jueves, 11 de octubre de 2012

Citas bíblicas que deberíamos leer los católicos (XI)


Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente.

¡Ojalá fuera frío o caliente!. Pero porque eres tibio, ni frío ni caliente, estoy a punto de vomitarte de mi boca.


Porque dices: "Yo soy rico, me he enriquecido y no tengo necesidad de nada"; y no sabes que tú eres desgraciado, digno de lástima, pobre, ciego y desnudo.


Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas; y vestiduras blancas para que te vistas y no aparezca la vergüenza de tu desnudez; y colirio para untarte los ojos a fin de que veas.


Yo, a cuantos amo, reprendo y corrijo; ten, pues, celo y conviértete.


Mira, estoy de pie a la puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.


Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.

Apocalipsis 3, 15-21

Él nos lo dice: a los que ama, los corrige. ¿Estamos dispuestos a recibir la corrección del Señor?

¿Nos rebelamos ante la menor adversidad?

Jesús espera a la puerta. ¿Le abriremos?

lunes, 1 de octubre de 2012

¿Es así como yo quiero a Jesús?



Jesús tiene muchos amantes de su Reino
pero pocos que lo ayuden a llevar su cruz.

Muchos tienen que desean sus consuelos

pero pocos que aceptan las dificultades.

Encuentra múltiples compañeros de banquete

pero pocos para la austeridad.

Todos buscan gozar junto con Él

pero pocos quieren soportar algo por Él.

Muchos siguen a Jesús hasta repartir el pan

pero pocos para tomar la copa de su pasión.

Muchos quieren a Jesús

mientras no suceda nada adverso.

Muchos lo alaban y bendicen

mientras puedan recibir los consuelos que otorga.

Pero si Jesús se escondiera y los abandonara un poco

de inmediato se quejarían o caerían en la desesperación.

De la Imitación de Cristo 2.XI.1, Tomás de Kempis

viernes, 28 de septiembre de 2012

Flor y canto


Precioso video en exaltación de la Virgen de Guadalupe, con la canción "Flor y canto" de Filippa Giordano.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Flechas en la aljaba (XIX): Duc in altum


Duc in altum

Levanta las anclas, ... no te quedes en la orilla, ... rema mar adentro.

Sal de tu comodidad y no tengas miedo, la orilla parece segura, el mar adentro es tenebroso pero prepara tu barca para este viaje, pues es el viaje de tu vida.

No tengas nostalgia del pasado, de lo que pudo haber sido y no fue; rema, rema mar adentro, que te queda tu futuro por delante, y para Dios vale más tu porvenir que tu pasado.


Duc in altum

No tengas la mirada fija en la barca que te lleva, en el tiempo que te ha tocado vivir, en tus circunstancias que te constriñen y te atan. Levanta tu mirada hacia adelante.

Si no te mueves de la orilla, no sabrás lo que es descansar en Él. Confía en Él, que es tu Señor.

Olvídate de una vez de tus costumbres paganas, de tus fetiches, de tus amuletos, de tus supersticiones, de tus videntes, olvídate de todo eso... rema hacia mi sin querer sostenerte en dioses y costumbres paganas.


Duc in altum

Si no quieres moverte de la orilla, nunca experimentarás la gracia de Dios.

Si quieres navegar por los mares del amor según Dios, sal de la orilla, sal de ti y ponte en el camino hacia el otro. No te faltarán brumas, oscuridades y angustias, pero encontrarás el amor.

Cuántas anclas te varan en la orilla: tus desidias, tus vicios, tus adicciones, tus comodidades, tus apegos inútiles, tus manías, ... lucha por cortar esas cadenas de raiz.


Duc in altum

Cuando te veas al frente de tu barca que se encamina hacia la oscuridad de la noche, que te adentras en la tormenta y el viento te azota continuamente en la inmensidad de la soledad, que las olas parece que te van a barrer, mira hacia atrás y vislumbrarás entre las sombras de la noche a Jesús bregando con el timón de tu vida.

Antes te sentías angustiado y asustado, cansado de la constante lucha, muchas veces estéril; pero cuando sabes que no estás solo, que Él está al cargo de tu nave, el miedo desaparecerá, aunque la tormenta siga ahí.  


Duc in altum

En el evangelio de San Lucas (Lc 5, 4-6), Jesús se encuentra con Pedro y contra el sentido común, le dice que navegue mar adentro (duc in altum) y eche las redes cuando ellos acababan de venir de pescar sin haber capturado ningún pez. Entonces, las redes van a rebosar.

Con Jesús, la pesca es fructífera. Sin Él, nuestra labor es vacía.

Cuando nos dice: "duc in altum", Jesús se sube a nuestra barca, no nos manda desde la orilla. Él está a nuestro lado, no mira nuestra vida desde la barrera, sino que se hizo hombre como nosotros para quedarse con nosotros, en nosotros, subidos en nuestra barca, en nuestra existencia. 

Él no está aquí para ser un mero compañero de viaje; será el capitán de nuestras vidas, si se lo permitimos.


jueves, 20 de septiembre de 2012

El Hijo Pródigo, hoy




Modernas tecnologías y modernos personajes, pero la historia es la más impresionante narración del amor de Dios por nosotros.

Su autor: Jesús.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Las virtudes de Benjamin Franklin

El científico y político norteamericano Benjamin Franklin (1706-1790), desarrolló una actividad variopinta a lo largo de su vida. En su Autobiografía (1771) recopila las trece virtudes que en su juventud, desde 1726 incorporó a su rutina como norma de vida.

Él no era católico, y sus manifestaciones acerca de la religión han sido controvertidas a lo largo de su vida, si bien su creencia en un Dios providente fue proclamada por él en distintas ocasiones; los recogemos aquí no como una propuesta absoluta de vida, sino como una muestra de la manera diversa de manifestarse Dios en la vida de distintos personajes, a través de la simplicidad y la lógica. Nosotros deberemos recibirlos siempre, con las debidas reservas,  interpretándolos a la luz de la doctrina católica.

La vida basada en principios sencillos, evidentes por sí mismos, es algo que se encuentra inscrito en la naturaleza humana, de la misma manera que Dios inscribió en nuestros corazones principios comúnmente aceptados como los contenidos en los Diez Mandamientos

La enfermedad de una sociedad se demuestra cuando cuestiones elementales como el derecho a la vida o la naturaleza del matrimonio se encuentran constantemente en discusión, como si fueran instituciones meramente humanas que nosotros con nuestra reflexión, pudiéramos cambiar a nuestro antojo.

Las trece virtudes, de Benjamin Franklin:

Templanza: No comas hasta el hastío, nunca bebas hasta la exaltación.

Silencio: Sólo habla lo que pueda beneficiar a otros o a ti mismo, evita las conversaciones insignificantes.

Orden: Que todas tus cosas tengan su sitio, que todos tus asuntos tengan su momento.

Determinación: Resuélvete a realizar lo que deberías hacer, realiza sin fallas lo que resolviste.

Frugalidad: Sólo gasta en lo que traiga un bien para otros o para ti; Ej.: no desperdicies nada.

Diligencia: No pierdas el tiempo; ocúpate siempre en algo útil; interrumpe todas las actividades innecesarias.

Sinceridad: No uses engaños que puedan lastimar, piensa inocente y justamente, y, si hablas, habla en concordancia.

Justicia: No lastimes a nadie con injurias u omitiendo entregar los beneficios a los que estás obligado.

Moderación: Evita los extremos; no seas resentido con las heridas que te causen tanto como creas que merecen la pena.

Limpieza: No toleres la falta de limpieza en el cuerpo, vestido o habitación.

Tranquilidad: No te molestes por nimiedades o por accidentes comunes o inevitables.

Castidad: Frecuenta raramente el placer sexual, sólo hazlo por salud o descendencia, nunca por hastío, debilidad o para dañar la paz o reputación propia o de otra persona.

Humildad: Imita a Jesús y a Sócrates.

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Dado que originalmente fueron redactadas en inglés, las ofrecemos también en su lengua original.

Temperance: Eat not to dullness; drink not to elevation.

Silence: Speak not but what may benefit others or yourself; avoid trifling conversation.

Order: Let all your things have their places; let each part of your business have its time.

Resolution: Resolve to perform what you ought; perform without fail what you resolve.

Frugality: Make no expense but to do good to others or yourself, i.e., waste nothing.

Industry: Lose no time; be always employed in something useful; cut off all unnecessary actions.

Sincerity: Use no hurtful deceit; think innocently and justly, and, if you speak, speak accordingly.

Justice: Wrong none by doing injuries or omitting the benefits that are your duty.

Moderation: Avoid extremes; forbear resenting injuries so much as you think they deserve.

Cleanliness: Tolerate no uncleanliness in body, clothes, or habitation.

Tranquillity: Be not disturbed at trifles, or at accidents common or unavoidable.

Chastity: Rarely use venery but for health or offspring, never to dullness, weakness, or the injury of your own or another's peace or reputation.

Humility: Imitate Jesus and Socrates.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Testimonio de María Vallejo Nágera


Es hija del famoso psiquiatra Juan Antonio Vallejo-Nágera. Hoy nos da un testimonio cristiano y católico.

domingo, 9 de septiembre de 2012

El amor verdadero



En aquel verde valle, la pequeña casita ocupaba un lugar privilegiado. Situada en una ladera de la montaña desde ella se veía tanto la hondonada que se extendía a sus pies hasta perderse entre los valles contiguos, como la panorámica que la cumbre del monte ofrecía nada más levantar la mirada. Era el lugar ideal para vivir, y también para trabajar. El único vestigio de civilización que podía apreciarse desde allí lo constituía una estrecha carretera que serpenteaba por el valle para ir buscando, poco a poco, sinuosamente, el pie de la casa.

Aquella casa servía de lugar de acogida para personas que necesitaban ser atendidas, que necesitaban ser amadas.
Allí había personas enfermas, ancianas, solitarias; todas ellas con alguna falta esencial en sus vidas, carencias físicas, carencias espirituales, carencias afectivas. Quizás de todas ellas, las del corazón eran las más dolorosas, pues muchas personas sufrían por padecer alguna enfermedad, pero quizás las que mostraban un sufrimiento mayor eran las que habían experimentado el dolor en sus afectos.

De todas ellas se ocupaba el personal del centro que abarcaba desde personas muy sensibles, comprensivas y pacientes hasta otras que no lo eran tanto. Al frente de todas ellas destacaban por su experiencia y su dominio de las situaciones dos mujeres: sus nombres eran Sara y Susana. Las dos procuraban hacer bien su trabajo, pero su diferente carácter hacía que al final los frutos fueran muy distintos.

Sara era más paciente y había logrado controlar las situaciones que a diario se presentaban en un centro en el que los problemas se hallaban siempre a flor de piel. Susana, por el contrario, era una persona de carácter que afrontaba las situaciones difíciles con aspereza.

La vida transcurría apaciblemente en aquella casa, como si cada día fuera a acabarse todo, como si todos los días se prolongaran hasta la eternidad.

Un día, Sara vio a un coche acercarse en lontananza por la carretera cuando apenas era visible y el rugido de su motor ni siquiera llegaba a susurrar en su oido. No pasó mucho tiempo hasta que el coche alcanzó la casa y se bajaron sus ocupantes. Un señor mayor avanzaba con dificultad ayudado por una mujer y un hombre. Se veía que tenía algún padecimiento serio pues su semblante reflejaba dolor y angustia y caminaba un poco encorvado y trabajosamente. Sara avisó a Susana y salieron ambas a recibir a aquella comitiva que se acercaba cada vez más a la puerta de la casa.

Tras el saludo de cortesía habitual, se presentaron los visitantes y entonces fue cuando ellas se enteraron de que aquel hombre se llamaba Moisés. Sara se dio cuenta de que él la miraba con un brillo especial en sus ojos, si bien no hizo ningún comentario a Susana, pues ella no se tomaba siempre a bien todo lo que le decía. Recibieron a aquel hombre y lo introdujeron en la casa hasta donde estaría su alojamiento personal.

Susana no observó nada anormal en él, era un enfermo más, que traería sus problemas para compartirlos con ellas, mientras que Sara quedó enganchada en la mirada de aquel señor que, por momentos, iba cautivando su pensamiento.

Los días fueron transcurriendo. Sara seguía procurando atender a todos los que tenía a su alrededor con la mayor bondad que podía, hablaba con un tono de voz moderado y procuraba controlar su genio ante cualquier contratiempo que se presentara. Susana mostraba, sin embargo, un semblante más inmoderado, más seco y distante. Con Moisés, ambas se mostraban tal y como eran, de lo que él fue dándose cuenta con el transcurrir de los días.


Cuando habían pasado tres meses, Moisés mandó a llamar a las dos responsables, a Sara y Susana. Él las esperaba en una sala con un gran ventanal por el que entraba el sol a raudales, con una claridad inusual, pero sin hacer ningún tipo de daño. Moisés permanecía en pie, cerca del ventanal, mientras esperaba a que ambas llegaran. No tardó mucho en llegar Sara, que se extrañó de la luz tan arrolladora que llenaba aquella estancia, y que casi le impedía ver a Moisés. Casi a la vez llegó Susana, que se fijó en lo mismo.

Los tres permanecían en silencio, mientras Moisés no dejaba de mirar por el ventanal hacia el profuso sol sin sentir la más mínima molestia. Poco a poco se volvió y las dos quedaron muy extrañadas, casi asustadas. Moisés ya no caminaba de manera vacilante y pesada,  su mirada era limpia y serena y no revelaba ninguno de los padecimientos que ellas habían podido constatar en estos tres meses de su estancia allí. Él se acercó a ellas y las miró a los ojos.

"Antes de venir aquí sabía que me iba a encontrar claridad y oscuridad, luz y sombra, calor y frialdad. Y decidí venir a comprobarlo".

Ellas permanecían en silencio ante aquellas primeras palabras. Él prosiguió:

"He visto que el amargor se volvió dulzura, que la ira se tornó amor y la suavidad terminó por agrietarse. Vosotras habéis construido lo que sois. Quien antes era aceite que cura, hoy es veneno que mata. Quien antes era espinos, hoy es rosa."

"Sara: los duros reveses que recibiste en tu vida los has convertido en trampolín para crecer. Susana: eras una persona afable y cariñosa, pero el mundo, la codicia, la vanidad, la presunción, el egoísmo hicieron presa en tí y no te rebelaste; ellos hicieron de tí lo que hoy eres".

"Ambas habéis hecho uso de vuestra libertad y vuestra voluntad. Recibiréis en consonancia".

Ambas lo miraban con perplejidad. Sara recordó en este momento sus malos modos y sus errores del pasado y no dejaron de asaltarle lágrimas y pensamientos de arrepentimiento y dolor por el mal causado.
Susana, en cambio, quería justificar su situación; a duras penas reconocía que ella había cambiado a peor, pues pretendía convertir toda su existencia en una excusa para su carácter actual.

"Si yo hubiera sabido que tú, el Rey de la Luz estabas aquí, si te hubieras hecho presente...

...entonces tu amor no habría sido verdadero sino sólo una apariencia", sentenció Moisés.



Para reflexionar:

Amar es una cualidad divina. Hemos sido llamados a compartirla con Él. Ver a Dios cara a cara es ser como Él, pues la fe se convierte en evidencia. Pero para ser como Él, que es el amor, para relacionarnos con Él, tenemos que conocer previamente el amor, pues ¿cómo vamos a amarle entonces si no lo hemos amado antes?. Una cierta oscuridad es necesaria para abrir nuestro corazón al amor antes de la visión final.

Moisés las juzgó después de conocerlas, después de darles la oportunidad de cambiar sus vidas para mejor, no antes.

Jesús espera a la puerta de tu alma hasta el último momento a que lo invites a entrar. Pero no lo confíemos todo al último momento intentando sacar partido. Nuestra existencia se forja en una larga sucesión histórica de bienes y males, de aciertos y errores, pero confiar en el arrepentimiento final no es una buena opción.

Junto al mandato del amor, hemos recibido una prohibición: la de juzgar a los demás. Si queremos empezar a amar, tendremos que dejar de juzgar.

No te juzgarán por el peso que tengas colgado de tus pies, sino por la agilidad con que hayas batido tus alas para subir, aunque a duras penas hayas levantado el vuelo. Una vez libre de esa rémora, esas mismas alas te llevarán bien alto.


Ninguna obra de arte se termina en un sólo brochazo, en un sólo golpe de martillo, con un sólo golpe de gubia, con un sólo ladrillo, sino con la paciencia de una larga labor. Este es el camino seguro para el artista.

Un golpe en el yunque es inútil si el artífice es inexperto e inhábil. También es inútil si el golpe no tiene la finalidad de crear una hermosa artesanía de la forja. Incluso, yendo aún más allá, si el metal es demasiado blando, no obtendremos la obra artística hermosa que buscamos. Golpear por golpear no lleva a nada.

Sin embargo, nuestro artífice es el más hábil de los artesanos y su intención irrevocable es la de hacer de cada uno de nosotros la mejor de sus obras. La dureza de nuestro corazón ha de ser moldeada por el artesano, y eso a veces duele. Esos golpes no son estériles si los recibimos con esta finalidad.

Nuestra vida es lo bastante corta como para que la entendamos como un regalo de Dios y nos apresuremos en emplearla para amar.
Y es lo bastante larga como para tener tiempo de recibir innumerables oportunidades para mejorarla y crecer.

No somos lo que nuestras circunstancias hacen de nosotros; 
somos lo que nosotros hacemos a partir de nuestras circunstancias, con la ayuda de la gracia de Dios.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Música inspiradora: Bless the Lord, my soul (Taizé)




Bless the Lord, my soul, and bless God's holy name.
Bless the Lord, my soul, who leads me into life. (Ps 104,1)

Bendice, alma mía, al Señor y bendice el Santo nombre de Dios.
Bendice, alma mía, al Señor, que me lleva a la vida. (Sal 104, 1)

jueves, 30 de agosto de 2012

Liturgia de San Juan Crisóstomo, por Tchaikovsky

Obra de Piotr Ilych Tchaikovsky para la liturgia de San Juan Crisóstomo, en tres partes:




Y, para terminar, el Himno de los Querubines del mismo autor.


sábado, 25 de agosto de 2012

La 'perra' buena voluntad

En una ocasión en que Sor Teresa me había mostrado todos mis defectos, yo me sentía triste y un poco desamparada. Pensaba: yo, que tanto deseo alcanzar la virtud, me veo muy lejos; querría ser dulce, paciente, humilde, caritativa, ¡ay, no lo conseguiré jamás!...

Sin embargo, en la oración de la tarde, leí que, al expresar Santa Gertrudis ese mismo deseo, Nuestro Señor  Jesucristo le había respondido:

"En todo y sobre todo, ten buena voluntad: esa sola disposición dará a tu alma el brillo y el mérito especial de todas las virtudes. Todo el que tiene buena voluntad, el deseo sincero de procurar mi gloria, de darme gracias, de compadecerse de mis sufrimientos, de amarme y servirme como todas las criaturas juntas, recibirá indudablemente unas recompensas dignas de mi liberalidad, y su deseo le será en ocasiones más provechoso que a otros les son sus buenas obras".

Muy contenta por aquellas frases, siempre en beneficio mío, se las comuniqué a Sor Teresa que sobreabundando, añadió: 

"¿Has leído lo que se cuenta de la vida del Padre Surin? Mientras hacía un exorcismo, los demonios le dijeron: 'Lo conseguimos todo, ¡únicamente no logramos vencer a esa perra de la buena voluntad!'. Pues bien, si no tienes virtud, tienes una 'perrita' que te salvará de todos los peligros. ¡Consuélate; te llevará al Paraíso! ¡Ah!, ¿dónde hay un alma que no desee alcanzar la virtud? ¡Es la vía común! ¡Pero qué poco numerosas son las que aceptan caer, ser débiles, que se sienten felices de verse por los suelos y que las demás las sorprendan en ese trance!".


(Consejos y recuerdos recogidos por Sor Genoveva de la Santa Faz -Celine, en el siglo- hermana de Santa Teresa de Lisieux)

Tener buena voluntad es optar por Cristo sin exclusiones, sin reservas, de manera irrevocable y poner todo de nuestra parte para que su voluntad se cumpla en nosotros.

(La imagen corresponde a la Santa Faz pintada por Celine, inspirada directamente de la Sábana Santa). 

lunes, 20 de agosto de 2012

Citas bíblicas que deberíamos leer los católicos (X): en mi casa, serviremos al Señor

Israel elige al Señor

Pues bien: 
temed al Señor, 
servidle con toda sinceridad; 
quitad de en medio los dioses a los que sirvieron vuestros padres al otro lado del Río, y en Egipto; 
y servid al Señor.

Pero si os resulta duro servir al Señor, 

elegid hoy a quién queréis servir: 
si a los dioses a los que sirvieron vuestros padres al otro lado del Río, 
o a los dioses de los amorreos, en cuyo país habitáis;

que yo y mi casa serviremos al Señor.


Josué 24, 14-15


Que esta declaración de Josué, en nombre propio y en el de su casa, pueda iluminar nuestras vidas siempre:

Que yo opte en mi vida por el Señor, que lo convierta en el centro de mi existencia.

Pero que también lo haga el centro de la vida de mi casa. 



viernes, 17 de agosto de 2012

La Iglesia de EE.UU. defendiendo los valores católicos: 'Test of fire' (español)

El video (en español) que adjunto a este artículo es un mensaje elaborado por la organización católica "Catholics Called to Witness" (Católicos llamados a ser testigos) de cara a las próximas elecciones a la presidencia en EE.UU.


En otros paises deberíamos tomar buena nota de estas iniciativas.

(Versión original en inglés:)


martes, 14 de agosto de 2012

La Virgen María y los árboles del Paraiso

Según el libro del Génesis, sabemos que en el Paraiso creado por Dios para el hombre, existían dos árboles: el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y el mal (Gn 2, 9).

El primer mandato de Dios al hombre fue claro y tajante:

"Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y el mal no comerás, porque el día que comas de él, tendrás que morir".
Gn 2, 16

El texto está claro: el hombre podía comer del árbol de la vida (veremos más adelante qué significa esto) pero no debía comer del árbol del conocimiento del bien y el mal.

En el capítulo 3 del Génesis se narra la caída del hombre y de la mujer y hacia el final de este capítulo, podemos leer:

"He aquí que el hombre se ha hecho como uno de nosotros en el conocimiento del bien y el mal; no vaya ahora a alargar su mano y tome también del árbol de la vida, coma de él y viva para siempre"
Gn 3, 22

Comer del árbol de la vida significa vivir eternamente. El ser humano en el Paraiso estaba llamado a la eternidad, pero tenía prohibido expresamente el discernir lo bueno de lo malo, pues eso es sólo atributo de Dios. Él es el que nos conoce a la perfección y sabe lo que es bueno y malo para nosotros, y si nosotros usurpamos ese papel divino, no somos merecedores del Paraiso prometido.

Este era el hombre perfecto, según lo ideado por Dios: con vida eterna y sometido a la voluntad de Dios.

Adán y Eva frustraron, por su voluntad, los planes de Dios, pero el mismo Dios para preservar a su Hijo de todo contacto con el mal, libró a su Madre, la Virgen María, de todo pecado, es decir, la hizo igual que la Eva del Génesis.

A diferencia de aquella Eva, la Virgen María sí perseveró hasta el final. Fue concebida sin pecado original y preservada de él por una gracia especial, pero si Jesús se sometió a la tentación, debemos pensar que ella también fue tentada a lo largo de su vida (como lo fueron Adán y Eva, y pecaron).

La Virgen María, perseverante hasta el final, cumplió el plan de Dios para con el ser humano, vida eterna y sometimiento a su voluntad:

- Vida eterna: es la fiesta que celebramos hoy, la Asunción de la Virgen en cuerpo y alma a los cielos. Así, por esta gracia, Dios cumplió su propia voluntad: que comiéramos del árbol de la vida, que era lo que Él quería para nosotros.

- Sometimiento a la voluntad de Dios: es decir, ¿quiso la Virgen María discernir el bien del mal, constituirse en dios para establecer lo que es bueno y lo malo?. Tenemos muy pocas palabras de la Virgen en el Evangelio, pero una de ellas nos habla con claridad:

       "Haced lo que Él os diga"
Jn 2, 5

No caben palabras más claras que nos hablan de cómo la Virgen nos enseña el camino para ser hombres y mujeres según el plan de Dios: es Él el que sabe lo que nos conviene, y nosotros no somos los que debemos determinar nuestra norma moral.

Así se cumple la voluntad de Dios para el hombre en el Paraiso: poder comer de cualquier árbol, menos el del conocimiento del bien y el mal.

Esta es la promesa de Jesús:

"El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día"
Jn 6, 54

La vida eterna nos es prometida por Él, autor de la vida, siempre que comamos de su carne y bebamos de su sangre, y por lo tanto, cumplamos su voluntad de no querer ser como Dios, supremo y único autor de la norma moral.

Este es el gran pecado de nuestro tiempo, convertirnos en dioses, querer ser como dios, cambiar la norma moral a mi antojo, creer que lo que me conviene es lo que yo decida, en definitiva, olvidarme de Dios. Pecado tan antiguo y tan nuevo.


Enlaces relacionados:
Índice de artículos bíblicos
A la Definición Dogmática de la Inmaculada Concepción
La gebirá en el Antiguo Testamento
La Virgen María, la nueva Eva



lunes, 13 de agosto de 2012

Música e Himno a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, en su canonización


Maravillosa interpretación de la música que acompañó a la entrada de la imagen de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin en la celebración de su canonización por S.S. Juan Pablo II en 2002 en la Basílica de Santa María de Guadalupe, seguida del himno en honor del nuevo santo, que comienza en el minuto 4:52.

Letra del himno:

Salve, Siervo del Señor, 
nuestra Madre te nombró 
hijo suyo el menor. 

Salve, de tu pueblo intercesor, 
Guadalupe te eligió 
para ser su portavoz. 

Oye San Juan Diego mi clamor, 
en la paz y en la aflicción, 
lleva al Padre mi oración.  Amén.

Que San Juan Diego siga siendo el portavoz de la Virgen de Guadalupe, nuestra Madre, hasta el final de los tiempos, y que nos hable de ella al corazón siempre.

domingo, 12 de agosto de 2012

Índice de artículos bíblicos

Los diversos artículos sobre temas bíblicos que ya se han publicado, os los ofrezco aquí en modo de índice para facilitar el acceso a los mismos:

Sobre la Biblia:
- ¿Sabemos leer la Biblia?

- Cronología Bíblica (I).
- Cronología Bíblica (II).

- ¿Quién es Beato de Liébana?

- Principales ediciones de la Biblia a lo largo de la Historia (I).
- Principales ediciones de la Biblia a lo largo de la Historia (II).
Nueva edición de la Biblia en español.

Originalidad del Dios bíblico.


Los manuscritos de Qumrán.
¿Qué es el papiro 7Q5? (I).
¿Qué es el papiro 7Q5? (II).


El Nombre de Dios:
- ¿Quiénes eran los masoretas?
- ¿Yahvéh o Jehová?
- Carta del Cardenal Arinze sobre el nombre de Dios en la liturgia.
Sobre el nombre de Dios en los LXX.

El Antiguo Testamento:
La última oración de Jesús, el salmo 22.
Salmo 23: el Señor es mi pastor.
Sobre el salmo 24 (video).

El Nuevo Testamento:

- Para saber sobre San Marcos.
- Para saber sobre San Mateo.
¿Existió Pilatos?

Los tres criterios de credibilidad de los evangelios.
Veracidad de los cuatro evangelios, por Frank Morera (videos).

Sobre el camino de Emaús.
- Los tres libros imprescindibles del católico.

La Gebirá:
- La gebirá en el Antiguo Testamento.
- La gebirá en el Nuevo Testamento: La Virgen María.

Reflexiones basadas en un programa de Marcus Grodi:
- Citas bíblicas que deberían leer los protestantes (I).
- Citas bíblicas que deberían leer los protestantes (II).
- Citas bíblicas que deberían leer los protestantes (III).
- Citas bíblicas que deberían leer los protestantes (IV).
- Citas bíblicas que deberían leer los protestantes (V).
- Citas bíblicas que deberían leer los protestantes (VI).
- Citas bíblicas que deberían leer los protestantes (VII).
- Citas bíblicas que deberían leer los protestantes (VIII).
- Citas bíblicas que deberían leer los protestantes (IX).
- Citas bíblicas que deberían leer los protestantes (y X).

Textos de la Biblia para recordar siempre:
- Citas bíblicas que deberíamos leer los católicos (I): la teofanía en el Horeb.
- Citas bíblicas que deberíamos leer los católicos (II): loa del Dios de Israel en la boca del rey Darío.
- Citas bíblicas que deberíamos leer los católicos (III): cuarto cántico del Siervo Sufriente.
- Citas bíblicas que deberíamos leer los católicos (IV): confesiones de Jeremías.
- Citas bíblicas que deberíamos leer los católicos (V): conclusión del evangelio de San Juan.
- Citas bíblicas que deberíamos leer los católicos (VI): la ofrenda de Melquisedec.
- Citas bíblicas que deberíamos leer los católicos (VII): cosas para no avergonzarse.
- Citas bíblicas que deberíamos leer los católicos (VIII): cosas para avergonzarnos.
- Citas bíblicas que deberíamos leer los católicos (IX): la bendición de los hijos de Israel.


sábado, 11 de agosto de 2012

¿Qué es el Denzinger?


El Denzinger es la denominación común por el que conocemos la obra denominada "Enchiridion symbolorum definitionum et declarationum de rebus fidei et morum" (Compendio de las definiciones de los símbolos y de las declaraciones de las materias de fe y costumbres) conocida modernamente en español como "El Magisterio de la Iglesia".

Fue publicado por primera vez en 1854 por Heinrich Denzinger dedicando su primera edición a S.S. Pío IX.

Contiene los documentos más importantes del magisterio eclesiástico, incluyendo definiciones papales, documentos de concilios ecuménicos (y locales) y otros documentos de relevancia en la Historia de la Iglesia.

Es una fuente de conocimiento de primera mano que nos permite acercarnos a todos estos textos de manera compendiada y sucinta. De todos los textos se aporta su versión en la lengua original (latín, principalmente) y su traducción al español.

Actualmente lo edita Herder  y va por su 38ª edición alemana (de la que la española es traducción), al menos en la que tengo en mi poder. En esta edición se incluyen documentos hasta S.S. Juan Pablo II.

La obra consta de las siguientes partes:

PREFACIOS
- Prefacio a las últimas ediciones.
- Indicaciones para el uso teológico del Denzinger.
- Indicaciones para la lectura.

PRIMERA PARTE. Confesiones de fe.
- Confesiones de fe de la Iglesia Antigua.

SEGUNDA PARTE. Magisterio eclesiástico.
- Documentos papales y conciliares desde Clemente I Romano hasta Juan Pablo II (1995), por orden cronológico.

ÍNDICES
- Índice sistemático: índice de materias interesantísimo para poder acceder a todas las referencias que aparecen en la obra relativas a alguna materia de la fe y las costumbres.
- Índice de referencias bíblicas.
- Índice de documentos.
- Índice analítico.

El uso del Denzinger debe realizarse con las debidas cautelas para no interpretar que todo lo que contiene dicha obra tiene el mismo valor doctrinal. Para su uso resulta imprescindible la lectura previa de las indicaciones para su uso teológico.

jueves, 9 de agosto de 2012

Las "flechas en la aljaba", de un vistazo

El Salmo 127 nos dice:

"como flechas en la mano de un guerrero
son los hijos de la juventud...
Feliz el hombre que llena con ellos su aljaba
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza".

La lucha nos está asegurada en la fe:


¿Empezaste a servir a Dios?
Pues allí mismo encontrarás la guerra.
San Agustín

Todos necesitamos recursos espirituales para cualquier momento de nuestra vida, en especial cuando el combate espiritual se recrudece.


Como parte de nuestro crecimiento en la fe, tenemos que guardar estas "flechas espirituales" que debemos reservar para nuestra personal lucha contra el mal. 

Aquí dejo una relación de flechas publicadas para su mejor localización.

Flecha I: ¿por qué las flechas en la aljaba? Sin su compasión, no somos nada.

Flecha II: La voluntad de Dios. si quieres tener paz espiritual, ten a mano esta flecha, hazla tuya permanentemente, haz que Dios tome el control de tu vida.

Flecha III: Amar en las pequeñas cosas.

Flecha IV: Jesús está en el sagrario... siempre.

Flecha V: ¿Cristo sin cruz? No es posible.

Flecha VI: Las palabras más dulces de Jesús.

Flecha VII: No olvides las cosas buenas.

Flecha VIII: La caridad es razonable, la caridad es amor.

Flecha IX: ¿Cualquier cosa?... fallarle a Jesús, no.

Flecha X: La vida es dura; ser honestos, también.

Flecha XI: Jesús, nuestro descanso.

Flecha XII: ¿Con qué cruz tengo que cargar?

Flecha XIII: Tu tiempo se te ha dado a tí; aprovéchalo.

Flecha XIV: Un instructor para la obtención del carnet de conducir nos aconseja sobre la fe.

Flecha XV: Cuida tus pensamientos... ellos te llevarán a la salvación o a la condenación.

Flecha XVI: ¿Cuáles son los principios de mi hogar?

Flecha XVII: Mi conciencia es sólo mía.

Flecha XVIII: ¿Qué espera Cristo de mí?

Flecha XIX: Duc in altum

Flecha XX: la argucia principal del demonio

Flecha XXI: Fe y confianza

Otros enlaces:
Si yo fuera capaz de comprender
¿A qué se parece el amor?
¿Tiene sentido el sacrificio, la penitencia?
El ayuno un gesto de amor
Índice de artículos bíblicos
La "perra" buena voluntad
El otero de Dios
Cristo, la oportunidad de nuestras vidas

Las flechas en la aljaba (XVIII): ¿Qué espera Cristo de mí?

Cristo no espera de mí que sea un gran líder al estilo humano... 
Él pudo serlo y no lo fue.


Tampoco espera que cambie las estructuras sociales y políticas de mi entorno... 
Él pudo hacerlo y no lo hizo.


El Señor no espera de mí que le cambie la mente y el corazón a mi prójimo... 
si Él lo hubiera hecho, no habría acabado crucificado.


Él no quiere que me imponga a los demás... 
Él no lo hizo.


Cristo no espera de mí grandes empresas...
Él lo que hizo fue predicar.

Él no espera que yo acabe con el mal en el mundo...
Él sabe que no puedo.

Jesús no me enseña a nada de eso. 

Jesús me pide que me cambie a mí mismo para AMAR, 
que me ponga en el camino para AMAR cada vez más perfectamente,
que convierta mi vida en un camino siempre ascendente hacia Él que es el AMOR

Y ese es el gran reto. 


Porque el día que yo me cambie a mí mismo, habré cambiado el mundo. 
Y eso SÍ me lo pide Jesús.


Enlaces relacionados:
¿Qué son las flechas en la aljaba?
El verdadero tesoro de la Iglesia
¿Para qué sacrificarnos?
Las palabras más consoladoras de Jesús
Video: El Salmo 24

martes, 7 de agosto de 2012

Video que no debe perderse ningún protestante


La Iglesia Católica es el medio seguro para conocer que estamos unidos a Cristo.

Toda carretera, todo camino tiene una amplia calzada por la que circulamos que nos lleva a nuestro destino con seguridad.

Pero hay quienes quieren aventurarse por otros caminos, atajos que prometen beneficios para el viajero, caminos alternativos a los que nos lleva el espíritu de aventura de todo ser humano, pero que nos conducen a contrariedades sin fin, a dificultades y oscuridades, a peligros graves, sin la certeza de llegar a nuestro destino íntegramente.

Otros, sin apartarse del camino principal, se empeñan en experimentar el borde de la calzada, donde comienza la cuneta, el terreno pedregoso y difícil; de ese modo, el camino de la calzada lisa se convierte en problemático, las piedras saltan y se proyectan contra todos. Con su boca proclaman su fidelidad, pero sus actos les empujan fuera del rumbo correcto . Quienes se empeñan en esta solución terminan por creerse "más papistas que el Papa" y miran a los que circulan por el centro de la calzada con aire de superioridad y gallardía, sin darse cuenta de que son ellos los que poco a poco se están colocando lejos de la seguridad del camino correcto. 

Estos no son tan distintos de los que han experimentado caminos secundarios alternativos, porque muchos de los que probaron algún atajo que les condujo fuera de la seguridad de la senda marcada, comenzaron por ceñirse a la cuneta más de lo debido y terminaron por derivar perdiendo el rumbo.

La Iglesia Católica es el camino seguro, el centro de la calzada que nos lleva a Dios, que nos lleva hasta el final de nuestros días. Nadie promete que el camino no sea largo, dificultoso, lleno de penalidades, con muchas cuestas y estrecheces. Pero tenemos la certeza de que es el camino correcto

No sientas la tentación de probar otras calles, otras avenidas, otras carreteras, porque no tienes la seguridad de dónde te han de conducir.

No juegues a la aventura con tu salvación. Tu felicidad plena y la de los tuyos está en juego. ¿Te arriesgarías a perderlo todo por emprender el camino equivocado?

lunes, 6 de agosto de 2012

Un principio ético para todos los pueblos


No hay patria sin virtud,
ni virtud con impiedad.


1º tomo de las cartas a Elpidio, P. Félix Varela (1788-1853)

En esta obra de contenido moral escrita pensada en su Cuba natal, el P. Félix Varela establece este principio que puede ser de aplicación perfectamente a cualquier moral social de cualquier otro pueblo.

Para establecer el fundamento de una patria es necesaria la virtud, que es una disposición adquirida en la vida por el aprendizaje moral. Pero él en su exposición no se ciñe a la ley natural como norma universal aceptada por todos por la que expontáneamente podemos conocer el bien y el mal. El P. Varela alude a una moral de orden superior, basada en los principios cristianos.

Y de ese mismo modo, como presupuesto para la virtud necesitamos de la piedad, es decir, de la inclinación del ánimo que nos hace sabernos hijos de Dios y hermanos del resto de los seres humanos. La piedad, como don del Espíritu Santo, nos coloca en la perfecta senda para la construcción de la patria.

Ésta se fundamenta, por tanto, en la piedad de los ciudadanos que ha afianzado la conciencia moral del pueblo. De este modo, la existencia de la patria como ente social se establece a partir de unos principios que tienen fundamento en la conciencia religiosa cristiana de sus miembros.

Podríamos hacer un pequeño ejercicio de análisis de nuestras sociedades y buscar en los hechos la constatación de estos aforismos. No nos va a costar mucho esfuerzo encontrar ejemplos de pueblos que a través de la degradación moral, han terminado por sucumbir a su propia esencia patria. La deriva moral nos llevará inevitablemente al precipicio, sin remedio.

Y visto de otro modo, no encontraremos el camino de verdadera construcción nacional como no sea a través de unos principios religiosos sólidamente afianzados. 

Enlaces relacionados:

viernes, 3 de agosto de 2012

Música inspiradora: Nous chanterons (música)


Maravillosa pieza de la que disfrutamos en este video sólo la música. No he podido encontrar ningún otro video que muestre la belleza de esta canción de un modo adecuado.


(letra en francés y partitura)


jueves, 2 de agosto de 2012

Oración de ofrenda de un cartujo


Te agradezco, Señor, la fe que me has dado; haz revivir la gracia que hay en mi por el bautismo, la confirmación y los otros sacramentos. Te ofrezco con toda firmeza, decisión y alegría del corazón, mi vida.

¡"Señor mío y Dios mío"! ¡Quiero corresponder a tu Amor inmenso y eterno; quiero amarte con todo mi corazón, con toda mi alma, con todo mi espíritu, con todas mis fuerzas!

No quiero tener otra preocupación que la de corresponder al Amor que me tienes. No quiero saber nada más, ni pensar en nada más, ni trabajar, ni sufrir, ni vivir para nada mas que para tu Amor.

Quiero que toda mi ocupación, mi afán, todo mi vivir sea amarte; que nada me distraiga el pensamiento, ni me prive las acciones ni me perturbe los afectos.

Y, aunque me encuentre en tribulaciones, perseguido, humillado, en tentaciones y martirio, y hasta en la misma muerte, también te estimaré de corazón y te encontraré igualmente dulce y amable, providente y bondadoso.

Quiero recordar y meditar cada día tu Amor para poder corresponderte con todo mi saber, poder y querer.

Haz que te ame cada día más y aumente en tu amor hasta morir. Quiero tener mi voluntad totalmente unida a ti, Dios mío, tan perfectamente como sea posible y concédeme la gracia suprema de vivir y morir en unión de amor contigo, por la perseverancia de la gracia y por la práctica de la caridad abnegada al servicio de mis hermanos.

Tú me has amado eternamente y por salvarme, has venido al mundo, renunciando a todo y sufriéndolo todo con extrema humildad y dulce bondad. Te has hecho hombre, como cualquiera de nosotros, Sacramentado, hasta la consumación de los siglos.

Quiero corresponderte con la absoluta donación de mi mismo, total y perpetuamente, sin reserva alguna, y con todo el amor, gozo y dulzura de que es capaz mi corazón.

Confiando plenamente en Ti, mi Redentor, y con la vista baja por mi indignidad y miseria hasta que sienta confusión y vergüenza por mis pecados y por los del mundo, concédeme un sincero arrepentimiento de
corazón y lágrimas para purificarme.

Me dono y me consagro enteramente y por siempre a tu AMOR MISERICORDIOSO rogándote que esta mi voluntad y donación, domine mi espíritu en todos los momentos y circunstancias de la vida y a semblanza tuya, me haga siempre, con todo y con todos, imperturbablemente dócil y humilde de corazón.

Jesús, dulce y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo. Corazón de Jesús, confío en Ti.

Virgen María, Madre de Dios y madre mía, Asunta al Cielo en cuerpo y alma, Reina y Señora de Cielos y Tierra, Madre de la Iglesia : me consagro enteramente a ti, en cuerpo y alma, con todas mis potencias y sentidos, con todo lo que tengo y soy, con todo lo que puedo y espero para que me dones a tu Hijo divino y redentor mío, Jesucristo, al que portaste con tanto amor y abnegación, con tanta pureza y humildad.

Este es mi deseo; confío en que presentado y ofrecido por mediación tuya, El me acepte y me tome como suyo eternamente. Haz que yo le corresponda con todo amor y le pueda decir y repetir en la Eucaristía y siempre con verdad y sinceridad:

Dios, mi único bien, Tu eres todo por mi; que yo sea todo por Ti. Poséeme con la fuerza potente de tu Amor exclusivo, absorbente, transformante.

Conviérteme, revísteme y transfórmame en Jesucristo. Haz que viva siempre en la plenitud de la intimidad de tu Amor.

Amén, Dios mío, ¡estoy a punto y preparado para lo que tu quieras de mi!

Un Cartujo (anónimo)

martes, 31 de julio de 2012

El Credo del Pueblo de Dios

Con motivo de la celebración del Año de la Fe, convocado por S.S. Benedicto XVI, traemos en este artículo el Credo del Pueblo de Dios de S.S. Pablo VI.


Este Credo es una versión extensa y meditada de los artículos principales de nuestra fe lo que puede servirnos para nuestra reflexión personal, así como para profundizar en aspectos de nuestra fe que no habíamos tenido ocasión de reafirmar en nuestra vida.


Tener fe no significa creer en algo al modo en que creemos que mañana lloverá o creemos en el testimonio de un amigo que nos asevera algo de lo que ha sido testigo.


Tener fe en Dios, tener fe en Cristo significa:


- confiar en Él, es decir, reconocerlo como Dueño y Señor de nuestras vidas. Poner en sus manos nuestra existencia y dejarnos llevar por sus Palabras y su Gracia.


- obedecerle, es decir, ajustar nuestras vidas a su voluntad, de modo que sea la voluntad de Cristo la que opere en todas las mociones de nuestro espíritu.


En definitiva, tener fe en Cristo es amarle con todo nuestro ser para hacerlo uno con nosotros. Nuestra existencia debe orientarse mediante la buena voluntad hacia la consecución de estos fines.


Aprovechemos este Año de la Fe para afianzar estos principios en nuestra existencia haciendo uso de todos los medios de Gracia que Cristo mediante la Iglesia pone a nuestro alcance.


Credo del Pueblo de Dios (pdf, 53 kb)

viernes, 27 de julio de 2012

Pensamientos: Jean Lafrance


Abandonas el pasado a la misericordia de Dios;
confías el porvenir a su providencia,
y te queda tan sólo el instante presente, único lugar de tu comunión con Dios si te abandonas a su voluntad.

El momento presente es el punto de inserción de Dios en tu vida y la fuente de tu oración continua.


No te preocupes por el porvenir, pues es tomar el puesto de Dios, dice Teresa de Lisieux, y ponerte a crear.


Jean Lafrance

miércoles, 25 de julio de 2012

Musica inspiradora: Eat this bread (Taizé) con traducción




Eat this bread; drink this cup.
Come to me and never be hungry.
Eat this bread; drink this cup.
Trust in me and you will not thirst.


Comed este pan; bebed este cáliz.
Venid a mi y nunca tendréis hambre.
Comed este pan; bebed este cáliz.
Confiad en mi y nunca tendréis sed


I am the bread of life,
the true bread sent from the Father.


Yo soy el pan de vida,
el verdadero pan enviado por el Padre.


Your ancestors ate manna in the desert,
but this is the bread come down from heaven.


Vuestros antepasados comieron el maná en el desierto,
pero este es el pan bajado del cielo.


Eat my flesh and drink my blood,
and I will raise you up on the last day.


Comed mi carne y bebed mi sangre,
y Yo os resucitaré en el último día.


Anyone who eats this bread,
will live forever.


El que coma de este pan,
vivirá para siempre.


If you believe and eat this bread,
you will have eternal life.


Si creéis y coméis este pan,