Ofrenda de Melquisedec (Gn 14, 17-20)
Cuando Abrán volvía de derrotar a Quedarlaomer y a los reyes aliados, salió a su encuentro el rey de Sodoma en el valle de Save, o sea el valle del Rey. Entonces Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino, y le bendijo diciendo:
"Bendito sea Abrán por el Dios altísimo,
creador de cielo y tierra;
bendito sea el Dios altísimo,
que te ha entregado sus enemigos".
Melquisedec recibe a Abrán con una ofrenda de pan y vino, único caso de este tipo de ofrenda en el Antiguo Testamento, precursor del sacrificio eucarístico.
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Son muchos los anticipos que aparecen en el Antiguo Testamento y que serán confirmados en el Nuevo. Ej.: "El espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido..." (Is 61, 1-2) Que vemos fielmente reflejado y cumplido en Lc 4, 14-22: "Esta escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy".
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