viernes, 29 de marzo de 2013

La Cruz, la puerta de la salvación


En el Éxodo leemos que era necesario el sacrificio de un cordero macho, de un año, sin defecto...

Y que su sangre sobre las jambas de las puertas libraría a sus moradores de la aniquilación del Paso del Señor...

Esa sería la señal: la casa que tuviera la sangre en sus puertas, no sería tocada.

Jesús ha derramado su sangre y ha marcado con ella la Cruz.

El árbol de la Cruz es ahora la puerta del nuevo Reino de Dios. Es la puerta de nuestra casa, la que nos da la verdadera libertad, la que nos libra del mal.

Esa casa es la Iglesia de Cristo, la Iglesia católica.

La Cruz es la puerta de acceso a ella. Por ella entramos y ella es nuestro símbolo.

De algún modo, cuando Cristo muere, nace la Iglesia de su sangre. Somos parte de Él, hemos sido comprados con ella, salimos de Él y a Él volveremos.

La Iglesia nacida en la Cruz es el Cuerpo de Cristo,... nace de su sangre.

Y por la Cruz pasaremos de esta casa a la casa definitiva.

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1 comentario:

  1. Salí dejando la puerta entornada; un día llamé cargado con el duro peso de mi cruz y allí seguía esperándome para darme la vida.

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