jueves, 12 de marzo de 2009

La liturgia estacional: Iglesias estacionales

En la consolidación histórica de la liturgia estacional, han transcurrido varios períodos hasta la que ha llegado a nuestros días.

De un primer momento histórico proceden las estaciones a las basílicas principales romanas, San Pedro, San Pablo, Santa María la Mayor, San Lorenzo y Santa Cruz de Jerusalén. En estos templos se tenían los oficios litúrgicos los domingos y las ferias importantes de la semana, miércoles, viernes y sábado. Esto probablemente en recuerdo del texto de la Didajé que dice:

"Pero no hagas que tu ayuno sea con los hipócritas, porque ellos ayunan en el segundo y quinto día de la semana. Mas bien, ayuna en el cuarto y sexto día." (cap. 8, 1).

Dado que la semana ha de comenzar a contarse por el domingo como primer día, el cuarto y el sexto corresponden al miércoles y viernes.

En un momento posterior, en el siglo V, se fueron incoporando más templos para cubrir todos los días de la semana, excepto los jueves.

Del siglo VIII proceden las misas estacionales de los jueves.

Era costumbre que la iglesia estacional estuviera engalanada y abierta al pueblo durante todo el día en que le correspondía su turno. También se anunciaba públicamente cuál era el siguiente templo que le correspondía por orden para que el pueblo lo conociera, sustituyendo al aviso que antiguamente hacía el subdiácono en este sentido.

En los libros litúrgicos recientes aún puede verse la distribución diaria de la liturgia estacional, indicando a qué templo corresponde cada día; si bien, como indicamos, ésta era una peculiaridad propia de la liturgia romana, han existido intentos de llevar esta costumbre a otras diócesis y ciudades.

En la página web del Vaticano se anuncia a qué templo corresponde la estación de cada día de la Cuaresma. Puede consultarse aquí.


Enlaces relacionados:
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