jueves, 26 de febrero de 2009
¿Qué es el Testimonium Flavianum?
El Testimonium Flavianum es la fuente extrabíblica más importante sobre la persona de Jesús que conservamos. Es un breve texto cuyo autor es Flavio Josefo, un historiador judío, probablemente natural de Jerusalén, que mantuvo buenas relaciones con las autoridades romanas, lo que le valió su fama de buen negociador.
En la guerra contra los romanos previa a la conquista de Jerusalén de 70, él lideró a los judíos sublevados en Galilea. Como consecuencia de los sucesos bélicos, terminó pasándose al bando romano, llegando incluso a participar en el asedio a Jerusalén, su propia ciudad.
En su época ya adulta, escribió sus cuatro obras principales en Roma: La más importante, la Guerra de los Judíos, escrita antes de 80 en arameo. También escribió Las Antigüedades de los judíos, su Autobiografía y el Contra Apión.
El más voluminoso y el que nos interesa para el fragmento del que hoy quiero hablar es las Antigüedades de los judíos. Abarca desde la creación del mundo hasta Nerón, siendo los diez primeros volúmenes una recopilación de las historias bíblicas y los otros diez restantes las historias vividas por él u oidas de primera mano (según él testimonia).
En este libro aparecen dos menciones de Jesús. La segunda de ellas, la menos importante, no presenta dudas sobre su autenticidad y habla de la ejecución de Santiago:
"Siendo así, Anás consideró que se presentaba una ocasión favorable cuando Festo murió y Albino se encontraba aún de viaje: convocó una asamblea de jueces e hizo comparecer a Santiago, hermano de Jesús llamado el Cristo, y a algunos otros, y presentó contra ellos la acusación de ser transgresores de la Ley, y los condenó a ser lapidados".
Este Santiago es el personaje que aparece en Mc 6,3. En este texto se atestigua que Jesús era conocido como el Cristo, es decir, el Mesías, y que tuvo este pariente llamado Santiago.
El primero de los textos de las Antigüedades es más importante, pues es el más largo que conservamos sobre la figura de Jesús y es el que conocemos como Testimonium Flavianum:
"Por este tiempo vivió Jesús, un hombre sabio, si se le puede llamar hombre, que realizaba obras extraordinarias, maestro de todos los hombres que acogen con gusto la verdad. Arrastró a muchos judíos y a muchos paganos. Él era el Mesías. Aunque, por instigación de nuestras autoridades, Pilato lo condenó a morir en la cruz, los que antes lo habían amado no lo abandonaron, porque al tercer día se les apareció vivo de nuevo, como lo habían previsto los profetas, que además habían anunciado muchas cosas admirables sobre él. Hasta el día de hoy sigue existiendo el linaje de los cristianos, que se denomina así por él". (Antigüedades judías XVIII, 63-64).
Dado que no conservamos de esta obra manuscritos originales, sino copias medievales, se ha especulado mucho sobre la posibilidad de que esta mención de Jesús fuera obra de una mano cristiana que hubiera interpolado este texto, o parte de él. Sin embargo es digno de señalarse que utiliza unas expresiones muy propias de Flavio Josefo como "hombre sabio", "obras extraordinarias" (cuando en la tradición cristiana se utiliza la palabra 'milagro' o 'signo'), o la utilización de la palabra griega 'hedoné' (acogen con gusto la verdad) de la que proviene hedonismo, de connotaciones negativas para un cristiano.
Por otro lado, las afirmaciones de la condición no meramente humana de Jesús que aparecen en el texto, no parece que pudieran ser obra de un judío como Flavio Josefo.
Por otras fuentes, conocemos una posible alternativa a este texto, mediante la traducción al árabe del texto flaviano citada por Agapio, un obispo de Hierápolis, en el siglo X:
"Por este tiempo, un hombre sabio llamado Jesús tuvo una buena conducta y era conocido por ser virtuoso. Tuvo como discípulos a muchas personas de los judíos y de otros pueblos. Pilato lo condenó a ser crucificado y morir. Pero los que se habían hecho discípulos suyos no abandonaron su discipulado y contaron que se les apareció a los tres días de la crucifixión y estaba vivo, y que por eso podía ser el Mesías del que los profetas habían dicho cosas maravillosas".
Aunque este texto no se libra tampoco de una posible interpolación cristiana, al leerlo críticamente junto con la primera versión nos proporciona mucha información sobre Jesús que podemos sospechar cierta debida a la distinta procedencia de ambas fuentes.
La existencia de fuentes extrabíblicas como el Testimonium Flavianum no nos aporta nada nuevo a los cristianos en cuanto al conocimiento del Señor; sin embargo, la importancia de estos escritos reside en que contextualizan la vida de Cristo en la Historia, no desde el testimonio de los que le hemos seguido a lo largo de los siglos, sino desde personajes no cristianos y, por tanto, no sospechosos de parcialidad.
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