viernes, 27 de marzo de 2009
Pensamientos (XII): Las obras de Dios
Señales seguras para conocer si nuestras obras van verdaderamente hechas con pureza de intención, es decir, por agradar únicamente a Dios:
1) La primera señal es, cuando no teniendo feliz éxito la obra emprendida, no te turbas nada por ello, y quedas con la misma paz, como si hubieras logrado tu objetivo. Eso ocurrirá si la has hecho sólo por Dios, ya que al ver que Dios no ha querido el éxito, tampoco lo querrás tú, ya que sabes muy bien que Dios no te pedirá cuentas de si has conseguido o no la realización de la obra, sino sólo si la has emprendido con la recta intención de complacerle.
2) La segunda señal es cuando te gozas tanto del bien que otros realizan, como gozarías si lo hubieras realizado tú mismo.
3) La tercera señal es cuando no deseas más una ocupación que otra, o un puesto más que otro; sino que te quedas contento con lo que la Providencia dispone de ti, por no buscar en todo más que el agradar a Dios.
4) Finalmente, la cuarta señal es cuando en tus buenas obras no buscas aprobaciones, ni agradecimientos; y cuando aun en medio de desaprobaciones e inconsideraciones, quedas con la misma tranquilidad de espíritu, pensando haber conseguido el objetivo propuesto, es decir, agradar a Dios, y trabajar por su amor.
San Alfonso María de Ligorio, Al Divino Servizio, II, 7.
Enlaces relacionados:
León XIII, sobre San José (20-Marzo-2009)
Ana Frank, sobre el examen de conciencia (6-Marzo-2009)
San Juan Damasceno, sobre la comunión (21-Febrero-2009)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario