Estos consejos para perder la fe, están tomados del blog Ascending Mount Carmel del amigo 'The Idler' que generosamente nos ha permitido traducirlos y exponerlos aquí.
Hemos sabido de este elenco tan sumamente acertado a través de Religión en Libertad que publicó un resumen de este texto. Aquí ofrecemos una traducción completa y directa del original. Espero que nos sirva a todos como ejemplo de lo que no debemos hacer con nuestra fe.
"El proceso de conversión nos proporciona mucho tiempo, que necesitamos en el desierto espiritual para darnos cuenta de cómo son las cosas realmente. La siguiente lista pretende ilustrar lo que yo creo que son las formas más efectivas para que nuestra vida espiritual, como católicos que somos, quede completamente destruida o al menos bastante disminuida. Si quieren que su vida espiritual crezca, evite las siguientes situaciones:
1.- Asume que la Iglesia está perdida: escucha a los disidentes y a otros que atacan la fe sin asegurarte que tu propia fe es lo suficientemente sólida para soportarlo.
Escucha constantemente las diatribas de los predicadores fundamentalistas contra la Iglesia, a la que llaman "la prostituta de Babilonia". Presta oídos a las diversas invectivas lanzadas contra la Iglesia por el "Natural Catholic Reporter" (N.T.: algo así como lobos con piel de cordero).
Piensa que Hans Küng es el mejor teólogo que la Iglesia ha tenido. Toma en serio las objecciones a la fe que hacen desde algunas páginas web, como Carm.org (N.T.: lobos con piel de lobos).
Haciendo esto puedes empezar a sentirte aislado, enfadado por el desmembramiento que sufre nuestra fe, que una vez fue hermosa, y ocurre que la mayoría de los católicos hoy están completamente desnortados.
Cualquier religión te empieza a parecer atractiva una vez que has visto unos cuantos videos de marionetas litúrgicas; tu fe sufrirá golpes posiblemente fatales si atiendes a las razones contra el catolicismo de los fundamentalistas -aquellos que quieren desmantelar la Iglesia desde dentro- y de los anticatólicos.
2.- Sé escrupuloso en demasía: la escrupulosidad es un problema especial entre nosotros los católicos; es verdad, cuando nos vemos enfrentados a la maravillosa realidad de la presencia real de Cristo en la Eucaristía y todo lo que conlleva la Sagrada Comunión, uno puede llegar a ser claramente consciente de su propia naturaleza pecadora. Un régimen saludable de examen de conciencia es bueno y recomendable; la confesión frecuente puede realmente ayudar a desarraigarnos del pecado y al menos conducirnos hacia el buen camino.
Pero si quieres llegar a un estado de locura como la de Nietzsche, examina cada pequeña acción con lupa. Considera cualquier pecado como si fuera mortal, vive con miedo. Te aseguro que tu fe se consumirá en esas llamas.
3.- Cambia en tu vida la misericordia por la justicia: siguiendo con lo anteriormente dicho, empieza a considerar que Dios es inmisericorde. Considéralo como un tirano que sólo se entusiasma con la idea de arrojarte al infierno. Esto no sólo matará tu fe y tu amor por Dios, sino que también te conducirá a lo contrario, al anticristianismo o algo peor.
4.- Céntrate en la vida espiritual de todos menos en la tuya: disecciona la vida espiritual de los demás pero no te fijes en la tuya. Rechaza esforzarte por tu propia salvación a causa del miedo.
5.- No mantengas una conversación inteligente sobre religión, sino discute: el debate y la discusión son fuentes de conocimiento, pero los argumentos no. Por lo tanto cada vez que tu fe sea puesta en entredicho, empieza a enfadarte y suelta tu lengua. Discute hasta que te desmayes, no escuches lo que la otra persona dice y frústrate tanto como sea posible.
6.- Haz lo mínimo que se te pida: conviértete en un católico perezoso. Empieza por ir a Misa sólo los domingos, después sáltatela de vez en cuando y finalmente sólo irás en Navidad y en Pascua de Resurrección.
7.- No conozcas tu fe: una buena forma de dejar morir tu fe es no conociéndola. Evita leer las Escrituras, ignora los Padres de la Iglesia, deja de lado esos libros de Teología (cosas viejas y polvorientas), rechaza estudiar la Historia. De esta forma cuando alguien inevitablemente cuestiona o ataca tu fe, tú te torcerás inmediatamente y considerarás otras opciones.
8.- Evita recibir frecuentemente la Sagrada Comunión: dado que recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo nos fortalece, podemos decir que comulgar con frecuencia sólo puede ayudarte en todos los aspectos de tu vida cristiana. Por lo tanto, si deseas debilitarte, evita recibir la comunión. Evita mejorar incluso cuando puedas, porque sólo te sentirás limpio y total y absolutamente rejuvenecido cada vez que recibes a Cristo.
9.- Encógete de miedo cuando tu fe se vea desafiada (miente, escóndete, huye): esta es la clave, cada vez que alguien ataque u objete algo contra tu fe, vuélvete y huye. Mejor aún, conviértete en un cúmulo de disculpas titubeantes y avergüénzate. Esto te hará sentir que tu fe es débil, indigno de recibir la comunión, un cobarde, al final. Seguro, hay ocasiones y lugares para defender tu fe pero no siempre es conveniente discutir de religión en una comida con alguien que sólo está siendo maleducado. Pero si deseas realmente perjudicar tu vida espiritual, te recomiendo que seas realmente un cobarde.
10.- No reces: sobre todo, si deseas matar tu fe, no reces. El no rezar te aleja de toda conversación divina, con tu familia en el cielo, con Dios mismo. Si realmente quieres que tu fe muera, ésta es la forma de hacerlo. La oración es el agua que mantiene vivo el árbol de tu fe. Deja de regarlo y mira cómo se seca."
Amén.
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