron estudiadas por dos Congregaciones y el informe presentado al Santo Padre. Por su directiva, esta Congregación ahora escribe a Su Eminencia /Su Excelencia en los siguientes términos.
1. El texto, correspondiente a las palabras pro multis, entregado por la Iglesia a lo largo del tiempo -que constituye la fórmula que ha sido de uso en el Rito Romano desde los siglos más tempranos- en los últimos 30 años o término cercano, en algunos textos aprobados en lengua vernácula ha sido traducido en el sentido interpretativo de "por todos", "for all", "per tutti", o equivalentes.
2. No hay duda, en cualquier caso, sobre la validez de las Misas celebradas con el uso debidamente aprobado de la fórmula que contiene una fórmula equivalente a "por todos", como la Congregación para la Doctrina de la Fe ha declarado ya (cf. Sacra Congregatio pro Doctrina Fidei, Declaratio de sensu tribuendo adprobationi versionum formularum sacramentalium, 25 Ianuari 1974, AAS 66 [1974], 661). Verdaderamente, la fórmula "por todos" seguramente correspondería a la intención del Señor expresada en el texto. Es dogma de Fe que Cristo murió en la Cruz por todos los hombres y mujeres (cf. Juan 11:52; Corintios 5, 14-15; Tito 2,11; 1 Juan 2,2).
3) Hay, sin embargo, muchos argumentos en favor de una traducción más precisa de la fórmula tradicional pro multis:
a. Los Evangelios Sinópticos (Mt. 26,28; Mc. 14,24) hacen una referencia específica a "muchos" ([la palabra griega transliterada sería polloi]) por los cuales el Señor está ofreciendo el Sacrificio, y estas palabras han sido remarcadas por algunos eruditos bíblicos relacionándolas con las palabras del profeta Isaías (53, 11-12). Sería completamente posible que los Evangelios hubiesen dicho "por todos" (por ejemplo, cf. Lucas 12,41); pero, la formula de la narración de la institución dice " por muchos", y estas palabras han sido fielmente traducidas por la mayoría de las versiones bíblicas modernas.
b. El Rito Romano en latín siempre ha dicho pro multis y nunca pro omnibus en la consagración del cáliz.
c. Las anáforas de los distintos ritos orientales, sea el griego, el siríaco, el armenio, el eslavo, etc. contienen fórmulas verbales equivalentes al latin "pro multis" en sus respectivos idiomas.
d. "Por muchos" es una traducción fiel de "pro multis" en tanto que "por todos" es más bien una explicación más adecuada a la catequesis.
e. La expresión "por muchos", mientras permanece abierta a la inclusión de cada uno de los seres humanos, refleja, además el hecho de que esta salvación no es algo mecánico, sin el deseo o la participación voluntaria de cada uno; por el contrario, el creyente es invitado a aceptar por la fe el don que le es ofrecido y a recibir la vida sobrenatural que es dada a los que participan del misterio, viviéndolo en sus vidas de modo tal que sean parte del número de los "muchos" a los que se refiere el texto.
f. En concordancia con la Instrucción Liturgiam Authenticam, ha de hacerse un esfuerzo para ser más fieles a los textos latinos de las ediciones típicas.
4. A las Conferencias Episcopales de aquellos países donde la fórmula "por todos" o su equivalente está en vigencia en la actualidad se les solicita que emprendan una catequesis de los fieles sobre esta materia en el próximo año o dos para prepararlos a la introducción de una precisa traducción en lengua vernácula de la fórmula pro multis (por ejemplo, "for many", "por muchos", "per molti", etc.) en la próxima traducción del Misal Romano que los Obispos y la Santa Sede hayan de aprobar para el uso en su país.
Con la expresión de mi alta estima y respeto, permanezco, Su Eminencia/Su Excelencia
Devotamente suyo en Cristo.
Francis Cardenal Arinze Prefecto
Otros enlaces:
El nombre de Dios en la liturgia
Sagrada Congregación para el Culto Divino
¿Por qué el auge de la misa tridentina?
jueves, 19 de febrero de 2009
¿Existió Pilatos?
Con mucha frecuencia, a lo largo sobre todo del siglo XIX y XX, nos hemos encontrado con pretendidos estudios dedicados a poner en entredicho cualquier viso de historicidad de los Evangelios y, en general, de la Biblia.
Todos los textos bíblicos no son de naturaleza histórica: los hay literarios, oraciones, textos legislativos, etc. Pero negar la historicidad de ellos es como negar su autenticidad, es decir, que proceden de la mano que los escribió en la época en que fueron escritos.
Por esto es tan importante cuando salen a la luz datos objetivos que ayudan a conectar los hechos y personajes que aparecen en los textos bíblicos con la realidad histórica. Este es el caso del personaje del que quería comentar hoy, que es Poncio Pilatos.
Aunque ya hace unos años del descubrimiento arqueológico que quería comentar, no es muy conocido por la amplia mayoría del público, pues estos temas no suelen salir en los medios informativos.
En 1961 se encontró en el teatro romano de Cesarea Marítima una inscripción epigráfica que debió pertenecer a algún edificio público edificado por el gobernador Poncio Pilatos en el siglo I, y después reutilizada para el teatro (ver foto adjunta a este texto).
En dicha inscripción se lee: (Pont)ius Pilatus...( Praf)ectus Judae.
De Poncio Pilatos tenemos constancia por los Evangelios y por otros autores no cristianos, como Flavio Josefo y Filón. Sin embargo, la importancia de este descubrimiento reside en dos datos:
- ser la primera epigrafía con el nombre de Pilatos, lo que contribuye a remarcarlo como personaje histórico y no como leyenda inventada por los cristianos.
- dejar constancia de cuál era su cargo en Judea, y ahora tenemos el dato de que era Prefecto. Esto concuerda con los escritos neotestamentarios, pues en ellos, el evangelio de Mateo siempre llama a Pilatos con el nombre genérico de gobernador; Lucas hace lo mismo dos veces, e igual en los Hechos de los Apóstoles. En el resto de los escritos neotestamentarios, no se le da título alguno.
Para profundizar en los títulos de gobernador (genérico) y de prefecto o procurador se puede consultar el magnífico libro "Arqueología y evangelios" de Joaquín González Echagaray, publicado en Verbo Divino en 2002, aunque hoy es difícil de encontrar.
Otros enlaces:
Cronología bíblica
Hipótesis sobre Jesús
Pensamientos (VI)
"A todo el que te pida, dale y no le reclames nada, pues el Padre quiere que se dé a todos de sus propios dones. Bienaventurado el que da conforme a este mandamiento, pues éste es inocente.
¡Ay del que recibe! Si recibe porque tiene necesidad, será inocente; pero si recibe sin tener necesidad, tendrá que dar cuenta de por qué recibió y para qué: puesto en prisión, se le examinará sobre lo que hizo, y no saldrá hasta que no devuelva el último cuadrante."
(Didajé, capítulo 1, n.5)
Otros enlaces:
Pensamientos (V): ¿quiénes son los culpables de la muerte de Jesús?
Pensamientos (IV): Juan Pablo II y la Eucaristía.
Pensamientos (III): San Anastasio Sinaita.
miércoles, 18 de febrero de 2009
La cláusula del Filioque
Los primeros desarrollos teológicos de la Iglesia datan ya del siglo II de nuestra era. Los primeros cristianos que reflexionaban sobre la fe en Cristo intentaban poner en orden todo lo que habían vivido y recibido de sus padres. Así una de las primeras elaboraciones de ellos se centraban en los textos rituales para la eucaristía y la oración en común. Es conocido que la Liturgia precede históricamente a la Teología.
Por ello uno de los primeros textos que se elaboró es el Símbolo de la Fe, el repertorio de las nociones de la fe cristiana que hoy conocemos como el Credo Apostólico o Credo breve. Coexistieron durante un tiempo formulaciones de fe muy esquemáticas (como la Carta de los Apóstoles, del siglo II, localizada en Asia Menor), con otras más elaboradas y estructuradas.
Al hablar de la cláusula del Filioque, nos estamos refiriendo, en concreto, a cómo la Iglesia ha formulado lo que se conoce como la "procesión del Espíritu Santo", es decir, cuál es la relación del Espíritu Santo con el Padre y con el Hijo. La conocemos así porque la cuestión debatida entre Occidente y Oriente fue la formulación "... que procede del Padre y del Hijo ...." (qui ex Patre Filioque procedit ..."); las razones teológicas y bíblicas las veremos un poco más abajo.
En 325 en el Concilio de Nicea no se hace alusión alguna a las relaciones trinitarias. Las primeras formulaciones que incluyen las relaciones trinitarias se remontan al 374, en el que Epifanio, Obispo de Salamina dice: "... Espíritu paráclito, increado, que procede del Padre y recibido por el Hijo y creído..."
En 381 en el Concilio de Constantinopla se continúa con la elaboración de ese elenco de cuestiones indiscutidas de la fe, dando así origen básicamente al Credo Niceno-constantinopolitano o Credo largo (el que se recita habitualmente en la misa hoy en día).
En nuestro Credo, al hablar del Espíritu Santo se dice: "... que procede del Padre y del Hijo..." (qui ex Patre Filioque procedit). Esa formulación, la de la clausula "Filioque" (y el Hijo) parece ser que no se incluyó en el texto procedente del Concilios de Constantinopla, sino que fue en un Concilio posterior, el Sínodo III de Toledo de 589 convocado por Recaredo, en el que se añade al texto Niceno-Constantinopolitano.
Esta inclusión se debe al desarrollo teológico de la doctrina trinitaria que pretendía ajustar un concepto tan complejo como éste tal y tan importante para nuestra fe, tal y como lo tratan los autores sagrados. Al mismo tiempo, se pretendía acentuar la vinculación entre el Hijo y el Padre con la nueva formulación de cara también al ataque contra el arrianismo que había sido la gran herejía de la primera iglesia (que negaba la divinidad de Jesús).
Esto originó graves controversias teológicas a partir del siglo VIII, cuando el uso de dicha adición ya estaba muy difundido. El Sínodo de Aquisgrán (809) pidió al Papa León III que dicha clausula fuera aceptada por toda la Iglesia mediante su inclusión en el Credo, lo cual fue rechazado por el Papa, más por el temor a la modificación de la formulación del símbolo de la fe que por estar en contra de dicha doctrina.
Los Concilios Ecuménicos de Lyon II (1274) y de Florencia (1439) reconocieron la validez universal de dicha fórmula. En el primero de ellos, el 18 de mayo de 1274 se formuló la Constitución acerca de la excelsa Trinidad y de la fe católica en los siguientes términos: "Confesamos con fiel y devota profesión que el Espíritu Santo procede eternamente del Padre y del Hijo, no como de dos principios, sino como de un solo principio; no por dos aspiraciones, sino por una única aspiración....".
En términos similares se expresa el Concilio de Florencia, a los que añade: "Definimos además que la adición de las palabras Filioque fue lícita y razonablemente puesta en el Símbolo, en gracia de declarar la verdad y por necesidad entonces urgente".
La fundamentación bíblica es extensa: el Hijo envía al Espíritu Santo (Lucas 24:49, Juan 15:26, 16:7, 20:22; Hechos 2:33; Tito 3:6), al igual que el Padre envía al Hijo (Romanos 3:3, etc), y como el Padre envía al Espíritu Santo (Juan 14:26).
También se reconoce al Espíritu Santo como el Espíritu del Hijo (Gálatas 4:6), el Espíritu de Cristo (Romanos 8:9), el Espíritu de Jesucristo (Filipenses 1:19), al igual que que ellos llaman Él el Espíritu del Padre (Mateo 10:20) y el Espíritu de Dios (1 Corintios 2:11).
La fórmula del Filioque fue utilizada por la Iglesia de Oriente como justificante de las desviaciones de la Iglesia Latina pues la fe de Oriente admitía sólo la procesión del Padre ciñéndose a la formulación original de 325 y 381 y olvidando el contexto occidental en que se había ido formando con el paso de los siglos la inclusión del Filioque.
La importancia de esta formulación trinitaria reside, como decía la Declaración "Mysterium filii Dei" de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 21 de febrero de 1972, bajo el pontificado de S.S. Pablo VI, "... con esta revelación ha sido dado a los creyentes también un cierto conocimiento de la vida íntima de Dios, en la cual 'el Padre que engendra, el Hijo que nace y el Espíritu Santo que procede' son 'consustanciales, coiguales, coomnipotentes y coeternos'" (Concilio IV de Letrán, XII Ecuménico, 1215).
Por tanto la definición y delimitación de la procedencia del Espíritu Santo es tanto como hablar de su papel primordial dentro de las relaciones trinitarias. De ahí la importancia del debate que se suscitó en su momento con la cláusula del Filioque.
Otros enlaces:
Miguel Cerulario y el Cisma de Oriente
80º Aniversario de los Pactos Lateranenses
Cuestiones verdaderas alrededor de la Virgen de Guadalupe
Movimientos contra la EpC sobre la sentencia del Tribunal Supremo español
La lucha contra EpC lejos de terminar, no ha hecho más que comenzar. El movimiento de objeción de conciencia nunca jamás ha estado más justificado que ahora. El adoctrinamiento ideológico no puede estar amparado por ningún ordenamiento jurídico que se considere democrático.
Veremos ahora la FERE (Federación Española de Religiosos de Enseñanza) qué hace al respecto, después de haber abandonado a los padres a su suerte.
Los movimientos civiles en favor de la objeción de conciencia contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía (España) emiten una nota de prensa con los siguientes 7 puntos:
1. Las sentencias confirman el deber de neutralidad del Estado en lo que se refiere a la formación moral. El Estado y las administraciones educativas que lo forman deben limitarse en su cometido a instruir a los alumnos sin pretender que compartan puntos de vista que en la sociedad civil están en litigio, y sin que deban revelar su propio punto de vista o las propias convicciones.
2. El Tribunal Supremo ratifica con sus sentencias el acierto de las familias que han defendido su derecho a educar en libertad, cuando anota “…insistir en que el hecho de que sea ajustada a Derecho y que el deber jurídico de cursarla sea válido no autoriza a la Administración educativa -ni tampoco a los centros docentes, ni a los concretos profesores- a imponer o inculcar, ni siquiera de manera indirecta, puntos de vista determinados sobre cuestiones morales que en la sociedad española son controvertidas”.
3. Igualmente, desean destacar en el contenido del fallo la afirmación que hace el TS, cuando añade que, “las asignaturas que el Estado, en su irrenunciable función de programación de la enseñanza, califica como obligatorias no deben ser pretexto para tratar de persuadir a los alumnos sobre ideas y doctrinas que --independientemente de que estén mejor o peor argumentadas-- reflejan tomas de posición sobre problemas sobre los que no existe un generalizado consenso moral en la sociedad española. En una sociedad democrática, no debe ser la Administración educativa -ni tampoco los centros docentes, ni los concretos profesores- quien se erija en árbitro de las cuestiones morales controvertidas. Estas pertenecen al ámbito del libre debate en la sociedad civil, donde no se da la relación vertical profesor-alumno, y por supuesto al de las conciencias individuales”.
4. Por esos motivos, solicitan a las administraciones educativas, a los centros docentes y a los profesores de la materia, la más exquisita prudencia a la hora de utilizar libros de texto, proponer contenidos, o impartir clases que puedan calificarse de adoctrinadores de los alumnos. Y aconsejan a los padres de familia un cuidadoso seguimiento de estos temas, una vez que el propio TS los resalta en sus sentencias. Además, animan a los padres a acudir a los tribunales cuando perciban el riesgo de adoctrinamiento en los libros o en la escuela.
5. Consideran imprescindible que las Administraciones estatales y autonómicas lleven a cabo una profunda revisión de los contenidos de los decretos que rigen estas materias, de acuerdo con los padres que son quienes tienen el derecho de la educación de sus hijos, para adecuarlos a los principios que ha establecido el TS.
6. Manifiestan su postura de apoyo a los padres objetores que deberán seguir actuando en conciencia. Para eso, desde las diversas plataformas irán proporcionándoles asesoramiento a medida.
7. Lamentan la interpretación restrictiva del derecho de objeción, lo que supone un retroceso en la jurisprudencia anterior en torno a las libertades. Por ese motivo, aconsejarán el recurso al tribunal Constitucional a los objetores que pidan consejo.
Enlaces relacionados:
Religión en libertad
Hazteoir.org
Centro Jurídico Santo Tomás Moro
martes, 17 de febrero de 2009
Miguel Cerulario y el Cisma de Oriente
Nos situamos a mediados del siglo XI d.C. El Imperio Romano se había desgajado en dos partes: El Imperio Romano de Occidente (con capital en Roma) y el de Oriente (con capital en Bizancio).
El Imperio Romano de Occidente cayó en 476 d.C. en que fue invadido por Odoacro, rey de los hérulos. Sin embargo, pervivía el Imperio Romano de Oriente, de clara influencia helenizante. El occidente europeo, con su rito latino, se encontraba en lo político ya desde hace tiempo en recesión, mientras el oriente europeo, con su rito y lengua griegos, se hallaba, sin embargo, en plena vigencia.
Este contexto de bipolaridad fue decisivo, a mi juicio, para llegar, como un culmen, es decir, como un problema heredado desde antiguo pero que se puso de manifiesto de manera virulenta con los hechos acaecidos alrededor de Miguel Cerulario. Este era un monje de familia bizantina que en 1043 alcanza la dignidad de Patriarca de Constantinopla nombrado por el Emperador Constantino IX Monómaco.
La diferencias, que ya existían entre oriente y occidente, se acentúan en su mandato. En 1052 decide cerrar todas las iglesias de rito latino de su territorio. Buscó el apoyo a su decisión en el pueblo bizantino basándose en un tema muy peculiar y admirado por el pueblo que eran los ritos propios de su liturgia.
Así emprende una campaña de denuncia de los errores del rito latino en una carta dirigida al Obispo de Triani con objeto de desprestigiar dicho rito y, por tanto, al occidente europeo.
Había muchas peculiaridades de los dos ritos que se utilizaban como arma arrojadiza entre el papado y el patriarcado de bizancio. Así, la comunión con pan ázimo de los latinos, ayunar los sábados, o el carecer de barba los sacerdotes latinos.
El Papa encomienda al Cardenal Humberto de Silva Cándida la redacción de un escrito denunciando a su vez los excesos del rito griego como el matrimonio de sus sacerdotes y el primado del Sumo Pontífice.
El Papa León IX envió una embajada a Bizancio con el objeto de poner paz en este asunto con Miguel Cerulario. Los componentes de esa embajada fueron el propio Humberto de Silva Cándida, el arzobispo Pedro de Amalfi y el canciller Federico de Lorena. En una ambiente de tensión, las posturas se radicalizaron y Miguel Cerulario prohiben celebrar la misa a los componentes de la embajada.
Estos el 16 de julio de 1054 depositan en Santa Sofía la bula de excomunión de Miguel Cerulario. Esto, que fue utilizado con la intención de atemorizar al patriarca o al emperador, consiguió que el pueblo se pusiera de parte de sus dirigentes. La validez de la bula era más que cuestionable pues los legados romanos no estaban autorizados para emitirla y, tras la muerte de León IX, sus poderes quedaban en suspenso.
No obstante, las mutuas hostilidades llevaron a que Miguel Cerulario excomulgara a su vez a los legados y se quemara públicamente la bula de excomunión contra él. El 24 de julio un sínodo de la iglesia bizantina denunciaba los errores del rito latino y consagraba la ruptura entre la Iglesia de rito latino y la de rito griego. A la iglesia bizantina se unirían posteriormente los pueblos conquistados por el Imperio de Oriente, como los serbios, búlgaros o rusos.
De esta manera es como nace la Iglesia Ortodoxa de rito griego, que es como conocemos a la Iglesia nacida de este cisma. Con posterioridad a Miguel Cerulario, se produjeron algunas reunificaciones en la Iglesia como la del Segundo Concilio de Lyon (XIV Ecuménico) en 1274, en el que el emperador bizantino Miguel VIII Paleólogo promueve la unión de católicos y ortodoxos enviando su profesión de fe católica a dicho Concilio (Denzinger 851-861).
Otro momento reunificador fue bajo el papado de Eugenio IV por la Bula Laetentur caeli de 6 de julio de 1439 en el Concilio de Florencia (XVII Ecuménico) en el que se insistió en la legitimidad de la inclusión de la clausula del Filioque, pero dichas reunificaciones no fructificaron pues en cada ocasión fue rota la unión al poco de realizarse. El último episodio del cisma sucede en 1472 cuando en un sínodo convocado por Dionisio I, Patriarca de Constantinopla se repudia formalmente la unión.
En la actualidad, el diálogo ecuménico con los ortodoxos es el que tiene mayores visos de dar frutos para las dos partes. Nadie pretende latinizar a los cristianos ortodoxos que tienen miedo a perder sus ritos y tradiciones griegas. Como acertadamente dijo S.S. Juan Pablo II: "La Iglesia debe respirar con sus dos pulmones, el Oriente y el Occidente".
Para finalizar, recordar que no tiene nada que ver la Iglesia Ortodoxa (separada de la comunión de Pedro) con la Iglesia Católica de Rito Oriental. Éstos son orientales, tienen sus ritos y ceremonias propias, tienen incluso un Código de Derecho Canónico propio, pero son Católicos y reconocen al Romano Pontífice.
Otros enlaces:
Oración de ofrenda de un Cartujo
¿Qué significa IC XC NIKA?El Itinerarium Egeriae
¿Por qué el símbolo del pez en lugar de la cruz?
Pensamientos (V)
"La Iglesia, en el magisterio de su fe y en el testimonio de sus santos no ha olvidado jamás que "los pecadores mismos fueron los autores y como los instrumentos de todas las penas que soportó el divino Redentor" (Catech. R. I, 5, 11; cf. Hb 12, 3). Teniendo en cuenta que nuestros pecados alcanzan a Cristo mismo (cf. Mt 25, 45; Hch 9, 4-5), la Iglesia no duda en imputar a los cristianos la responsabilidad más grave en el suplicio de Jesús, responsabilidad con la que ellos con demasiada frecuencia, han abrumado únicamente a los judíos:
Debemos considerar como culpables de esta horrible falta a los que continúan recayendo en sus pecados. Ya que son nuestras malas acciones las que han hecho sufrir a Nuestro Señor Jesucristo el suplicio de la cruz, sin ninguna duda los que se sumergen en los desórdenes y en el mal "crucifican por su parte de nuevo al Hijo de Dios y le exponen a pública infamia" (Hb 6, 6).
Y es necesario reconocer que nuestro crimen en este caso es mayor que el de los Judíos. Porque según el testimonio del Apóstol, "de haberlo conocido ellos no habrían crucificado jamás al Señor de la Gloria" (1 Co 2, 8). Nosotros, en cambio, hacemos profesión de conocerle. Y cuando renegamos de Él con nuestras acciones, ponemos de algún modo sobre Él nuestras manos criminales (Catech. R. 1, 5, 11).
'Y los demonios no son los que le han crucificado; eres tú quien con ellos lo has crucificado y lo sigues crucificando todavía, deleitándote en los vicios y en los pecados' (S. Francisco de Asís, admon. 5, 3)."
Catecismo de la Iglesia Católica, n. 598.
Enlaces relacionados:
Pensamientos (IV) Juan Pablo II
Pensamientos (III) San Anastasio Sinaita
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lunes, 16 de febrero de 2009
Carta del Cardenal Arinze sobre el nombre de Yahvé en la liturgia
Su Eminencia / Su Excelencia:
Por directiva del Santo Padre, y de acuerdo con la Congregación para la Doctrina de la Fe, esta Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos considera conveniente comunicar a las Conferencias Episcopales lo siguiente acerca de la traducción y la pronunciación, en los actos litúrgicos, del Nombre Divino significado en el sagrado tetragrama, junto con un número de directivas.
I. Exposición:
1. Las palabras de la Sagrada Escritura contenidas en el Antiguo y en el Nuevo Testamento expresan la verdad que trasciende los límites impuestos por el tiempo y el espacio. Son la Palabra de Dios expresada en palabras humanas y, por medio de estas palabras de vida, el Espíritu Santo introduce a los fieles al conocimiento de la verdad completa y entera y así la Palabra de Cristo llega a morar en los fieles en toda su riqueza (cf. Jn 14, 26; 16, 12-15).
Para que la Palabra de Dios, escrita en los textos sagrados, pueda ser conservada y transmitida en una forma íntegra y fiel, cada traducción moderna de los libros de la Biblia apunta a ser una transposición fiel y exacta de los textos originales.
Tal esfuerzo literario requiere que el texto original sea traducido con la máxima integridad y exactitud, sin omisiones o adiciones en lo que respecta a los contenidos, y sin introducir glosas explicatorias o paráfrasis que no pertenezcan al mismo texto sagrado.
En lo relativo al Nombre Sagrado de Dios Mismo, los traductores deben usar de la mayor fidelidad y respeto. En particular, como destaca la Instrucción Liturgiam Authenticam (nº 41):Según una tradición inmemorial recibida, que ya aparece en la citada versión “de los Setenta”, el nombre de Dios omnipotente, expresado en hebreo con el tetragrama sagrado, y en latín con el término “Dominus”, se debe traducir en toda lengua vernácula, con un término del mismo significado.[iuxta traditionem ab immemorabili receptam, immo in (…) versione «LXX virorum» iam perspicuam, nomen Dei omnipotentis, sacro tetragrammate hebraice expressum, latine vocabulo «Dominus», in quavis lingua populari vocabulo quodam eiusdem significationis reddatur].
No obstante la existencia de una norma tan clara, en los últimos años se ha introducido la práctica de pronunciar el Nombre propio del Dios de Israel, conocido como el Santo o Divino tetragrama, escrito con cuatro consonantes del alfabeto hebreo (YHWH). La práctica de vocalizarlo se da tanto en la lectura de los textos bíblicos tomados del Leccionario como en las oraciones e himnos y ocurre en diversas formas escritas y habladas, por ejemplo “Yahweh”, “Yahwè”, “Jahweh”, “Jahwè”, “Jave”, “Yehovah”, etc.
Además, nuestra intención con la presente carta, es la de exponer algunos puntos esenciales que subyacen a la mencionada norma y establecer algunas directivas a ser observadas en esta materia.
2. La venerable tradición bíblica de la Sagrada Escritura, conocida como Antiguo Testamento, muestra una serie de denominaciones divinas entre las que se encuentra el Nombre Sagrado de Dios revelado en el tetragrama YHWH. Como expresión de la Infinita Grandeza y Majestad de Dios, se consideraba impronunciable y por esto fue reemplazada durante la lectura de la Sagrada Escritura por el uso de un Nombre alternativo: “Adonai”, que significa “Señor”.
La traducción griega del Antiguo Testamento, la llamada “Septuaginta” que data de los últimos siglos previos a la era cristiana, traduce regularmente el tetragrama hebreo con la palabra griega Kyrios, que significa “Señor”. Dado que el texto de la Septuaginta constituyó la Biblia de la primera generación de cristianos de habla griega (lengua en que fueron escritos todos los libros del Nuevo Testamento), desde el principio, estos cristianos nunca pronunciaron el tetragrama divino. Algo similar sucedió también con los cristianos de habla latina (cuya literatura comenzó a emerger en el siglo segundo), como lo manifiesta en un primer momento la Vetus Latina y, después, la Vulgata de San Jerónimo: también en estas traducciones el tetragrama fue reemplazado regularmente por la palabra latina “Dominus”, correspondiente tanto al hebreo “Adonai” como al griego “Kyrios”. Lo mismo se mantiene para la reciente Neo-Vulgata que la Iglesia emplea en la Liturgia.
Este hecho ha tenido importantes implicaciones para la misma Cristología del Nuevo Testamento. Cuando, con respecto a la Crucifixión, San Pablo escribe que: “Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre” (Flp 2, 9), no se refiere a otro nombre sino al de “Señor”, ya que continúa: “y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor” (Flp 2, 11; cf. Is 42, 8: “Yo Soy el Señor, ése es Mi Nombre”). La atribución de este título a Cristo Resucitado corresponde exactamente a la proclamación de Su Divinidad. De hecho, el título se hace intercambiable entre el Dios de Israel y el Mesías de la fe cristiana, incluso cuando éste no es uno de los títulos usados para el Mesías de Israel. En un sentido estrictamente teológico, este título se encuentra, por ejemplo, ya en el primer Evangelio canónico (cf. Mt 1, 20: “El Ángel del Señor se apareció a José en un sueño”) y se ve como una regla en las citas del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento (cf. Hech 2, 20: “El sol se convertirá en tinieblas… antes que llegue el Día del Señor” (Joel 3, 4); 1Ped 1, 25: “La Palabra del Señor permanece para siempre” (Is 40, 8)).
Sin embargo, en un sentido propiamente cristológico, además del citado texto de Filipenses 2, 9-11, podemos recordar Rom 10, 9 (“Si confiesas con tu boca que Jesucristo es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado”), 1Cor 2, 8 (“no habrían crucificado al Señor de la Gloria”), 1Cor 12, 3 (“Nadie puede decir ‘Jesús es el Señor’, si no está impulsado por el Espíritu Santo”), y la fórmula frecuente concerniente a los cristianos que viven “en el Señor” (Rom 16, 2; 1Cor 7, 22; 1Tes 3, 8; etc.).3. Evitar pronunciar el tetragrama del Nombre de Dios tiene, por tanto, sus propios fundamentos de parte de la Iglesia.
Además de un motivo de orden puramente filológico, existe también el permanecer fieles a la tradición de la Iglesia: desde el principio, el sagrado tetragrama nunca fue pronunciado en el contexto cristiano, ni traducido a ninguna de las lenguas en las que la Biblia fue traducida.
II. Directivas
A la luz de la que ha sido expuesto, han de ser observadas las siguientes directivas:
1) En las celebraciones litúrgicas, en los cantos y oraciones, el Nombre de Dios en la forma del tetragrama YHWH no ha de ser usado ni pronunciado.
2) Para la traducción del texto bíblico en lenguas modernas destinados al uso litúrgico de la Iglesia, ha de seguirse lo ya prescrito por el nº. 41 de la Instrucción Liturgiam Authenticam; es decir, que el divino tetragrama ha de ser traducido por el equivalente de Adonai/Kyrios: “Lord”, “Signore”, “Seigneur”, “Herr”, “Señor”, etc.
3) Al traducir, en el contexto litúrgico, los textos en los que están presentes uno después del otro, ya sea el término hebreo Adonai o el tetragrama YHWH, Adonai ha de ser traducido como “Señor” y la palabra “Dios” ha de ser usada en lugar del tetragrama YHWH, de forma similar a lo que sucede con la traducción griega de la Septuaginta y con la traducción latina de la Vulgata [ejemplo: Señor Dios].
De la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, 29 de junio del 2008.
Francis Card. Arinze
Prefecto
Albert Malcolm Ranjith
Arzobispo Secretario.
Enlaces relacionados:
Sagrada Congregación para el culto divino
¿Yahvéh o Jehová?
¿Quiénes eran los masoretas?
Canonización del Beato Rafael Arnáiz Barón
La Oficina de prensa de la Santa Sede acaba de anunciar que el próximo sábado 21 de febrero tendrá lugar en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, un consistorio ordinario público para la canonización del Beato Rafael Arnáiz Barón, O.C.S.O.
Enlaces relacionados:
Vida y pensamientos del Beato Rafael (Abandono.com)
Novedades sobre el caso de la Virgen de Guadalupe
El pasado Jueves 12 de febrero, en el último episodio de la serie "Descubriendo a Santa María de Guadalupe" emitido por la cadena católica EWTN, su presentador, el Rvdo. P. D. Eduardo Chávez, postulador de la causa de canonización de San Juan Diego y canónigo honorario de la Basílica de Santa María de Guadalupe, hizo declaraciones muy reveladoras sobre afirmaciones que se han realizado sobre presuntos prodigios de la tilma bendita de la Virgen de Guadalupe.
Con muchísimo respeto, y guiado por el amor a la verdad que ha presidido toda la serie, efectuó las siguientes aclaraciones:
- es falsa la historia que circula que dice que la imagen de la Virgen de Guadalupe es un montaje de tres imágenes realizado por una persona.
- es falso que la imagen de la Virgen de Guadalupe mantenga, de manera inexplicable, una temperatura constante de 37ºC como se ha afirmado.
- es falso que los colores de la imagen de la Virgen de Guadalupe floten sobre el tejido. Lo portentoso es que en una tilma sin ninguna preparación técnica, los colores hayan permanecido fijos desde 1531.
- es falso que se escuchen latidos del corazón de un bebé en el vientre de la imagen de la Virgen de Guadalupe.
- es falso que existan investigaciones de la NASA o la IBM sobre la tilma. Han sido investigadores que trabajaban en alguno de estos organismos los que han realizado dichas investigaciones. El prestigio de las mismas reside precisamente en la cualificación acreditada de los investigadores que trabajan para dichas instituciones, no en las instituciones en sí.
- es cierto que en los ojos de la Virgen médicos oftalmólogos han encontrado figuras humanas, supuestamente procedentes de la escena que rodeaba a Juan Diego en el momento en que despliega su tilma ante el Obispo Juan de Zumárraga. Es decir, es como si un ojo vivo, con su capacidad reflectante natural, hubiera impreso esa imagen en la tilma guadalupana.
Fue el doctor peruano José Aste Tönsmann el que confirmó con su instrumental observaciones que ya se habían realizado previamente por otros investigadores. Este científico traspuso las imágenes observadas en uno de los ojos, con el consiguiente cambio debido a la esfericidad de los ojos y a la distinta colocación en la cara de ambos ojos, y observó que coincidía perfectamente con las imágenes presentes en el otro ojo. Es decir, es como si los dos ojos hubieran estado contemplando la misma escena.
El jefe directo de este investigador, escéptico en cuanto a sus afirmaciones, se sintió retado a confirmar las afirmaciones de sus subordinado. No pudo menos que corroborar lo afirmado por José Aste: "ahí hay seres humanos". Al cabo de unos años, volvió a tomar contacto con los expertos del Instituto Guadalupano, para hacer unas afirmaciones impactantes: "Yo soy ateo, y quiero seguir siendo ateo; pero no puedo. Porque ahí en esos ojos hay seres humanos reflejados que nadie en este mundo pudo hacer.". A continuación pidió el bautismo y la recepción de los sacramentos de la iniciación del cristiano.
Todas estas afirmaciones en modo alguno restan la más mínima porción a la condición sobrenatural y extraordinaria del fenómeno y el mensaje Guadalupano. Al contrario, purificar la Virgen de Guadalupe de afirmaciones supuestamente bienintencionadas contribuye a hacer que resplandezca la fuerza y verdad de su mensaje. La imagen de la Virgen sobre la tilma de Juan Diego sigue sin responder a ningún procedimiento conocido de impresión o pintura.
En otras ocasiones volveré sobre el fenómeno guadalupano para profundizar en sus misterios y en lo más importante, su mensaje.
Enlaces relacionados:
Basílica de la Virgen de Guadalupe
EWTN (en español)
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