viernes, 28 de octubre de 2011

Pensamientos (XLIV): San Francisco de Sales

 
Cómo conseguir la paz.

Hagamos tres cosas, muy querida hija, y conseguiremos la paz: tengamos la completa y pura intención de buscar en todas las cosas la honra de Dios y su gloria; hagamos lo poco que podamos con este objeto siguiendo los consejos de nuestro padre espiritual, y dejemos que Dios se encargue del resto.

¿Por qué se angustia el que tiene a Dios como objeto de sus intenciones y hace lo que puede? ¿Qué tiene que temer? No, no; Dios no es tan terrible con los que ama; se contenta con poco porque sabe muy bien que no tenemos mucho. Sabed, querida hija, que en la Sagrada Escritura el Señor recibe el nombre de Príncipe de la Paz, y que, por lo tanto, donde es el dueño absoluto reina la paz.

No obstante, es cierto que, antes de poner paz en un lugar, es preciso luchar, separar el corazón y el alma de los afectos más queridos, familiares y ordinarios, es decir el amor desmesurado de uno mismo, la confianza en uno mismo, la complacencia en uno mismo y afectos semejantes.

Ahora bien, cuando el Señor nos separa de esas pasiones tan amables y queridas, parece que nos destroza el corazón, y surgen sentimientos de amargura; el alma se debate hasta casi no poder más, pues tal separación es dolorosa.

Pero toda esa lucha del alma es pacífica, pues en definitiva, aunque abrumados por esa aflicción, no por ello dejamos de depositar nuestra voluntad resignada en la de Nuestro Señor y la mantenemos allí, clavada en ese divino deseo, sin abandonar nuestras obligaciones y su cumplimiento, sino realizándolas animosamente.

San Francisco de Sales, carta a la abadesa del Puy d'Orbe.

2 comentarios:

  1. Paz necesita mi corazón, me cuesta tanto entender que aunque ponga todas mis fuerzas y corazón en Ti, solo Tu eres el que moverá todo lo que hay en mi para seguirte, complacerte, obedecerte y amarte. La paz,la paciencia, calmará estas ansias que desbordan mi corazón de Amor por Ti.
    DAME TU PAZ.

    ResponderEliminar
  2. Paz, era lo que necesitaba y me escape de las cosas que realmente me hacian feliz, ahora que ha pasado el tiempo nunca consegui esa paz , solo la consegui cuando volvi a caer entre tus brazos Señor, gracias por traerme otra vez< a tu lado. te amo mi Dios!

    ResponderEliminar