jueves, 4 de junio de 2009
Citas bíblicas que deberían leer los protestantes (V)
(Para leer el primer artículo de esta serie, pinche aquí.
Para leer el artículo anterior, pinche aquí.)
Una vez que la propia Escritura nos ha señalado cuál es la verdadera Iglesia, seguiremos en este peregrinar de su protagonista, Marcus Grodi, en busca de la fe. Ahora le toca el turno a otro tema importante, el de las obras. Según los principios de Lutero, las obras no son relevantes para nuestra salvación, pues somos salvos únicamente por la fe. No era necesario acrecentar la propia santidad, porque la salvación era algo externo, recibido, que no puede ser cambiado. Sin embargo, vamos a ver en qué sentido nos enseña la Escritura:
Luego escuché una voz que me ordenaba desde el cielo: «Escribe: ¡Felices los que mueren en el Señor! Sí –dice el Espíritu– de ahora en adelante, ellos pueden descansar de sus fatigas, porque sus obras los acompañan». (Ap 14, 13).
Resultó que súbitamente, al leer este pasaje en uno de los servicios funerarios en los que lo utilizaban, cayó en la cuenta de que él estaba predicando que las obras no importaban para la salvación, mientras que de la lectura de la Escritura se desprendía justamente lo contrario, que las obras nos acompañarán después de la muerte. Tan importantes son para Dios que, realmente, es lo único que nos acompañará ante el juicio de Dios.
Pero aquí no quedaban los testimonios bíblicos sobre las obras, pues veremos a continuación otro texto del mismo libro del Apocalipsis:
...y haré morir a sus hijos. Así sabrán todas las Iglesias que yo conozco íntimamente los sentimientos y las intenciones. Y yo retribuiré a cada uno según sus obras. (Ap 2, 23).
Jesús dijo que hemos de ser perfectos como el Padre es perfecto. Él dio valor a nuestras obras. Ellas serán la medida en nuestro juicio, aunque no prestemos oídos a estas palabras de Jesús con demasiada frecuencia. Y la gracia de Dios está puesta en nosotros para impulsarnos hacia las buenas obras.
La doctrina católica afirma que aunque Jesús nos ha conseguido la salvación con su muerte y resurrección, somos nosotros los que tenemos que adherirnos a ella mediante nuestras obras. Los protestantes ponen el acento sólo en la primera y se olvidan de la segunda, aún en contra de los testimonios bíblicos citados.
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Misericordia quiero, y no sacrificios,y el Buen Samaritano,odrían ser dos corolarios a lo que dices.
ResponderEliminarLa palabra de Dios dice:
ResponderEliminarHermanos, si uno dice que tiene fe, pero no viene con obras, ¿de què le sirve? ¿Acaso lo salvarà esa fe? Si un hermano o una hermana no tienen con que vestirse ni què comer, y ustedes les dicen: "Que les vaya bien, calièntense y alimentènse, sin darles lo necesario para el cuerpo, ¿De què le sirve eso?
Lo mismo ocurre con la fe: si no produce obras, es que està muerta. (Santiago 2, 14-17)
Hermanos la palabra de Dios dice:
ResponderEliminarEntiendan, pues, que uno llega a ser justo a travès de las obras y no sòlo por la fe.
(Santiago 2, 24)
13 Guarda del mal tu lengua,
ResponderEliminartus labios de decir mentira;
14 apártate del mal y obra el bien,
busca la paz y anda tras ella.
eso si que es cierto la fe sin obras es muerta bien lo dice el apostol san pablo en satiago 2,14-17
ResponderEliminarHasta cuando entenderán, todo ese protocolo antiquísimo y sin sentido que la iglesia romana ha creado y modificado a su gusto y antojo solo condena a los pobres ignorantes.
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