lunes, 23 de marzo de 2009
Nuevo ataque contra la Sábana Santa
Hoy en día asistimos a un espectáculo cada vez más creciente en el que el conocimiento científico se utiliza para los fines espúreos del primer movimiento político o mediático que se lo propone para satisfacer sus propósitos propios. Si parecía que el conocimiento científico era algo inmutable, serio, formal, sujeto a severas normas para su desarrollo, cada vez sus postulados son usados de manera más frívola y superficial para la defensa de este o aquel grupo de intereses. Y todo eso en nombre de la ciencia, claro está.
Hace muy pocas fechas leí en una revista de divulgación científica española un artículo en el se recogen una serie de desmitificaciones de sucesos aparentemente paranormales que no lo son, a juicio del autor del reportaje.
Entre estos sucesos que hay que desmentir se encuentra la Sábana Santa de Turín.
Los cristianos sabemos que la autenticidad de la Santa Síndone no es materia de fe; es decir, que no condiciona para nada los postulados que constituyen nuestra fe. Se puede ser cristiano independientemente de que la Sábana de Turín exista o no, sea auténtica o no lo sea.
Sin embargo, existe un profundo temor en ciertos círculos a la posibilidad de que la sagrada reliquia puede ser la que cobijara el cuerpo del Señor en su sepultura, pues sería una posible prueba de la veracidad de la Resurrección. Ojo, que digo "prueba de la veracidad de la Resurrección", y no digo "prueba de la Resurrección", porque en realidad nunca sabremos si la imagen que vemos impresa en ella es la del Señor o no lo es, aunque todos los datos apuntan en esa dirección.
La última desacreditación de la Síndone que figura en la revista que he mencionado consiste en decir que existen pigmentos en la impronta de la imagen y que la prueba del Carbono 14 la dató como del siglo XIII.
Todo científico sabe que cuando al analizar un hecho o pieza arqueológica y realizar diversas pruebas sobre él, el resultado es que un 95% de los análisis apunta en la dirección A y el 5% apunta en la dirección NO-A (opuesta a la primera), esto no invalida la tesis A defendida por el 95% de las pruebas. Más bien la lógica nos empuja a dar crédito estadístico a la tesis A sobre la NO-A, y debería indagarse para dar una explicación razonable a los resultados favorables a la tesis NO-A: es decir, ver si los resultados son correctos y han sido obtenidos con arreglo al método científico, si tienen otra explicación posible, si pueden hacerse nuevas pruebas para solucionar la ambigüedad surgida, etc.
No basta con que un 5% de los resultados apunten en la dirección NO-A, para dar por cancelados e inútiles todos los resultados que apuntaban hacia A. Afirmar esto implicaría aceptar cosas absurdas. Y lo vamos a ver con la Sábana Santa en un próximo artículo en el que me extenderé sobre lo que sabemos de ella.
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Segunda parte de este artículo (25-Marzo-2009)
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