En mi ciudad, cerca de donde yo nací, hay una calle con un nombre muy especial. Hasta el s. XIX existió en esa calle un hospital con el mismo nombre y por el que hoy se llama así.
Nombres religiosos en nuestras calles no faltan: de Jesús, muchos con advocaciones de la Virgen María y otros muchos también con nombres de santos. Otros verdaderamente ridiculizan y denigran el callejero, pero en la Historia el balance creo es positivo para la fe.
A pesar de todos esos nombres que nos recuerdan constantemente los valores de nuestra fe católica, el nombre de la calle que traigo hoy a colación destaca entre todos ellos.
Cuando yo era pequeño para mí era un nombre más que repetía o mencionaba sin caer en la cuenta de lo que decía o significaba. Al hacerme mayor, tomé conciencia de ese nombre y cada vez que hoy paso por ella no dejo de evocar lo que el nombre en sí representa, el núcleo verdadero de nuestra existencia.
Probablemente en cada ciudad nuestra haya nombres de calles o lugares verdaderamente significativos para la fe, de los que os enorgullecéis y sentís contentos. Os invito a que los compartáis con nosotros en los comentarios de este artículo.
Incluso puede que haya otras calles u otros lugares con el mismo nombre.
Hoy le dedico esta reflexión para compartir con todos el mensaje que contiene. La calle, casi mi calle, se llama:
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