lunes, 4 de mayo de 2009

Sustancia, hipóstasis y relación en la Trinidad


Para desarrollar la doctrina trinitaria, la Iglesia ha utilizado términos extraídos de la filosofía y del uso vulgar para darles nuevos sentidos y poder desarrollar el conocimiento, siempre misterioso, que la Iglesia tiene de la Santísima Trinidad.

Esos conceptos primarios son, entre otros, el de sustancia, persona (o hipóstasis) y relación.

Por sustancia (o esencia o naturaleza) designamos a la Divinidad única de la Trinidad. Por tanto, decimos que Dios posee una única sustancia o esencia o naturaleza que es la divina.

"Estas tres personas son un solo Dios y no tres dioses; porque las tres tienen una sola sustancia, una sola esencia, una sola naturaleza, una sola divinidad, una sola inmensidad, una eternidad, y todo es uno, donde no obsta la oposición de relación" (Concilio de Florencia, 17º Ecuménico. DS 1330).

Por persona (o hipóstasis) designamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en cuanto le es propio a cada uno de ellos. Con esos nombres no designamos entidades distintas, sino relaciones entre los tres. Decimos, por tanto, que "uno es el Padre, otro es el Hijo y otro el Espíritu Santo", pero no "una cosa es el Padre, otra cosa es el Hijo, y otra cosa el Espíritu Santo".

Por tanto, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son Personas distintas dentro de la Trinidad, sin ser tres dioses distintos.

Por relación entendemos que la diferencia entre las Personas en la Trinidad se basan no en divisiones dentro de la Trinidad, sino en la referencia que unas Personas tienen con las otras y que las distinguen. Por tanto, el Padre se refiere al Hijo; el Hijo se refiere al Padre; el Espíritu Santo se refiere al Padre y al Hijo.

Por tanto, la relación del Padre es la de engendrar; la del Hijo, la de ser engendrado; la del Espíritu Santo, la de proceder del Padre y del Hijo.


Enlaces relacionados:
Catecismo de la Iglesia, n. 249ss
La cláusula del Filioque (18-febrero-2009)

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