jueves, 21 de julio de 2011

Para orar (V): Cántico de las criaturas

Cántico de las criaturas

Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor,
tuyas son la alabanza, la gloria y el honor;
tan sólo tú eres digno de toda bendición,
y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.

Loado seas por toda criatura, mi Señor,
y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor,
y lleva por los cielos noticia de su autor.

Y por la hermana luna, de blanca luz menor,
y las estrellas claras, que tu poder creó,
tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son,
y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!

Y por la hermana agua, preciosa en su candor,
que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor!
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol,
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado mi Señor!

Y por la hermana tierra, que es toda bendición,
la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!

Y por los que perdonan y aguantan por tu amor
los males corporales y la tribulación:
¡felices los que sufren en paz con el dolor,
porque les llega el tiempo de la consolación!

Y por la hermana muerte: ¡loado, mi Señor!
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!

¡No probarán la muerte de la condenación!
Servidle con ternura y humilde corazón.
Agradeced sus dones, cantad su creación.
Las criaturas todas, load a mi Señor. Amén.



(San Francisco, versión de Luis Felipe que se usa en la liturgia. De franciscanos.org)


Enlaces relacionados:
Jesús, ten compasión de mi
Milagros eucarísticos
Sumo, glorioso Dios...

lunes, 18 de julio de 2011

Pensamientos (XXXVII): Cómo prepararse para la oración


"...Por donde con mucha razon se dice que así como las cuerdas de la vihuela no están para hacer sonido hasta que estén muy curadas y enjutas de toda aquella natural humedad y flojedad que sacan del vientre del animal y aun despues desto han de estar muy bien torcidas y estiradas, así tampoco está hábil para la música de la oracion el cuerpo regalado y harto de vino y de diversos manjares; ha de estar pues enjuto y descargado de todo este peso y macerado con la virtud de la abstinencia para este negocio.


Y especialmente conviene que el varón devoto tenga muy poca cuenta con las cenas si quiere ser cigarra de la noche o trabajar que sean tan livianas o al tiempo que no impidan este ejercicio.


Pues de todas estas cosas nasce la guerra de pensamientos que nos fatigan en la oración porque las imágenes de aquellas cosas que entraron por los sentidos se nos ponen delante y nos impiden la vista de las cosas de Dios y lo que peor es no ya como imágenes sino como simientes que paren y producen de sí otras muchas imágenes y figuras que allí nos perturban.


Por donde muchas veces acaesce cuando quiere el hombre recogerse gastarse una hora y a veces más en templar esta vihuela que es en quietar y templar el corazón para que nos sirva en la oración..."


Fray Luis de Granada, "De la oración y consideración", parte III.


Enlaces relacionados:

La mayor de las riquezas

La pobreza más terrible es la soledad y el sentimiento de no ser amado.


El amor empieza por cuidar de los que tenemos más cerca, de los que están en casa.
 Madre Teresa de Calcuta


En nuestro mundo actual nos preocupamos mucho por la riqueza material. Trabajamos más para ganar más dinero, para enviar a  nuestros hijos a los mejores colegios y universidades, para tener una casa o un coche mejor o para mejorar nuestras relaciones sociales. Si embargo nos olvidamos de la mayor de la riqueza, aquella que el dinero no puede comprar y que está al alcance de todos nosotros, el amor.
No hay fuerza más poderosa en el mundo que ésta. Pero amar no siempre es fácil, porque significa entrega, sacrificio, renuncia, aceptar plenamente al otro como es y no como yo quiero que sea.
Sin embargo no hay mayor recompensa ni alegría que la de amar y sentirse amado.
Y como dice Madre Teresa, empecemos por los que tenemos más cerca, por nuestra familia, los que comparten nuestra vida, y a partir de ahí la humanidad puede ser nuestro límite.


Enlaces relacionados:
¿Cuál es mi voluntad?
The greatest wealth
Christian life according to a saint