No pretendo dar lecciones de amor, pues me confieso un aprendiz (pésimo) en la tarea que nos encomienda Jesús. Sólo quiero compartir con vosotros mis reflexiones sobre el amor. Estas palabras me las digo a mí mismo para que ellas también obren en mí, por la gracia de Dios:
1) Comienza por amar a Jesús, Su Palabra, Su Vida, Su Ser. Imprégnate de Él. Si no amas a Jesús no entenderás por qué Él nos manda amar.
2) No esperes que el amor sea fácil. Si es demasiado fácil, no es mucho amor. "Ama hasta que duela" (Beata Teresa de Calcuta).
3) No esperes amar con grandes gestos. Ama en las pequeñas cosas pues esas sólo las ve Dios.
4) Ama sin esperar nada a cambio y hasta el final.
5) Ama primero a los que te rodean. Son las personas con las que tenemos más trato, de las que conocemos mejor sus fallos, de las que tenemos más prejuicios. Ahí tenemos una tarea mayor. Comienza por tu familia.
Ama también a los que dejaste de amar hace tiempo. Si ellos no te aman, borra el rencor de tu corazón y te habrás puesto en el camino correcto.
6) Amar es ser cortés, respetuoso, amable, diligente, puntual, formal, responsable, honrado, cumplidor, amante de la verdad. Cumple las normas de tráfico.
7) Saluda a todas las personas que conozcas cuando las encuentres. Mira a los ojos a quien sabes que no se va a sentir ofendido por ello. Sonrieles de corazón.
8) Tras una discusión, no te muestres rencoroso, obra como si no hubiera pasado nada. Si ha habido alguna ofensa, pide perdón.
9) No te enojes si una persona mayor te aborda para hablar y te entretiene en tus tareas. Seguramente padecerá alguna soledad, material o espiritual. Sé paciente con ella.
10) Vence tus miedos a amar.
11) Practica la empatía, es decir, ponte en el lugar del otro, intentando reproducir sus mismos sentimientos y miedos. Comprenderás mejor su situación.
12) El amor debe ser también reflexivo. "Que la limosna sude en tu mano" (La Didajé). No amamos con el corazón (es un músculo); amamos con nuestro cerebro.
13) ¿Terminar con el hambre en el mundo? Mejor comienza por dar de comer a la persona que tienes al lado, por amar a tu vecino. Los objetivos para el amor deben ser concretos.
14) Recuerda alguna otra vez que amaste de modo especial y sincero a alguien. Recuerda lo bien que te sentiste y cómo fue una alegría para tí.
15) No seas demasiado exigente contigo mismo. Todos tenemos nuestros momentos buenos y nuestros momentos malos, nuestros cansancios y debilidades. Mantén la tensión de amar a lo largo de toda tu vida y procura enmendar suavemente tus errores (parábola de los dos hijos: Mt 21, 28-32).
16) Ve en el rostro del otro a Jesús y trátalo como a Él mismo. Su rostro es distinto al tuyo, pero siente igual que tú, y Dios habita en él por voluntad Suya, aunque sea un pecador (tú también lo eres).
17) No midas tu amor por objetivos cumplidos. Dios no lo hace; Jesús mirará tu sinceridad antes que tus logros.
18) Busca fuerzas en la oración y los sacramentos. El amor procede de Dios y sólo en Él podremos beberlo.
19) Procura tener tu espíritu en paz.
20) Uno de los mayores errores de la historia humana, es el concepto del amor romántico, es decir, del amor que viene espontáneamente, se manifiesta mediante volutas de humo e igual que vino, puede irse. El amor es una labor, un propósito, un esfuerzo diario, especialmente en cuanto al amor matrimonial se refiere.
21) Si vas conduciendo tu coche y un desconocido comete alguna barbaridad, seguro que te enojarás y mucho. Si el que comete la barbaridad es tu hijo, serás indulgente. Saca tus propias conclusiones.
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Algo más que un doble decálogo para reflexionar de manera muy acertada.
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