jueves, 19 de febrero de 2009

Pensamientos (VI)


"A todo el que te pida, dale y no le reclames nada, pues el Padre quiere que se dé a todos de sus propios dones. Bienaventurado el que da conforme a este mandamiento, pues éste es inocente.

¡Ay del que recibe!
Si recibe porque tiene necesidad, será inocente; pero si recibe sin tener necesidad, tendrá que dar cuenta de por qué recibió y para qué: puesto en prisión, se le examinará sobre lo que hizo, y no saldrá hasta que no devuelva el último cuadrante."
(Didajé, capítulo 1, n.5)

Otros enlaces:
Pensamientos (V): ¿quiénes son los culpables de la muerte de Jesús?
Pensamientos (IV): Juan Pablo II y la Eucaristía.

Pensamientos (III): San Anastasio Sinaita.

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