En estos días hermosos que estamos viviendo de la JMJ 2011, con su Santidad el Papa ya entre nosotros me gustaría reflexionar sobre su significado tan importante. Vivimos tiempos difíciles para los cristianos, se nos acosa , se nos insulta, se nos persigue en muchos lugares del mundo por seguir a Aquél que es el camino, la verdad y la vida.
Por eso que importante es ver a tantos jóvenes que no tienen miedo de confesar su fe, de declararse abiertamente católicos, que llevan en sí la verdadera alegría, la de los hijos de Dios.
Ellos son nuestro futuro y nuestra esperanza.
Ellos son la muestra de que un mundo mejor es posible, de que aún hay mucha gente que está dispuesta a trabajar por traer el reino de los cielos a esta Tierra tan maltrecha.
Las palabras de San Pablo que nos hablan de mantenernos "Firmes en la fe" cobran hoy un sentido especial:
Por lo demás buscad vuestra fuerza en el Señor y en su invencible poder.
Poneos las armas de Dios, para afrontar las asechanzas del diablo, porque nuestra lucha no es contra los hombres de carne y hueso sino contra las potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, contra los espíritus malignos del aire.
Por eso tomad las armas de Dios....
Estad firmes;
ceñíd la cintura con la verdad y revestid la coraza de la justicia, calzad los pies con prontitud para el evangelio de la paz.
Embrazad el escudo de la fe, donde se apagarán las flechas incendiarias del maligno.
Poneos el casco de la salvación y empuñad la espada del Espíritu que es la palabra de Dios.
Siempre en oración y súplica; orad en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con constancia y suplicando por todos los santos.