martes, 7 de agosto de 2012

Video que no debe perderse ningún protestante


La Iglesia Católica es el medio seguro para conocer que estamos unidos a Cristo.

Toda carretera, todo camino tiene una amplia calzada por la que circulamos que nos lleva a nuestro destino con seguridad.

Pero hay quienes quieren aventurarse por otros caminos, atajos que prometen beneficios para el viajero, caminos alternativos a los que nos lleva el espíritu de aventura de todo ser humano, pero que nos conducen a contrariedades sin fin, a dificultades y oscuridades, a peligros graves, sin la certeza de llegar a nuestro destino íntegramente.

Otros, sin apartarse del camino principal, se empeñan en experimentar el borde de la calzada, donde comienza la cuneta, el terreno pedregoso y difícil; de ese modo, el camino de la calzada lisa se convierte en problemático, las piedras saltan y se proyectan contra todos. Con su boca proclaman su fidelidad, pero sus actos les empujan fuera del rumbo correcto . Quienes se empeñan en esta solución terminan por creerse "más papistas que el Papa" y miran a los que circulan por el centro de la calzada con aire de superioridad y gallardía, sin darse cuenta de que son ellos los que poco a poco se están colocando lejos de la seguridad del camino correcto. 

Estos no son tan distintos de los que han experimentado caminos secundarios alternativos, porque muchos de los que probaron algún atajo que les condujo fuera de la seguridad de la senda marcada, comenzaron por ceñirse a la cuneta más de lo debido y terminaron por derivar perdiendo el rumbo.

La Iglesia Católica es el camino seguro, el centro de la calzada que nos lleva a Dios, que nos lleva hasta el final de nuestros días. Nadie promete que el camino no sea largo, dificultoso, lleno de penalidades, con muchas cuestas y estrecheces. Pero tenemos la certeza de que es el camino correcto

No sientas la tentación de probar otras calles, otras avenidas, otras carreteras, porque no tienes la seguridad de dónde te han de conducir.

No juegues a la aventura con tu salvación. Tu felicidad plena y la de los tuyos está en juego. ¿Te arriesgarías a perderlo todo por emprender el camino equivocado?

2 comentarios:

  1. Para mí está claro que el deseo de Jesucristo era la unidad: "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos..." Una única cepa y alimentados de la misma savia, la misma fe.
    Abrazos

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    1. Aunque todos somos distintos, Cristo es uno. Y esta unidad de Cristo se manifiesta en su Iglesia. No puede haber muchos cristos. Un abrazo.

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