lunes, 2 de marzo de 2009

Amor y libertad: el amor en la Trinidad (I)



Todos nos hemos encontrado en algún momento de nuestras vidas con el problema de la libertad y el problema del bien y el mal: ¿por qué existe el bien y el mal? ¿por qué, si Dios es infinitamente bueno, permite que exista el mal? ¿ha deseado Dios el mal?.

Remontémonos al origen de todo. Según nos dice San Juan “Dios es amor” (1 Jn 4, 16). Es decir, San Juan nos muestra que la naturaleza esencial de Dios es la de un Ser amoroso.

Esta esencia de Dios se nos ha manifestado a través del propio Cristo que nos revelado la naturaleza trinitaria del Dios infinito. Amor y Trinidad son dos conceptos que en Dios van de la mano.

En nuestro ser personal humano, no podemos concebir el amor como una cualidad meramente pasiva, sino que el ‘ser amor’ forzosamente tiene que implicar la actividad de amar. Y esta actividad tiene siempre que proyectarse hacia lo exterior de nosotros mismos, de manera que podríamos definir la acción de amar como “el movimiento de salir de nosotros mismos e ir al encuentro del otro”.

No podemos concebir que una persona se ame a sí misma (automáticamente la tacharíamos de egoísta, es decir, de algo negativo), ni que ame algo que le constituye (a un brazo, por ejemplo), ni que pueda tener una existencia plena y feliz viviendo en una burbuja aislada de amor. Amar siempre implica actividad y siempre implica hacia fuera de nosotros.

Del mismo modo en Dios, en el que se da el amor perfecto, esa actividad se manifiesta de manera que el Hijo, Palabra del Padre (Jn 1, 1-18), se vincula con Él precisamente a través del lazo del amor trinitario que es el Espíritu Santo. De este modo misterioso, Dios manifiesta activamente su esencia amorosa manteniendo su unidad. Esto en lo que respecta a la intimidad de Dios.

Pero por otra parte, nosotros hemos conocido que Dios es nuestro Creador, y que nuestro ser no se debe a ningún merecimiento nuestro, sino a la mera liberalidad de Dios. De esta manera Dios ha manifestado su amor intrínseco, no solo en sus relaciones trinitarias, sino también hacia fuera de sí, hacia la creación, hacia nosotros mismos.

El acto creador es un gesto de ese amor que lo constituye en esencia y que se manifiesta hacia nosotros, la criatura. La creación, por tanto, es consecuencia de la liberalidad de Dios y de su amor.

“El Padre eterno creó el mundo por una decisión totalmente libre y misteriosa de su sabiduría y bondad…”, Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes 2.

“…El hombre es invitado al diálogo con Dios desde su nacimiento; pues no existe sino porque, creado por Dios por amor, es conservado siempre por amor…", GS 19.

El amor, por tanto, en primer lugar, es una cualidad divina y no meramente humana. Procede de Dios y en nosotros se actúa como por sombra de lo que Es en origen. De hecho si tuviéramos que describir espontáneamente qué es el amor, nos sería difícil encontrar las palabras adecuadas para englobar todos los aspectos posibles que el amor nos proporciona; y eso nos remite, de algún modo, a apreciar su naturaleza y origen divinos.

Como cualidad intrínsecamente unida a Dios y originaria de Él debe estar forzosamente revestida de los principios de inmutabilidad (el amor en Dios no cambia), infinitud (el amor en Dios no termina nunca), perfectibilidad (el amor en Dios es perfecto en cuanto no admite contradicciones) y de irretractabilidad (el amor de Dios otorgado, ya no se vuelve atrás). A estas cualidades habría que añadir que el amor de Dios por nosotros es completamente libre y voluntario, es decir, no merecido por nosotros.

Así nos ha sido revelado por Jesús en cuanto a la naturaleza de Dios, como amor. Y este es el origen de todo, de nuestro ser y también de nuestro amar. En Dios reside el amor puro, eterno e inagotable. Veremos en próximos artículos las consecuencias de esto para nosotros.

(Continuará ...)

Otros enlaces:
Amor y libertad (II): Dios nos ama
Cristo es la verdad

3 comentarios:

  1. ¡Yo creo en el amor de Dios!

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  2. Saludos, no encontrando la dirección para enviarle un e-mail, aprovecho para pedirle que cambie el enlace que tiene puesto a mi página de PRESENTACIONES DE POWER POINT Y MÚSICA porque he tenido que migrar por lo que le ruego cambie la dirección por esta otra http://corrientita.99k.org/ para que pueda seguir ofreciendo el trabajo que con tanta ilusión estoy realizando.
    Saludos.
    Blanca

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  3. El Amor de Dios está a años luz de lo que conocemos o llamamos nosotros amor, como lo dice ahí es solo la sombra, un destello....

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