miércoles, 25 de marzo de 2009

Lo que sabemos de la Sábana Santa

(Procede de este otro artículo)

Con la Sábana Santa se ha seguido este procedimiento: la práctica totalidad de las pruebas apuntan a su autenticidad (esto es a que corresponde a un tejido usado en un enterramiento del siglo I en Palestina de una persona que sufrió una serie de tormentos similares a los que padeció Jesús en la Pasión). Sin embargo una sola prueba apunta a que es una falsificación del siglo XIII. Una sola prueba cuya seriedad está más que cuestionada hoy en día por la comunidad científica (y no solo por la defensora de la autenticidad) pues las infracciones al método científico que se cometieron en su ejecución fueron abrumadoras.

Pero esto da igual, el daño ya está hecho.

Da igual que las pruebas que prueban la autenticidad sean de tal naturaleza como las siguientes:

* el tejido se corresponde en cuanto a su naturaleza y forma de elaboración con el fabricado en telares del siglo I de Palestina.
* se encontraron y estudiaron pólenes incrustados en la sábana que proceden de plantas pertenecientes a las distintas ciudades por las que la historia nos dice que pasó la reliquia, incluso de plantas que hoy no existen en Palestina y sí existían en tiempos de Jesús.
* no se han hallado restos de pigmentos que se hayan utilizado para dibujar la imagen. Se ha podido demostrar que la impresión de la síndone es una pequeña chamuscadura superficial de cada fibra del tejido, que ha sido imposible reproducir con ningún método conocido sin quemar las fibras en su integridad.
* no se encuentra un método posible para imprimir en un tejido la imagen de un cadáver partiendo de hipótesis meramente naturales. Los propios científicos hablan de "chamuscadura causada por una radiación de origen y naturaleza desconocidos". La revista, cuyo artículo falsario comentamos, se inventa una presunta prueba que dice que reproduce la misma impresión de la sábana, pero eso es sencillamente falso.
* la imagen presenta tridimensionalidad, es decir, la intensidad de la chamuscadura es proporcional a la distancia que la sábana pudo tener en el momento de la Resurrección con respecto a las distintas partes del cadáver impreso. Esto sólo se pudo conocer al aplicarle un tratamiento sofisticado de imágenes diseñado para el estudio de la superficie de Marte. ¿En la Edad Media?.
* las distintas manchas de sangre que aparecen en la Sábana Santa se corresponden con sangre humana. Lo más impresionante es que según el tipo de heridas, donde debe aparecer sangre arterial se encuentra sangre arterial, y donde debe aparecer sangre venosa, se encuentra sangre venosa. La circulación sanguínea se postula por primera vez por Miguel Servet en el siglo XVI, por lo que es impensable que en una fecha anterior un falsificador tuviera los conocimientos necesarios para no cometer un error de este calibre.

¿Qué hacemos con todas estas pruebas después de la del Carbono 14? ¿Quedan anuladas sus conclusiones por arte de magia?.

Una nota a la posibilidad apuntada por la revista de la aparición de pigmentos en la Sábana. No he leido en ningún documento esa prueba realizada, pero para el caso de que esa verificación existiera apunto lo siguiente. En la tilma de la Virgen de Guadalupe de México, no se ha encontrado una explicación natural a la formación de la imagen en el tejido. Sin embargo sabemos que en distintos momentos históricos, la imagen sufrió repintes y añadidos por distintos artistas. Esto no invalida en absoluto el origen de la impronta en sí, sino simplemente documenta la existencia de retoques, nada más.

Existen maneras correctas de hacer ciencia y aplicar el método científico. Da igual las conclusiones que se obtengan. Pero cuando el método científico está sesgado desde el principio, no se hace ciencia, sino tergiversación e ideología.

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