sábado, 7 de febrero de 2009
¿Por qué el símbolo del pez?
Los primeros cristianos, cuando querían representar simbólicamente a Jesús, nunca utilizaron el signo de la cruz. Para ellos, éste conservaba un significado siniestro y muy doloroso por el que no podía utilizarse para representar al Salvador del mundo. Sólo comenzó a usarse la cruz a partir del siglo IV cuando ya había perdido todo su significado como instrumento de tortura.
Por lo tanto, en la primera Iglesia se usaron otros símbolos para representar a Jesús. Se usó la imagen del Buen Pastor para representar a Jesús como un pastor con una oveja sobre sus hombros. Pero el símbolo que más perduró fue el del pez.
Si visitas las catacumbas de San Calixto en Roma (las más importantes de allí) verás fácilmente en las paredes los símbolos del pez.
Por cierto, es falso que los cristianos se refugiaran en las catacumbas como medio de huir del entorno romano que les perseguia. Los cristianos tenían sus salones donde se reunian y vivían con normalidad. Las catacumbas era más bien un lugar de enterramiento, si bien pudo ser utilizado como lugar de celebraciones en casos muy extremos.
No hay que olvidar que los romanos quemaban a sus muertos, como costumbre normal, extramuros de la Ciudad, pues se consideraba un hecho impuro dicha acción y no podía realizarse dentro de la misma. Sólo Julio César fue incinerado en el Foro Romano y allí se conservaron sus cenizas debido al gran amor que le profesaba el pueblo de Roma. Hoy en día, en el aniversario de su muerte en los idus de Marzo (el día 15) siempre aparecen unas flores en el lugar donde se conservaron sus cenizas. En la necrópolis de Carmona (localidad cercana a Sevilla) se conserva el enterramiento de un general romano que no fue incinerado y se reseña como un hecho extraordinario.
Retomando el tema de este artículo, explicamos un poco más detenidamente el origen de este símbolo. Este término en griego se escribe IXTHUS (transliterado I-X-TH-U-S y pronunciado ijzús) que los cristianos utilizaban como un acrónimo de la siguiente manera:
I (de Iesus): Jesús
X (de Xristos): Cristo
TH (de THeou): de Dios
U ( de Uios): Hijo
S ( de Soter): Salvador
Era una forma oculta de proclamar su fe en Jesucristo, Hijo de Dios Salvador.
Es posible que el símbolo del pez tuviera otros significados secundarios: Cristo como el Maestro que enseña a los discípulos a ser pescadores de hombres (el mar tenía siempre una connotación negativa, por lo que ser pescador de hombres era lo mismo que decir el Salvador), o en relación al milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Pero su principal significado lo recibe del acrónimo que he reseñado más arriba.
Otros enlaces:
Índice de artículos bíblicos
El Itinerarium Egeriae
¿Qué es el Testimonium Flavianum?
San Justino mártir: la presencia de Cristo en la Eucaristía
La foto de mi padre: sobre el sentido de las imágenes.
Mensaje del Santo Padre para la Cuaresma de 2009
CIUDAD DEL VATICANO, 3 FEB 2009.
Se ha publicado hoy el Mensaje de Benedicto XVI para la Cuaresma 2009. El texto, fechado el 11 de diciembre de 2008, lleva por título un versículo del Evangelio de San Mateo: "Jesús, después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre". Sigue el documento íntegro en su versión española:
"Al comenzar la Cuaresma, un tiempo que constituye un camino de preparación espiritual más intenso, la Liturgia nos vuelve a proponer tres prácticas penitenciales a las que la tradición bíblica cristiana confiere un gran valor: la oración, el ayuno y la limosna, para disponernos a celebrar mejor la Pascua y, de este modo, experimentar el poder de Dios que, como escucharemos en la Vigilia pascual, "ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos".
"En mi tradicional Mensaje cuaresmal, este año deseo detenerme a reflexionar especialmente sobre el valor y el sentido del ayuno. En efecto, la Cuaresma nos recuerda los cuarenta días de ayuno que el Señor vivió en el desierto antes de emprender su misión pública. Leemos en el Evangelio: "Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno durante cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre". Al igual que Moisés antes de recibir las Tablas de la Ley, o que Elías antes de encontrar al Señor en el monte Horeb, Jesús orando y ayunando se preparó a su misión, cuyo inicio fue un duro enfrentamiento con el tentador.
"Podemos preguntarnos qué valor y qué sentido tiene para nosotros, los cristianos, privarnos de algo que en sí mismo sería bueno y útil para nuestro sustento. Las Sagradas Escrituras y toda la tradición cristiana enseñan que el ayuno es una gran ayuda para evitar el pecado y todo lo que induce a él. Por esto, en la historia de la salvación encontramos en más de una ocasión la invitación a ayunar. Ya en las primeras páginas de la Sagrada Escritura el Señor impone al hombre que se abstenga de consumir el fruto prohibido: "De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio". Comentando la orden divina, San Basilio observa que "el ayuno ya existía en el paraíso", y "la primera orden en este sentido fue dada a Adán". Por lo tanto, concluye: "El 'no debes comer' es, pues, la ley del ayuno y de la abstinencia".
"Puesto que el pecado y sus consecuencias nos oprimen a todos, el ayuno se nos ofrece como un medio para recuperar la amistad con el Señor. Es lo que hizo Esdras antes de su viaje de vuelta desde el exilio a la Tierra Prometida, invitando al pueblo reunido a ayunar "para humillarnos -dijo- delante de nuestro Dios". El Todopoderoso escuchó su oración y aseguró su favor y su protección. Lo mismo hicieron los habitantes de Nínive que, sensibles al llamamiento de Jonás a que se arrepintieran, proclamaron, como testimonio de su sinceridad, un ayuno diciendo: "A ver si Dios se arrepiente y se compadece, se aplaca el ardor de su ira y no perecemos". También en esa ocasión Dios vio sus obras y les perdonó.
"En el Nuevo Testamento, Jesús indica la razón profunda del ayuno, estigmatizando la actitud de los fariseos, que observaban escrupulosamente las prescripciones que imponía la ley, pero su corazón estaba lejos de Dios. El verdadero ayuno, repite en otra ocasión el divino Maestro, consiste más bien en cumplir la voluntad del Padre celestial, que "ve en lo secreto y te recompensará". Él mismo nos da ejemplo al responder a Satanás, al término de los 40 días pasados en el desierto, que "no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios". El verdadero ayuno, por consiguiente, tiene como finalidad comer el "alimento verdadero", que es hacer la voluntad del Padre. Si, por lo tanto, Adán desobedeció la orden del Señor de "no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal", con el ayuno el creyente desea someterse humildemente a Dios, confiando en su bondad y misericordia.
"La práctica del ayuno está muy presente en la primera comunidad cristiana. También los Padres de la Iglesia hablan de la fuerza del ayuno, capaz de frenar el pecado, reprimir los deseos del "viejo Adán" y abrir en el corazón del creyente el camino hacia Dios. El ayuno es, además, una práctica recurrente y recomendada por los santos de todas las épocas. Escribe San Pedro Crisólogo: "El ayuno es el alma de la oración, y la misericordia es la vida del ayuno. Por tanto, quien ora, que ayune; quien ayuna, que se compadezca; que preste oídos a quien le suplica aquel que, al suplicar, desea que se le oiga, pues Dios presta oído a quien no cierra los suyos al que le súplica".
"En nuestros días, parece que la práctica del ayuno ha perdido un poco su valor espiritual y ha adquirido más bien, en una cultura marcada por la búsqueda del bienestar material, el valor de una medida terapéutica para el cuidado del propio cuerpo. Está claro que ayunar es bueno para el bienestar físico, pero para los creyentes es, en primer lugar, una "terapia" para curar todo lo que les impide conformarse a la voluntad de Dios. En la Constitución apostólica "Pænitemini" de 1966, el Siervo de Dios Pablo VI identificaba la necesidad de colocar el ayuno en el contexto de la llamada a todo cristiano a no "vivir para sí mismo, sino para aquél que lo amó y se entregó por él y a vivir también para los hermanos".
"La Cuaresma podría ser una buena ocasión para retomar las normas contenidas en la citada Constitución apostólica, valorizando el significado auténtico y perenne de esta antigua práctica penitencial, que puede ayudarnos a mortificar nuestro egoísmo y a abrir el corazón al amor de Dios y del prójimo, primer y sumo mandamiento de la nueva ley y compendio de todo el Evangelio.
"La práctica fiel del ayuno contribuye, además, a dar unidad a la persona, cuerpo y alma, ayudándola a evitar el pecado y a acrecer la intimidad con el Señor. San Agustín, que conocía bien sus propias inclinaciones negativas y las definía "retorcidísima y enredadísima complicación de nudos", en su tratado "La utilidad del ayuno", escribía: "Yo sufro, es verdad, para que Él me perdone; yo me castigo para que Él me socorra, para que yo sea agradable a sus ojos, para gustar su dulzura". Privarse del alimento material que nutre el cuerpo facilita una disposición interior a escuchar a Cristo y a nutrirse de su palabra de salvación. Con el ayuno y la oración Le permitimos que venga a saciar el hambre más profunda que experimentamos en lo íntimo de nuestro corazón: el hambre y la sed de Dios.
"Al mismo tiempo, el ayuno nos ayuda a tomar conciencia de la situación en la que viven muchos de nuestros hermanos. En su Primera carta San Juan nos pone en guardia: "Si alguno que posee bienes del mundo, ve a su hermano que está necesitado y le cierra sus entrañas, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?". Ayunar por voluntad propia nos ayuda a cultivar el estilo del Buen Samaritano, que se inclina y socorre al hermano que sufre.
"Al escoger libremente privarnos de algo para ayudar a los demás, demostramos concretamente que el prójimo que pasa dificultades no nos es extraño. Precisamente para mantener viva esta actitud de acogida y atención hacia los hermanos, animo a las parroquias y demás comunidades a intensificar durante la Cuaresma la práctica del ayuno personal y comunitario, cuidando asimismo la escucha de la Palabra de Dios, la oración y la limosna. Este fue, desde el principio, el estilo de la comunidad cristiana, en la que se hacían colectas especiales, y se invitaba a los fieles a dar a los pobres lo que, gracias al ayuno, se había recogido. También hoy hay que redescubrir esta práctica y promoverla, especialmente durante el tiempo litúrgico cuaresmal.
"Lo que he dicho muestra con gran claridad que el ayuno representa una práctica ascética importante, un arma espiritual para luchar contra cualquier posible apego desordenado a nosotros mismos. Privarnos por voluntad propia del placer del alimento y de otros bienes materiales, ayuda al discípulo de Cristo a controlar los apetitos de la naturaleza debilitada por el pecado original, cuyos efectos negativos afectan a toda la personalidad humana. Oportunamente, un antiguo himno litúrgico cuaresmal exhorta: "Utamur ergo parcius, / verbis, cibis et potibus, / somno, iocis et arctius / perstemus in custodia - Usemos de manera más sobria las palabras, los alimentos y bebidas, el sueño y los juegos, y permanezcamos vigilantes, con mayor atención".
"Queridos hermanos y hermanas, bien mirado, el ayuno tiene como último fin ayudarnos a cada uno de nosotros, como escribía el Siervo de Dios el Papa Juan Pablo II, a donarse totalmente a Dios. Que en cada familia y comunidad cristiana, por tanto, se aproveche la Cuaresma para alejar todo lo que distrae el espíritu y para intensificar lo que alimenta el alma y la abre al amor de Dios y del prójimo. Pienso, especialmente, en un mayor empeño en la oración, en la lectio divina, en el Sacramento de la Reconciliación y en la activa participación en la Eucaristía, sobre todo en la Santa Misa dominical.
"Con esta disposición interior entremos en el clima penitencial de la Cuaresma. Que nos acompañe la Bienaventurada Virgen María, Causa nostræ laetitiæ, y nos sostenga en el esfuerzo por liberar nuestro corazón de la esclavitud del pecado para que se convierta cada vez más en "tabernáculo viviente de Dios". Con este deseo, asegurando mis oraciones para que cada creyente y cada comunidad eclesial recorra un provechoso itinerario cuaresmal, os imparto de corazón a todos la Bendición Apostólica".
Nota sobre la excomunión a los prelados de San Pío X
NOTA DE LA SECRETARÍA DE ESTADO
CIUDAD DEL VATICANO, 5 FEB 2009.
La Secretaría de Estado de la Santa Sede hizo pública ayer por la tarde la siguiente nota:
"A raíz de las reacciones suscitadas por el reciente Decreto de la Congregación para los Obispos, con el que se levanta la excomunión a los cuatro prelados de la Fraternidad San Pío X, y en relación con las declaraciones negacionistas o reduccionistas de la Shoah por parte del obispo Williamson, de dicha Fraternidad, se considera oportuno aclarar algunos aspectos de la cuestión.
1. Remisión de la excomunión. Como ya se publicó anteriormente, el Decreto de la Congregación para los Obispos, fechado el 21 de enero de 2009, ha sido un acto con el que el Santo Padre respondía benignamente a las reiteradas peticiones por parte del Superior General de la Fraternidad San Pío X.
Su Santidad ha querido eliminar un impedimento a la apertura de una puerta al diálogo. Ahora espera que la misma disponibilidad sea expresada por los cuatro obispos en total adhesión a la doctrina y a la disciplina de la Iglesia.
La gravísima pena de la excomunión latae sententiae, en la que dichos obispos habían incurrido el 30 de junio de 1988, declarada después formalmente el 1 de julio del mismo año, era una consecuencia de su ordenación ilegítima por parte de monseñor Marcel Lefebvre.
El levantamiento de la excomunión ha liberado a los cuatro obispos de una pena canónica gravísima, pero no ha cambiado la situación jurídica de la Fraternidad San Pío X, que por el momento no goza de reconocimiento canónico en la Iglesia católica. Los cuatro obispos, a pesar de haber sido liberados de la excomunión, tampoco tienen una función canónica en la Iglesia y no ejercen lícitamente un ministerio en ella.
2. Tradición, doctrina y Concilio Vaticano II. Para un futuro reconocimiento de la Fraternidad San Pío X es condición indispensable el reconocimiento pleno del Concilio Vaticano II y del Magisterio de los Papas Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y del mismo Benedicto XVI.
Como ya se ha afirmado en el Decreto del 21 de enero de 2009, la Santa Sede no dejará, en los modos que juzgue oportunos, de profundizar con los interesados en las cuestiones aún abiertas, de modo que se pueda llegar a una plena y satisfactoria solución de los problemas que han dado origen a esta dolorosa fractura.
3. Declaraciones sobre la Shoah. La postura de monseñor Williamson sobre la Shoah son absolutamente inaceptables y firmemente rechazadas por el Santo Padre, como él mismo recordó el 28 de enero pasado, cuando refiriéndose a aquel execrable genocidio, reafirmó su plena e indiscutible solidaridad con nuestros hermanos destinatarios de la Primera Alianza, y afirmó que la memoria de aquel terrible genocidio debe inducir a "la humanidad a reflexionar sobre el poder imprevisible del mal cuando conquista el corazón del ser humano", añadiendo que la Shoah sigue siendo "para todos una advertencia contra el olvido, contra la negación o el reduccionismo, porque la violencia contra un solo ser humano es violencia contra todos".
El obispo Williamson, para ser admitido a las funciones episcopales en la Iglesia, tendrá que retractarse de manera absolutamente inequívoca y pública de su postura sobre la Shoah, desconocidas por el Santo Padre en el momento de la remisión de la excomunión.
El Santo Padre pide que todos los fieles recen para que el Señor ilumine el camino de la Iglesia. Que crezca el compromiso de los pastores y de todos los fieles en apoyo de la delicada y difícil misión del Sucesor del Apóstol Pedro como "guardián de la unidad" de la Iglesia".
CIUDAD DEL VATICANO, 5 FEB 2009.
La Secretaría de Estado de la Santa Sede hizo pública ayer por la tarde la siguiente nota:
"A raíz de las reacciones suscitadas por el reciente Decreto de la Congregación para los Obispos, con el que se levanta la excomunión a los cuatro prelados de la Fraternidad San Pío X, y en relación con las declaraciones negacionistas o reduccionistas de la Shoah por parte del obispo Williamson, de dicha Fraternidad, se considera oportuno aclarar algunos aspectos de la cuestión.
1. Remisión de la excomunión. Como ya se publicó anteriormente, el Decreto de la Congregación para los Obispos, fechado el 21 de enero de 2009, ha sido un acto con el que el Santo Padre respondía benignamente a las reiteradas peticiones por parte del Superior General de la Fraternidad San Pío X.
Su Santidad ha querido eliminar un impedimento a la apertura de una puerta al diálogo. Ahora espera que la misma disponibilidad sea expresada por los cuatro obispos en total adhesión a la doctrina y a la disciplina de la Iglesia.
La gravísima pena de la excomunión latae sententiae, en la que dichos obispos habían incurrido el 30 de junio de 1988, declarada después formalmente el 1 de julio del mismo año, era una consecuencia de su ordenación ilegítima por parte de monseñor Marcel Lefebvre.
El levantamiento de la excomunión ha liberado a los cuatro obispos de una pena canónica gravísima, pero no ha cambiado la situación jurídica de la Fraternidad San Pío X, que por el momento no goza de reconocimiento canónico en la Iglesia católica. Los cuatro obispos, a pesar de haber sido liberados de la excomunión, tampoco tienen una función canónica en la Iglesia y no ejercen lícitamente un ministerio en ella.
2. Tradición, doctrina y Concilio Vaticano II. Para un futuro reconocimiento de la Fraternidad San Pío X es condición indispensable el reconocimiento pleno del Concilio Vaticano II y del Magisterio de los Papas Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II y del mismo Benedicto XVI.
Como ya se ha afirmado en el Decreto del 21 de enero de 2009, la Santa Sede no dejará, en los modos que juzgue oportunos, de profundizar con los interesados en las cuestiones aún abiertas, de modo que se pueda llegar a una plena y satisfactoria solución de los problemas que han dado origen a esta dolorosa fractura.
3. Declaraciones sobre la Shoah. La postura de monseñor Williamson sobre la Shoah son absolutamente inaceptables y firmemente rechazadas por el Santo Padre, como él mismo recordó el 28 de enero pasado, cuando refiriéndose a aquel execrable genocidio, reafirmó su plena e indiscutible solidaridad con nuestros hermanos destinatarios de la Primera Alianza, y afirmó que la memoria de aquel terrible genocidio debe inducir a "la humanidad a reflexionar sobre el poder imprevisible del mal cuando conquista el corazón del ser humano", añadiendo que la Shoah sigue siendo "para todos una advertencia contra el olvido, contra la negación o el reduccionismo, porque la violencia contra un solo ser humano es violencia contra todos".
El obispo Williamson, para ser admitido a las funciones episcopales en la Iglesia, tendrá que retractarse de manera absolutamente inequívoca y pública de su postura sobre la Shoah, desconocidas por el Santo Padre en el momento de la remisión de la excomunión.
El Santo Padre pide que todos los fieles recen para que el Señor ilumine el camino de la Iglesia. Que crezca el compromiso de los pastores y de todos los fieles en apoyo de la delicada y difícil misión del Sucesor del Apóstol Pedro como "guardián de la unidad" de la Iglesia".
Pensamientos (I)
¡Tarde te amé, belleza tan antigua y tan nueva, tarde te amé!
Y he aquí que Tú estabas dentro de mí y yo fuera, y por fuera te buscaba; y deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que Tú creaste.
Tú estabas conmigo, pero yo no lo estaba contigo.
Me retenían lejos de Ti aquellas cosas que, si no estuviesen en Ti, no serían.
Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y fugaste mi ceguera; exhalaste tu perfume y respiré, y suspiro por Ti.
Gusté de Ti y siento hambre y sed, me tocaste y me abrasé en tu paz.
(San Agustín, Confesiones X, cap. XXVII)
¿Quién es Beato de Liébana?
Beato fue un monje que vivió en la Península Ibérica en el s. VIII d.C. Su nombre proviene del latín, beatus: dichoso, feliz.
Hay que recordar que en este siglo se estaba produciendo en nuestro solar la invasión musulmana; como consecuencia de ello, se extendió por nuestras tierras las tesis que defendían el "adopcionismo" o herejía que defendía la naturaleza de Jesús como Hijo adoptivo de Dios.
El principal promotor de estas tesis fue Elipando, arzobispo de Toledo que defendió dichas tesis en su afán conciliador con las nuevas autoridades invasoras, dado que el Islam considera a Jesús como un profeta más y, por tanto, no verdadero Hijo de Dios.
Beato, por su lado, desde su monasterio de Liébana de San Martín de Turieno, defendía la ortodoxia de la Iglesia, en la que el propio Carlomagno intervino convocando un Concilio en Ratisbona que condenó las tesis adopcionistas. Es de destacar también que fue el primero que citó el patronazgo sobre España del Apóstol Santiago, componiendo el himno O Dei Verbum para recordar el patrocinio del apóstol en los territorios hispanos.
Pero por lo que Beato ha pasado a la historia y nos ha llegado a nosotros su testimonio más directo y su nombre es por ser el redactor de una obra, los Comentarios al Apocalipsis, que intentaban arrojar un poco de luz para los fieles sobre dicho texto sagrado.
La redacción original de dicha obra se sitúa por los historiadores en diversas fechas: unos dicen que en 776, otros que pudo ser terminado alrededor de 786, en todo caso, siempre, a fines del siglo VIII d.C. Sin embargo, con ser útiles como fueron sus comentarios en su época para tratar de paliar la situación emocional de los cristianos que veían sus territorios conquistados y su fe desplazada, lo más importante para nosotros de dicha obra no es su texto, sino sus dibujos miniados.
El original de dicha obra no lo conocemos, sin embargo han llegado a nosotros hasta 24 copias ilustradas de dicho manuscrito. La originalidad e importancia de los dibujos que ilustran la obra se centra en que hasta entonces, los manuscritos visigodos habían sido muy sobrios en sus decoraciones. Muy pocos matices de colores y adornos escasos de la época anterior contrastan con la esplendidez de los dibujos, así como con la complejidad expresiva de sus composiciones.
La decoración de los Beatos (que así se conoce a las copias que nos han llegado de esta obra)
marca el inicio de una nueva época en la decoración de los manuscritos, tanto en su brillantez como en el número de ilustraciones de la obra, unas 90.
Las 24 copias que conocemos en la actualidad provienen de los siglos X al XIII, pasando desde los que pertenecen a la época prerrománica a los que ya se desarrollan en el románico avanzado, todos ellos copiados en monasterios españoles. La homogeneidad de las ilustraciones, que es extraordinaria, hace pensar que todos son copiados con una fidelidad enorme al original, pues los copistas no se permiten el lujo de introducir alteración alguna.
La más antigua de las copias es la que se conoce como el Beato Magio, pues se atribuye a un monje copista llamado Magius del s. X y se conserva en la Biblioteca Morgan de Nueva York.
Después otros que se conservan del mismo siglo son:
- Beato primero de la Biblioteca Nacional.
- Beato del Escorial.
- Beato de Tábara (Archivo Nacional de Madrid).
- Beato de Gerona (Catedral de Gerona).
- Beato de Valcavado (Biblioteca del Colegio de Santa Cruz de la Universidad de Valladolid).
- Beato de Seo de Urgell (Museo Diocesano de Urgell).
Entre los correspondientes al siglo XI:
- Beato de Fernando I o Segundo de la Bibliteca Nacional (el más completo de los conservados).
- Beato de San Millán de la Cogolla.
- Beato de Silos.
Existen en el mercado muchas ediciones facsímiles de estas obras que permiten apreciar la riqueza de sus dibujos. Aconsejo a todos que intenten admirar sus ilustraciones.
Principales ediciones de la Biblia
¿Qué es el Testimonium Flavianum?
Para saber sobre San Marcos
Curar a los enfermos, pero sin eliminar a nadie
Carta de la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Española:
Aclaraciones sobre los hechos implicados en el nacimiento del llamado primer "bebé medicamento".
El pasado 12 de octubre nació en Sevilla el primer bebé seleccionado para curar a su hermano, que sufre una enfermedad hereditaria, la beta-talasemia major, anemia congénita severa que le obliga a someterse a constantes transfusiones sanguíneas.
Mediante la técnica utilizada, el diagnóstico genético preimplantacional, los embriones obtenidos a través de la fecundación in vitro son examinados para seleccionar aquellos que no sean portadores del factor genético que puede dar lugar al desarrollo de la enfermedad heredada. Entre los seleccionados, se implantan en el útero materno aquellos embriones que presentan el perfil de compatibilidad genética más adecuado con el hermano enfermo. Los demás son destruidos o congelados.
Conviene aclarar al respecto las implicaciones morales que no han sido señaladas estos días por algunos medios de comunicación social.
Se ha puesto el énfasis en la feliz noticia del nacimiento de un niño y en la posibilidad de la curación de la enfermedad de su hermano. Expresada así, la noticia supone un motivo de alegría para todos. Sin embargo, se ha silenciado el hecho dramático de la eliminación de los embriones enfermos y eventualmente de aquellos que, estando sanos, no eran compatibles genéticamente.
El nacimiento de una persona humana ha venido acompañada de la destrucción de otras, sus propios hermanos, a los que se les ha privado del derecho fundamental a la vida. Se ha calificado el hecho como un éxito y un progreso científico. Sin embargo, someter la vida humana a criterios de pura eficacia técnica supone reducir la dignidad de la persona a un mero valor de utilidad. Los hermanos a los que se les ha privado del derecho a nacer han sido desechados por no ser útiles desde la perspectiva técnica, violando así su dignidad y el respeto absoluto que toda persona merece en sí misma, al margen de cualquier consideración utilitarista. Por su parte, el hermano que finalmente ha nacido ha sido escogido por ser el más útil para una posible curación. Se ha conculcado de esta manera su derecho a ser amado como un fin en sí mismo y a no ser tratado como medio instrumental de utilidad técnica.
Conviene recordar a este respecto el documento de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, del 30 de marzo de 2006, Algunas orientaciones sobre la ilicitud de la reproducción humana artificial y sobre las prácticas injustas autorizadas por la ley que la regularán en España, que señala la injusticia que se comete con los seres humanos producidos en el laboratorio, al ser tratados “como un mero producto conseguido por el dominio instrumental de los técnicos”. “La dignidad del ser humano exige que los niños no sean producidos, sino procreados (…). Por tratarse de una relación puramente personal –no instrumental– la procreación es conforme a la dignidad personal del niño procreado, que viene así al mundo como un don otorgado a la mutua entrega personal de los padres”. Respecto a la práctica de la que hoy hablamos, se dice también en el mismo documento: “Los planteamientos emotivos encaminados a justificar estas prácticas horrendas son inaceptables. Es cierto: hay que curar a los enfermos, pero sin eliminar nunca para ello a nadie. La compasión bien entendida comienza por respetar los derechos de todos, en particular, la vida de todos los hijos, sanos y enfermos”.
El hecho feliz del nacimiento de un bebé sano no puede justificar la instrumentalización a la que ha sido sometido y no basta para presentar como progreso la práctica eugenésica que ha supuesto la destrucción de sus hermanos generados in vitro.
La Iglesia desea prestar su voz a aquellos que no la tienen y a los que han sido privados del derecho fundamental a la vida.
Con estas aclaraciones no se juzga la conciencia ni las intenciones de nadie. Se trata de recordar los principios éticos objetivos que tutelan la dignidad de todo ser humano.
Madrid, 17 de octubre de 2008.
(El subrayado y remarcado es mío).
Para descargar el documento Dignitas Personae en formato pdf o en word.
Aclaraciones sobre los hechos implicados en el nacimiento del llamado primer "bebé medicamento".
El pasado 12 de octubre nació en Sevilla el primer bebé seleccionado para curar a su hermano, que sufre una enfermedad hereditaria, la beta-talasemia major, anemia congénita severa que le obliga a someterse a constantes transfusiones sanguíneas.
Mediante la técnica utilizada, el diagnóstico genético preimplantacional, los embriones obtenidos a través de la fecundación in vitro son examinados para seleccionar aquellos que no sean portadores del factor genético que puede dar lugar al desarrollo de la enfermedad heredada. Entre los seleccionados, se implantan en el útero materno aquellos embriones que presentan el perfil de compatibilidad genética más adecuado con el hermano enfermo. Los demás son destruidos o congelados.
Conviene aclarar al respecto las implicaciones morales que no han sido señaladas estos días por algunos medios de comunicación social.
Se ha puesto el énfasis en la feliz noticia del nacimiento de un niño y en la posibilidad de la curación de la enfermedad de su hermano. Expresada así, la noticia supone un motivo de alegría para todos. Sin embargo, se ha silenciado el hecho dramático de la eliminación de los embriones enfermos y eventualmente de aquellos que, estando sanos, no eran compatibles genéticamente.
El nacimiento de una persona humana ha venido acompañada de la destrucción de otras, sus propios hermanos, a los que se les ha privado del derecho fundamental a la vida. Se ha calificado el hecho como un éxito y un progreso científico. Sin embargo, someter la vida humana a criterios de pura eficacia técnica supone reducir la dignidad de la persona a un mero valor de utilidad. Los hermanos a los que se les ha privado del derecho a nacer han sido desechados por no ser útiles desde la perspectiva técnica, violando así su dignidad y el respeto absoluto que toda persona merece en sí misma, al margen de cualquier consideración utilitarista. Por su parte, el hermano que finalmente ha nacido ha sido escogido por ser el más útil para una posible curación. Se ha conculcado de esta manera su derecho a ser amado como un fin en sí mismo y a no ser tratado como medio instrumental de utilidad técnica.
Conviene recordar a este respecto el documento de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, del 30 de marzo de 2006, Algunas orientaciones sobre la ilicitud de la reproducción humana artificial y sobre las prácticas injustas autorizadas por la ley que la regularán en España, que señala la injusticia que se comete con los seres humanos producidos en el laboratorio, al ser tratados “como un mero producto conseguido por el dominio instrumental de los técnicos”. “La dignidad del ser humano exige que los niños no sean producidos, sino procreados (…). Por tratarse de una relación puramente personal –no instrumental– la procreación es conforme a la dignidad personal del niño procreado, que viene así al mundo como un don otorgado a la mutua entrega personal de los padres”. Respecto a la práctica de la que hoy hablamos, se dice también en el mismo documento: “Los planteamientos emotivos encaminados a justificar estas prácticas horrendas son inaceptables. Es cierto: hay que curar a los enfermos, pero sin eliminar nunca para ello a nadie. La compasión bien entendida comienza por respetar los derechos de todos, en particular, la vida de todos los hijos, sanos y enfermos”.
El hecho feliz del nacimiento de un bebé sano no puede justificar la instrumentalización a la que ha sido sometido y no basta para presentar como progreso la práctica eugenésica que ha supuesto la destrucción de sus hermanos generados in vitro.
La Iglesia desea prestar su voz a aquellos que no la tienen y a los que han sido privados del derecho fundamental a la vida.
Con estas aclaraciones no se juzga la conciencia ni las intenciones de nadie. Se trata de recordar los principios éticos objetivos que tutelan la dignidad de todo ser humano.
Madrid, 17 de octubre de 2008.
(El subrayado y remarcado es mío).
Para descargar el documento Dignitas Personae en formato pdf o en word.
viernes, 6 de febrero de 2009
2009, año de oración por la vida
Lema: "Bendito sea el fruto de tu vientre".
A propuesta de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida, y con el visto bueno del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española (CEE), se ha puesto en marcha un año de oración por la vida que, desde este mes de enero, pretende, según palabras de Juan Pablo II en la Evangelium Vitae que "en cada comunidad cristiana, con iniciativas extraordinarias y con la oración habitual, se eleve una súplica apasionada a Dios, Creador y amante de la vida".
Para ello, y con el objetivo de facilitar la oración personal y comunitaria, la citada Subcomisión ha preparado unos materiales (cartel, rosario, oraciones por la vida, preces para la adoración ante el Santísimo y para la celebración de la Eucaristía y la liturgia de las horas) que se han enviado a las delegaciones de pastoral familiar de todas las diócesis españolas.
Puede encontrar más información en la web de la Conferencia Episcopal.
Cronología Bíblica (y II)
538 a.C.: Comienza el período persa: éstos, al mando de Ciro, conquistan el Oriente Medio con lo que el pueblo de Israel comienza su vuelta a la Tierra Prometida. El periodo de los grandes Reinos de Israel y la monarquía ha terminado. La vuelta y reinstauración de los deportados resulta difícil. Comienza un período de relativa paz bajo el dominio de los persas en el que el pueblo judío se convertirá en una comunidad de fe más que en un Reino político al estilo clásico. (Ageo, Zacarías 1-8, Malaquías, Abdías, 3º Isaías, Proverbios 1-9, Jonás).
515 a.C.: Es reconstruido el Primer Templo de Salomón y se restituye el culto.
ca. 400 a.C.: (Se fijan por escrito las distintas tradiciones orales del Pentateuco, originándose la forma que conocemos de los Cinco Libros de la Ley o la Torá: Genésis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio; Joel, Job, Cantar de los Cantares, Rut).
333 a.C.: Comienza el período helenístico: la expansión de Alejando Magno por todo el Oriente Medio recae en la Tierra Prometida y comienza el período de la koiné (griego vulgar) en este territorio en el que convive con el arameo. (I y II de Crónicas, Esdras, Nehemías, Qohelet, Tobías).
323 a.C.: A la muerte de Alejandro, sus generales se reparten el Imperio creado: los Lágidas reinarán en Egipto (por Ptolomeo, hijo de Lagos) y los Seleúcidas en Siria (por Seleuco). La Tierra Prometida se encontrarán entre dos nuevos gigantes. Como comentario de Historia Universal, bajo esta dinastía egipcia ptolemaica de origen helénico reinará más adelante Cleopatra, en cuyo reinado se elabora la conocida como piedra Roseta, que se halla expuesta en el Museo Británico, en Londres, y que es una estela legal escrita en lenguje jeroglífico, demótico y griego, lo que posibilitó la interpretación de la escritura jeroglífica en el siglo XIX.
ca. 250 a.C.: se elabora la traducción del AT al griego (originariamente está escrito en hebreo) conocida como la de los LXX, pues se supone que fue elaborada por Setenta Sabios.
ca. 198 a.C.: (Baruc, Daniel, Sirácida, Ester, Judit).
ca. 100 a.C.: (I y II Macabeos, Sabiduría).
63 a.C.: comienza el período romano: Pompeyo, general de Roma, invade Palestina. Esta influencia y dominio romano durará, en mayor o menor medida, hasta el siglo VII d.C.
40 a.C.: Herodes el Grande accede al trono de Israel. Esta figura es una especie de concesión benévola de Roma siempre que sirviera para mantener la paz en el territorio.
ca. 20 a.C.: Comienza la construcción del Segundo Templo que es el que conocerá Jesús en su predicación, que sustituye al de tiempos de Salomón, mucho más sencillo y esquemático en su trazado.
ca. 4 a.C.: Nace Jesús de Nazaret (aunque esto parezca una paradoja de la datación histórica).
3 a.C.: Muere Herodes el Grande. Le sucederá su hijo Herodes Antipas en Galilea y Perea, una figura menor que la de su padre, que vivirá los episodios de la Pasión de Jesús.
26-36 d.C.: Poncio Pilato, gobernador romano en Judea.
66 d.C.: Las sucesivas revueltas judías contra el invasor pagano culminan con el gran levantamiento contra Roma. Nerón envia a Vespasiano para reprimirla. Éste es nombrado Emperador en 69 d.C. que deja al mando de la sofocación de la revuelta a su hijo Tito que se apodera de Jerusalén en 70 d.C. El Segundo Templo es destruido y desmontado hasta los cimientos para humillación del pueblo. En este momento histórico se sitúan los episodios del asedio a la fortaleza de Masada, símbolo hoy de la resistencia del pueblo de Israel ante cualquier tipo de invasor.
515 a.C.: Es reconstruido el Primer Templo de Salomón y se restituye el culto.
ca. 400 a.C.: (Se fijan por escrito las distintas tradiciones orales del Pentateuco, originándose la forma que conocemos de los Cinco Libros de la Ley o la Torá: Genésis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio; Joel, Job, Cantar de los Cantares, Rut).
333 a.C.: Comienza el período helenístico: la expansión de Alejando Magno por todo el Oriente Medio recae en la Tierra Prometida y comienza el período de la koiné (griego vulgar) en este territorio en el que convive con el arameo. (I y II de Crónicas, Esdras, Nehemías, Qohelet, Tobías).
323 a.C.: A la muerte de Alejandro, sus generales se reparten el Imperio creado: los Lágidas reinarán en Egipto (por Ptolomeo, hijo de Lagos) y los Seleúcidas en Siria (por Seleuco). La Tierra Prometida se encontrarán entre dos nuevos gigantes. Como comentario de Historia Universal, bajo esta dinastía egipcia ptolemaica de origen helénico reinará más adelante Cleopatra, en cuyo reinado se elabora la conocida como piedra Roseta, que se halla expuesta en el Museo Británico, en Londres, y que es una estela legal escrita en lenguje jeroglífico, demótico y griego, lo que posibilitó la interpretación de la escritura jeroglífica en el siglo XIX.
ca. 250 a.C.: se elabora la traducción del AT al griego (originariamente está escrito en hebreo) conocida como la de los LXX, pues se supone que fue elaborada por Setenta Sabios.
ca. 198 a.C.: (Baruc, Daniel, Sirácida, Ester, Judit).
ca. 100 a.C.: (I y II Macabeos, Sabiduría).
63 a.C.: comienza el período romano: Pompeyo, general de Roma, invade Palestina. Esta influencia y dominio romano durará, en mayor o menor medida, hasta el siglo VII d.C.
40 a.C.: Herodes el Grande accede al trono de Israel. Esta figura es una especie de concesión benévola de Roma siempre que sirviera para mantener la paz en el territorio.
ca. 20 a.C.: Comienza la construcción del Segundo Templo que es el que conocerá Jesús en su predicación, que sustituye al de tiempos de Salomón, mucho más sencillo y esquemático en su trazado.
ca. 4 a.C.: Nace Jesús de Nazaret (aunque esto parezca una paradoja de la datación histórica).
3 a.C.: Muere Herodes el Grande. Le sucederá su hijo Herodes Antipas en Galilea y Perea, una figura menor que la de su padre, que vivirá los episodios de la Pasión de Jesús.
26-36 d.C.: Poncio Pilato, gobernador romano en Judea.
66 d.C.: Las sucesivas revueltas judías contra el invasor pagano culminan con el gran levantamiento contra Roma. Nerón envia a Vespasiano para reprimirla. Éste es nombrado Emperador en 69 d.C. que deja al mando de la sofocación de la revuelta a su hijo Tito que se apodera de Jerusalén en 70 d.C. El Segundo Templo es destruido y desmontado hasta los cimientos para humillación del pueblo. En este momento histórico se sitúan los episodios del asedio a la fortaleza de Masada, símbolo hoy de la resistencia del pueblo de Israel ante cualquier tipo de invasor.
Cronología Bíblica (I)
Es mi intención en este artículo elaborar, siquiera someramente, un guión de los principales hitos históricos del pueblo de Israel en el intervalo histórico que se corresponde con la elaboración de las tradiciones del Antiguo Testamento y su fijación por escrito, en definitiva, con toda su historia.
No entro expresamente en la época neotestamentaria salvo en alguna referencia que hago al final pero siempre en relación con hechos del AT.
Para cada momento o período histórico, hago un pequeño comentario del mismo e incluyo, donde proceda, entre paréntesis al final los libros del AT que se escriben bajo su influencia. Esta contextualización de cada autor y relato es fundamental para entender el mensaje que quiere transmitir.
Indudablemente, sin esta labor, leer cualquier libro de la Biblia es leer un relato
descontextualizado del que es muy difícil obtener el mensaje que Dios, que es su autor, quiso transmitir.
- Cronología Bíblica -
ca. 2000 a.C.: en este momento se sitúa el período histórico relativo a los Patriarcas del pueblo y, por tanto, en el nacimiento del pueblo de Israel. En este momento se sitúan personajes como Abraham y su llamada por Dios (Primera Alianza).
ca. 1250 a.C.: reinado de Ramsés II en Egipto (XIXª dinastía). Los relatos relativos al Éxodo de Egipto. a Moisés, la instauración de la celebración de la Pascua y la construcción del Arca de la Alianza (Segunda Alianza) se sitúan históricamente en este momento. (Comienzan las 4 tradiciones orales de los relatos del Pentateuco: yahvista, elohista, deuteronomista y sacerdotal.
Las dos primeras evolucionarán a través del Reino del Norte y la sacerdotal a través del Reino del Sur que culminarán más adelante en su fijación por escrito).
ca. 1200 a.C.: una vez el pueblo establecido en la Tierra Prometida, comienza el período de los Jueces, una especie de reyes que preceden en el gobierno del pueblo a los grandes reyes de la monarquía israelita. (Josué, Jueces, I y II de Samuel, I y II de Reyes).
ca. 1050-935 a.C.: Período de la Monarquía israelita: Reinan Saúl, David y Salomón. Bajo el reinado de este último se construye el Primer Templo en Jerusalén donde se deposita el Arca de la Alianza.
935 a.C.: a la muerte de Salomón, se produce el cisma que divide el Reino de Israel en dos reinos: Reino del Norte (Israel, de dinastía no davídica) con capital en Samaría y Reino del Sur (Judá, de dinastía davídica) con capital en Jerusalén. De este momento histórico proviene la distinción histórica entre los samaritanos y los judíos. (Reino del Norte: predicación y elaboración de los textos de Elías, Eliseo, Amós y Oseas; Proverbios 10-20). Durante la
subsistencia de los dos Reinos, el nombre de Israel servirá para designar por un lado al conjunto del pueblo, y por otro al Reino del Norte exclusivamente.
721 a.C.: Fin del Reino del Norte: Israel cae en manos de los Asirios bajo el poder de Sargón II reinando en el Norte Jeroboán II. Sus habitantes o son deportados a Nínive o permanecen en la Tierra Prometida pero bajo la dominación Asiria. (Miqueas y Primer Isaías; Proverbios 25-29).
701 a.C.: en el Reino del Sur, sitio de Jerusalén por Senaquerib (Asirio) reinando en Judá Ezequías. No llega a caer este reino en manos asirias.
612 a.C.: reinando en Babilonia Nabucodonosor se produce la expansión de este pueblo por el Oriente Medio invadiendo y destruyendo a los Asirios y su capital Nínive. En este momento los babilonios se convierten en la gran amenaza para el pueblo de Israel.
598 a.C.: los Babilonios, bajo el mando de Nabucodonosor, asedian por primera vez la capital del Reino del Sur, Jerusalén. (Sofonías, Nahún, Proverbios 22-24).
587 a.C.: Fin del Reino del Sur: segundo sitio de Jerusalén por Nabucodonosor y caída de Judá. En este momento todo el pueblo de Israel (Reino del Norte y Reino del Sur) vive su experiencia de la deportación en Babilonia, pero ni mucho menos tenemos que pensar que todo el pueblo fue deportado. Serían movilizados sus castas dirigentes, sacerdotes, gentes principales, mientras que el pueblo llano seguiría viviendo en la Tierra Prometida, pero bajo el dominio babilonio. El Primer Templo es profanado y destruido. Es muy probable que este sea el momento histórico en que se le pierde la pista al Arca de la Alianza. Tuvo que ser un momento de gran conmoción para el pueblo. (Jeremías, Habacuc, Ezequiel, 2º Isaías, Lamentaciones).
Otros Enlaces:
Cronología Bíblica (y II)
No entro expresamente en la época neotestamentaria salvo en alguna referencia que hago al final pero siempre en relación con hechos del AT.
Para cada momento o período histórico, hago un pequeño comentario del mismo e incluyo, donde proceda, entre paréntesis al final los libros del AT que se escriben bajo su influencia. Esta contextualización de cada autor y relato es fundamental para entender el mensaje que quiere transmitir.
Indudablemente, sin esta labor, leer cualquier libro de la Biblia es leer un relato
descontextualizado del que es muy difícil obtener el mensaje que Dios, que es su autor, quiso transmitir.
- Cronología Bíblica -
ca. 2000 a.C.: en este momento se sitúa el período histórico relativo a los Patriarcas del pueblo y, por tanto, en el nacimiento del pueblo de Israel. En este momento se sitúan personajes como Abraham y su llamada por Dios (Primera Alianza).
ca. 1250 a.C.: reinado de Ramsés II en Egipto (XIXª dinastía). Los relatos relativos al Éxodo de Egipto. a Moisés, la instauración de la celebración de la Pascua y la construcción del Arca de la Alianza (Segunda Alianza) se sitúan históricamente en este momento. (Comienzan las 4 tradiciones orales de los relatos del Pentateuco: yahvista, elohista, deuteronomista y sacerdotal.
Las dos primeras evolucionarán a través del Reino del Norte y la sacerdotal a través del Reino del Sur que culminarán más adelante en su fijación por escrito).
ca. 1200 a.C.: una vez el pueblo establecido en la Tierra Prometida, comienza el período de los Jueces, una especie de reyes que preceden en el gobierno del pueblo a los grandes reyes de la monarquía israelita. (Josué, Jueces, I y II de Samuel, I y II de Reyes).
ca. 1050-935 a.C.: Período de la Monarquía israelita: Reinan Saúl, David y Salomón. Bajo el reinado de este último se construye el Primer Templo en Jerusalén donde se deposita el Arca de la Alianza.
935 a.C.: a la muerte de Salomón, se produce el cisma que divide el Reino de Israel en dos reinos: Reino del Norte (Israel, de dinastía no davídica) con capital en Samaría y Reino del Sur (Judá, de dinastía davídica) con capital en Jerusalén. De este momento histórico proviene la distinción histórica entre los samaritanos y los judíos. (Reino del Norte: predicación y elaboración de los textos de Elías, Eliseo, Amós y Oseas; Proverbios 10-20). Durante la
subsistencia de los dos Reinos, el nombre de Israel servirá para designar por un lado al conjunto del pueblo, y por otro al Reino del Norte exclusivamente.
721 a.C.: Fin del Reino del Norte: Israel cae en manos de los Asirios bajo el poder de Sargón II reinando en el Norte Jeroboán II. Sus habitantes o son deportados a Nínive o permanecen en la Tierra Prometida pero bajo la dominación Asiria. (Miqueas y Primer Isaías; Proverbios 25-29).
701 a.C.: en el Reino del Sur, sitio de Jerusalén por Senaquerib (Asirio) reinando en Judá Ezequías. No llega a caer este reino en manos asirias.
612 a.C.: reinando en Babilonia Nabucodonosor se produce la expansión de este pueblo por el Oriente Medio invadiendo y destruyendo a los Asirios y su capital Nínive. En este momento los babilonios se convierten en la gran amenaza para el pueblo de Israel.
598 a.C.: los Babilonios, bajo el mando de Nabucodonosor, asedian por primera vez la capital del Reino del Sur, Jerusalén. (Sofonías, Nahún, Proverbios 22-24).
587 a.C.: Fin del Reino del Sur: segundo sitio de Jerusalén por Nabucodonosor y caída de Judá. En este momento todo el pueblo de Israel (Reino del Norte y Reino del Sur) vive su experiencia de la deportación en Babilonia, pero ni mucho menos tenemos que pensar que todo el pueblo fue deportado. Serían movilizados sus castas dirigentes, sacerdotes, gentes principales, mientras que el pueblo llano seguiría viviendo en la Tierra Prometida, pero bajo el dominio babilonio. El Primer Templo es profanado y destruido. Es muy probable que este sea el momento histórico en que se le pierde la pista al Arca de la Alianza. Tuvo que ser un momento de gran conmoción para el pueblo. (Jeremías, Habacuc, Ezequiel, 2º Isaías, Lamentaciones).
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Cronología Bíblica (y II)
Lecturas recomendadas (I)
Título: Hipótesis sobre Jesús.
Autor: Vittorio Messori.
Editorial: Mensajero
Vittorio Messori es un periodista católico en activo que ha publicado diversos libros sobre la fe cristiana, siendo los más conocidos Cruzando el umbral de la Esperanza e Informe sobre la Fe, sendas entrevistas a S.S. Juan Pablo II y al entonces Prefecto de la Congregación para Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger.
En su exitoso Hipótesis sobre Jesús, su autor se plantea cómo ha sido estudiada la figura del Jesús histórico desde finales del siglo XVIII hasta nuestros días en que se ha sometido a una crítica feroz todo lo relacionado con Jesús y su carácter de Hijo de Dios.
Utiliza como eje de todo el libro la existencia de las tres hipótesis básicas o explicaciones en las que se puede resumir las múltiples teorías que han intentado dar una explicación a la figura de Cristo. Dichas hipótesis son:
- la hipótesis creyente: Jesús es el Hijo de Dios encarnado en el seno de la Virgen María y que hablaba con autoridad sobre su Padre. Él murió por nosotros y resucitó, dándonos la promesa de una vida nueva.
- la hipótesis crítica: sus partidarios no niegan la existencia histórica de Jesús, un hombre realmente excepcional, pero sin relación ninguna con la condición de Hijo de Dios. Por lo tanto los hechos que narran los evangelios están privados de todo carácter sobrenatural. La comunidad cristiana habría adornado la figura de ese Jesús en los primeros siglos para revestirlo de un carácter sagrado.
- la hipótesis mítica: no hay hombre alguno en el origen del cristianismo. Lo que existe es un mito, es una leyenda inventada sobre la figura de un hombre-Dios llamado Jesús que responde a un mito-tipo del ser humano que sufre por los demás como cualquier otro líder. No existe ningún fundamento histórico para la figura de Jesús.
El autor somete a estudio a los principales defensores de las tesis crítica y mítica y sus postulados, para ir sacando la conclusión de que cuanto más se avanza en el estudio de los evangelios y su trasfondo histórico así como de la arqueología, las conclusiones que se obtienen refuerzan las tesis del creyente para ir desmantelando las críticas y míticas. En este proceso, nos va presentando los distintos argumentos para irlos desbrozando en un juego realmente interesante utilizando un lenguaje llano pero a la vez rico de matices.
Acabo de terminar de leer este libro que aún puede encontrarse en librerías, y me parece una lectura muy interesante para quien quiera realizar una aproximación histórica a la figura de Jesús sin complejos y desde la más pura ortodoxia católica.
¿Qué es el Itinerarium Egeriae? (y III)
(Procede de un artículo anterior.)
Como ya he comentado anteriormente, la mayor aportación del testimonio de Egeria se centra en la descripción que hace de la liturgia que encuentra en Jerusalén, es decir, de cómo se realizaban las celebraciones. A fin de hacer estas consideraciones lo más amenas posible, he pensado formularlas en modo de pequeñas perlas a considerar:
- En tiempos de Egeria, ella atestigua que existe la dimittitur populus, que es la ceremonia por la que el diácono despedía al pueblo al finalizar la synaxis, con una formula como "exeamus in pace", vayamos en paz. Esto suena conocido pues responde al mismo esquema que hoy utiliza la Iglesia para despedir las celebraciones.
- Para designar el concepto de rito de la oblación, la eucaristía, Egeria utiliza la palabra missa u oblatio.
- Por vigilia se conoce el oficio anterior a una fiesta como preparación a la misma, igual que lo conocemos actualmente.
- Celebraban la Epifanía el 6 de enero, es decir, el nacimiento de Jesús. Esto no debe
extrañarnos pues hoy en día la Iglesia Católica de Rito Oriental celebra el nacimiento de Jesús en dicha fecha, mientras nosotros celebramos la Adoración de los Magos de Oriente. En verdad, y que no se extrañe nadie, en nuestro rito católico las fiestas de la Natividad del Señor (25 de diciembre) y la Adoración de los Magos (6 de Enero) es un desdoblamiento de la misma
fiesta del Nacimiento del Señor que se celebra, por motivos históricos, de esta manera.
Así podemos explicar por qué en muchos paises de nuestra época se celebra mucho la Natividad el 25, pero la fiesta de la Adoración de los Magos prácticamente no existe. Sin embargo el hecho de que nosotros celebremos la Adoración de los Magos es una riqueza enorme de nuestra cultura, pues esta Adoración simboliza y representa que la gentilidad (todos los pueblos extraños al mundo romano y judío) adora a Jesús como Rey, reconociendo que el mensaje de Jesús va dirigido a todos los hombres de la tierra y no sólo a los judíos (que sí están representados en la Adoración de los Pastores del día 25).
- Ya celebraban en aquella época las octavas de las fiestas principales, como ésta de la Epifanía. Esto es que la fiesta se prolonga en su celebración hasta ocho días más allá del propio de la fecha como si fuera el mismo día. Las octavas proliferaron en la reforma del Misal Romano de San Pío V, vigente hasta el Concilio Vaticano II, pero en esta última reforma sólo se conservan actualmente las octavas de la Natividad (25 Dic.- 1 Ene.) y la de Pascua (Dom. de Res. -
Dom I de Tiempo Pascual).
- La presentacion de Jesús en el Templo se celebraba 40 días después de la Epifanía. Responde al mismo esquema la celebración de esta fiesta (conocida como la Candelaria) en nuestra liturgia, que es el 2 de febrero, es decir, 40 días después del 25 de diciembre.
- La Cuaresma la celebraban en 8 semanas en lugar de los 40 días que tenemos actualmente debido a una curiosa causa: no ayunaban ni los sábados ni los domingos, probablemente debido al respeto tan considerable que tenían a las celebraciones de estos días. Si hacemos cuentas, 8 semanas son 56 días. Los sábados y domingos de 8 semanas son 2 x 8 = 16 días. Así, 56 - 16 = 40 días de duración del ayuno.
- El sábado anterior al Domingo de Ramos se llamaba el sábado de Lázaro en Betania, pues se leía en dicho día la lectura del evangelio de San Juan (12, 1-8) que dice: "Seis días antes de la Pascua vino Jesús a Betania...".
- La Semana Mayor comenzaba con el Domingo de Ramos en el que se celebraba ya una procesión de ramos desde el lugar de la Ascensión del Señor hasta la Anástasis del Santo Sepulcro, ceremonia que se ha practicado intermitentemente hasta el día de hoy en que se celebra de manera solemne en el mismo lugar.
- El lunes, martes y miércoles santo se recita la misma liturgia. Este último día se lee el evangelio de la traición de Judas, en cualquiera de los evangelistas que lo recogen.
- La liturgia del jueves, viernes santo y el día de la Pascua se dedicaba a diversos actos en los lugares santos y en los templos existentes donde iban los fieles junto a su obispo, los diáconos y presbíteros. Leían las lecturas alusivas al momento de la Pasión que celebraban y los presentes vivían los distintos momentos con grandes gritos y sollozos al recordar los sufrimientos de Cristo.
Como ya he comentado anteriormente, la mayor aportación del testimonio de Egeria se centra en la descripción que hace de la liturgia que encuentra en Jerusalén, es decir, de cómo se realizaban las celebraciones. A fin de hacer estas consideraciones lo más amenas posible, he pensado formularlas en modo de pequeñas perlas a considerar:
- En tiempos de Egeria, ella atestigua que existe la dimittitur populus, que es la ceremonia por la que el diácono despedía al pueblo al finalizar la synaxis, con una formula como "exeamus in pace", vayamos en paz. Esto suena conocido pues responde al mismo esquema que hoy utiliza la Iglesia para despedir las celebraciones.
- Para designar el concepto de rito de la oblación, la eucaristía, Egeria utiliza la palabra missa u oblatio.
- Por vigilia se conoce el oficio anterior a una fiesta como preparación a la misma, igual que lo conocemos actualmente.
- Celebraban la Epifanía el 6 de enero, es decir, el nacimiento de Jesús. Esto no debe
extrañarnos pues hoy en día la Iglesia Católica de Rito Oriental celebra el nacimiento de Jesús en dicha fecha, mientras nosotros celebramos la Adoración de los Magos de Oriente. En verdad, y que no se extrañe nadie, en nuestro rito católico las fiestas de la Natividad del Señor (25 de diciembre) y la Adoración de los Magos (6 de Enero) es un desdoblamiento de la misma
fiesta del Nacimiento del Señor que se celebra, por motivos históricos, de esta manera.
Así podemos explicar por qué en muchos paises de nuestra época se celebra mucho la Natividad el 25, pero la fiesta de la Adoración de los Magos prácticamente no existe. Sin embargo el hecho de que nosotros celebremos la Adoración de los Magos es una riqueza enorme de nuestra cultura, pues esta Adoración simboliza y representa que la gentilidad (todos los pueblos extraños al mundo romano y judío) adora a Jesús como Rey, reconociendo que el mensaje de Jesús va dirigido a todos los hombres de la tierra y no sólo a los judíos (que sí están representados en la Adoración de los Pastores del día 25).
- Ya celebraban en aquella época las octavas de las fiestas principales, como ésta de la Epifanía. Esto es que la fiesta se prolonga en su celebración hasta ocho días más allá del propio de la fecha como si fuera el mismo día. Las octavas proliferaron en la reforma del Misal Romano de San Pío V, vigente hasta el Concilio Vaticano II, pero en esta última reforma sólo se conservan actualmente las octavas de la Natividad (25 Dic.- 1 Ene.) y la de Pascua (Dom. de Res. -
Dom I de Tiempo Pascual).
- La presentacion de Jesús en el Templo se celebraba 40 días después de la Epifanía. Responde al mismo esquema la celebración de esta fiesta (conocida como la Candelaria) en nuestra liturgia, que es el 2 de febrero, es decir, 40 días después del 25 de diciembre.
- La Cuaresma la celebraban en 8 semanas en lugar de los 40 días que tenemos actualmente debido a una curiosa causa: no ayunaban ni los sábados ni los domingos, probablemente debido al respeto tan considerable que tenían a las celebraciones de estos días. Si hacemos cuentas, 8 semanas son 56 días. Los sábados y domingos de 8 semanas son 2 x 8 = 16 días. Así, 56 - 16 = 40 días de duración del ayuno.
- El sábado anterior al Domingo de Ramos se llamaba el sábado de Lázaro en Betania, pues se leía en dicho día la lectura del evangelio de San Juan (12, 1-8) que dice: "Seis días antes de la Pascua vino Jesús a Betania...".
- La Semana Mayor comenzaba con el Domingo de Ramos en el que se celebraba ya una procesión de ramos desde el lugar de la Ascensión del Señor hasta la Anástasis del Santo Sepulcro, ceremonia que se ha practicado intermitentemente hasta el día de hoy en que se celebra de manera solemne en el mismo lugar.
- El lunes, martes y miércoles santo se recita la misma liturgia. Este último día se lee el evangelio de la traición de Judas, en cualquiera de los evangelistas que lo recogen.
- La liturgia del jueves, viernes santo y el día de la Pascua se dedicaba a diversos actos en los lugares santos y en los templos existentes donde iban los fieles junto a su obispo, los diáconos y presbíteros. Leían las lecturas alusivas al momento de la Pasión que celebraban y los presentes vivían los distintos momentos con grandes gritos y sollozos al recordar los sufrimientos de Cristo.
¿Qué es el Itinerarium Egeriae? (II)
(Procede de un artículo anterior)
Los grandes santuarios que encuentra Egeria en Jerusalén y Belén son:
- el Cenáculo, en el Monte Sión. Parece que su autenticidad queda avalada desde los primeros tiempos, puesto que en el 70, cuando es destruido el Templo, esta zona del Sión queda intacta por haberse instalado en ella la Legio Fretensis Decima. El templo que conoce Egeria, probablemente ampliado por el propio Cirilo, fue destruido por los persas en 614. Reconstruida después por los Cruzados en el siglo XII pasó a llamarse Santa María de Monte Sión. Los
franciscanos lo recibieron en 1335, lo cuidaron y reconstruyeron si bien fueron arrojados por los turcos de Constantinopla a mediados del siglo XVI. El Cenáculo fue la primera iglesia conocida del mundo cristiano por lo que se la conoce como la Mater Omnium Ecclesiarum.
- El Santo Sepulcro Constantiniano. En 325 se celebra en Nicea de Bitinia el primer Concilio Ecuménico convocado (sin contar con el de los Apóstoles en Jerusalén que nos narran los Hechos de los Apóstoles), presidido y bajo la protección del Emperador Constantino para condenar el arrianismo (que negaba la divinidad de Jesús). A la conclusión, el Obispo de Aelia, Macario, solicita al Emperador el permiso para derruir el Templo de Júpiter que Adriano había hecho construir en el centro de la propia Aelia (nombre dado por los romanos a Jerusalén tras la destrucción de 70) y que cubría los lugares de la muerte y resurrección del Señor. El permiso es concedido y se desescombra el lugar llegando a niveles muy profundos.
El edificio que se construye allí está formado por varias partes: Martirio, Atrio Interior, Anástasis y Cruz. La Dedicación de este conjunto de edificios tuvo lugar el 14 de Septiembre de 335. (De hecho en el actual calendario litúrgico nosotros celebramos la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz dicho día del año en recuerdo de la Dedicación de dichas Basílicas). Por otro lado, Santa Elena, la madre de Constantino, acude a estas labores de reconstrucción y encuentra lo que ella cree que es la Cruz del Señor. Debido a que este hallazgo se produjo el 3 de mayo, en este día aún hoy celebramos la fiesta de la Invención de la Santa Cruz (en latín, invenio = descubrir) y de aquí nuestras celebraciones de las cruces de mayo.
- La Iglesia de la Gruta en el Olivete. Eusebio atribuye la iniciativa de construcción de esta Iglesia a Santa Elena, madre de Constantino, en los años 326-327. El peregrino anónimo francés de 333 ya encuentra allí una basílica. El edificio se compone de un atrio, el cuerpo de la basílica, baptisterio y en el ábside el altar en el lugar donde se suponía que había estado el Salvador. Desde la segunda mitad del siglo XIX el lugar se le conoce como El Pater Noster y una comunidad de carmelitas cuida del mismo.
- El lugar de la Ascensión. Desde hacía algún tiempo se veneraba un lugar en el monte de los olivos desde donde se recordaba la subida del Salvador a los cielos el día de la Ascensión. No había allí ninguna iglesia, sólo se recuerda el lugar. La iglesia posterior fue construida por Poemenia, noble dama emparentada con el Emperador Teodosio, si bien su construcción debe ser posterior a la llegada de Egeria.
- La basílica de la Natividad en Belén. El hecho de que Jesús naciera en Belén es atestiguado por los evangelistas Mateo y Lucas. Posteriormente, Justino en el siglo II atestigua la veneración del mismo. En tiempos de Adriano el lugar fue profanado erigiendo un templo pagano. Constantino y su madre se esforzaron en 325 por honrar el sitio con la construcción de una espléndida basílica. Fue arruinada en 527 pero reconstruida posteriormente por Justiniano. Aún hoy se conserva, gracias a las excavaciones, parte del pavimento constantiniano.
En relación al Itinerarium, queda una parte III sobre la liturgia de Jerusalén que está llena de curiosidades.
(Continuará...)
Enlaces relacionados:
El Itinerarium Egeriae (y III)
Los grandes santuarios que encuentra Egeria en Jerusalén y Belén son:
- el Cenáculo, en el Monte Sión. Parece que su autenticidad queda avalada desde los primeros tiempos, puesto que en el 70, cuando es destruido el Templo, esta zona del Sión queda intacta por haberse instalado en ella la Legio Fretensis Decima. El templo que conoce Egeria, probablemente ampliado por el propio Cirilo, fue destruido por los persas en 614. Reconstruida después por los Cruzados en el siglo XII pasó a llamarse Santa María de Monte Sión. Los
franciscanos lo recibieron en 1335, lo cuidaron y reconstruyeron si bien fueron arrojados por los turcos de Constantinopla a mediados del siglo XVI. El Cenáculo fue la primera iglesia conocida del mundo cristiano por lo que se la conoce como la Mater Omnium Ecclesiarum.
- El Santo Sepulcro Constantiniano. En 325 se celebra en Nicea de Bitinia el primer Concilio Ecuménico convocado (sin contar con el de los Apóstoles en Jerusalén que nos narran los Hechos de los Apóstoles), presidido y bajo la protección del Emperador Constantino para condenar el arrianismo (que negaba la divinidad de Jesús). A la conclusión, el Obispo de Aelia, Macario, solicita al Emperador el permiso para derruir el Templo de Júpiter que Adriano había hecho construir en el centro de la propia Aelia (nombre dado por los romanos a Jerusalén tras la destrucción de 70) y que cubría los lugares de la muerte y resurrección del Señor. El permiso es concedido y se desescombra el lugar llegando a niveles muy profundos.
El edificio que se construye allí está formado por varias partes: Martirio, Atrio Interior, Anástasis y Cruz. La Dedicación de este conjunto de edificios tuvo lugar el 14 de Septiembre de 335. (De hecho en el actual calendario litúrgico nosotros celebramos la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz dicho día del año en recuerdo de la Dedicación de dichas Basílicas). Por otro lado, Santa Elena, la madre de Constantino, acude a estas labores de reconstrucción y encuentra lo que ella cree que es la Cruz del Señor. Debido a que este hallazgo se produjo el 3 de mayo, en este día aún hoy celebramos la fiesta de la Invención de la Santa Cruz (en latín, invenio = descubrir) y de aquí nuestras celebraciones de las cruces de mayo.
- La Iglesia de la Gruta en el Olivete. Eusebio atribuye la iniciativa de construcción de esta Iglesia a Santa Elena, madre de Constantino, en los años 326-327. El peregrino anónimo francés de 333 ya encuentra allí una basílica. El edificio se compone de un atrio, el cuerpo de la basílica, baptisterio y en el ábside el altar en el lugar donde se suponía que había estado el Salvador. Desde la segunda mitad del siglo XIX el lugar se le conoce como El Pater Noster y una comunidad de carmelitas cuida del mismo.
- El lugar de la Ascensión. Desde hacía algún tiempo se veneraba un lugar en el monte de los olivos desde donde se recordaba la subida del Salvador a los cielos el día de la Ascensión. No había allí ninguna iglesia, sólo se recuerda el lugar. La iglesia posterior fue construida por Poemenia, noble dama emparentada con el Emperador Teodosio, si bien su construcción debe ser posterior a la llegada de Egeria.
- La basílica de la Natividad en Belén. El hecho de que Jesús naciera en Belén es atestiguado por los evangelistas Mateo y Lucas. Posteriormente, Justino en el siglo II atestigua la veneración del mismo. En tiempos de Adriano el lugar fue profanado erigiendo un templo pagano. Constantino y su madre se esforzaron en 325 por honrar el sitio con la construcción de una espléndida basílica. Fue arruinada en 527 pero reconstruida posteriormente por Justiniano. Aún hoy se conserva, gracias a las excavaciones, parte del pavimento constantiniano.
En relación al Itinerarium, queda una parte III sobre la liturgia de Jerusalén que está llena de curiosidades.
(Continuará...)
Enlaces relacionados:
El Itinerarium Egeriae (y III)
¿Qué es el Itinerarium Egeriae? (I)
El Itinerarium Egeriae es un texto que nos narra un viaje realizado por un personaje, probablemente llamado Egeria o Etheria a fines del siglo IV d.C. desde España hasta Tierra Santa.
El motivo por el que esta mujer se propone realizar este viaje, por otro lado peligroso y lleno de incomodidades, fue el de conocer la vida eremítica y cenobitica de los primeros hombres y mujeres que se dedicaban a la vida retirada en los desiertos de la tierra de Israel y Egipto, lugar donde nace el monacato.
Ella ya era una virgen consagrada, pues en la Península Ibérica ya había por aquella época hombres y mujeres que se dedicaban a la vida retirada según consta en el canon 13 del Concilio de Elvira (o Granada) que recoge por primera vez la presencia de estos ascetas en nuestro territorio. (Por cierto que éste es el famoso Concilio que instaura, hasta nuestros días, la existencia del celibato como único estado civil posible para los clérigos: un concilio español, podríamos decir, sí).
Este libro, como muchos propios de la literatura de viajes, unido al momento y lugar en que se produce y el objetivo cristiano que perseguía, nos proporciona muchísima información valiosa de cómo era la vida de los cristianos en los primeros siglos de nuestra era en la Tierra Santa.
A él se une el Itenerarium a Burdigala Hierusalem usque de un peregrino francés anónimo de alrededor de 333 d.C. Sin embargo, el Itinerarium Egeriae es una fuente imprescindible para conocer la liturgia de Jerusalén y Belén de su época por la minuciosidad con que describe las ceremonias que allí se celebran.
El viaje de Egeria comienza en el 378 en el que parte del noroeste de España con destino a Tierra Santa. Una vez establecida en Constantinopla, parte de allí a mediados de 381. Se establece en Jerusalén. En enero de 382 visita el monasterio de los Pastores, donde se halla Casiano.
Parte para Egipto hacia fines de otoño del mismo año; visita detenidamente los monasterios y eremitorios de la Nitria y la Tebaida y regresa a Jerusalén a principios de 383.
Existe históricamente un gran paralelismo, incluso similitud, entre el personaje que protagoniza el viaje de Egeria y el propio Emperador Teodosio que en las mismas fechas realiza el mismo viaje. Ambos son originarios de la Península Ibérica y de la misma Provincia romana, la Gallaecia. Teodosio originario de Cauca (hoy Coca, provincia de Segovia) mientras el origen de Egeria lo desconocemos, si bien diversos autores admiten su origen en la Península Ibérica.
El texto nos ha llegado a nosotros a través de una copia manuscrita en un códice escrito el siglo XI en el Monasterio benedictino de Monte Casino, donde se conservó bastante tiempo, pues en 1532 aún se hallaba allí. En 1884 fue encontrado dicho manuscristo por Gamurrini, quien lo dio a conocer, en la Cofraternità dei Laici de la ciudad de Arezzo.
Cuando llega a Jerusalén, no podemos pensar que ella encuentre allí la ciudad de Herodes, ni siquiera la del Nuevo Testamento, pues fue tomada en 134 y reconstruida como colonia romana llamada Aelia Capitolina. El gran Templo del tiempo de Herodes (también llamado Segundo Templo) había sido destruido y desmontado pieza a pieza por Tito en 70.
Egeria se encuentra al llegar a esta ciudad una comunidad ya sólidamente cristiana en torno a su Obispo Cirilo.
(Continuará...)
Enlaces relacionados:
El Itinerarium Egeriae (II)
El motivo por el que esta mujer se propone realizar este viaje, por otro lado peligroso y lleno de incomodidades, fue el de conocer la vida eremítica y cenobitica de los primeros hombres y mujeres que se dedicaban a la vida retirada en los desiertos de la tierra de Israel y Egipto, lugar donde nace el monacato.
Ella ya era una virgen consagrada, pues en la Península Ibérica ya había por aquella época hombres y mujeres que se dedicaban a la vida retirada según consta en el canon 13 del Concilio de Elvira (o Granada) que recoge por primera vez la presencia de estos ascetas en nuestro territorio. (Por cierto que éste es el famoso Concilio que instaura, hasta nuestros días, la existencia del celibato como único estado civil posible para los clérigos: un concilio español, podríamos decir, sí).
Este libro, como muchos propios de la literatura de viajes, unido al momento y lugar en que se produce y el objetivo cristiano que perseguía, nos proporciona muchísima información valiosa de cómo era la vida de los cristianos en los primeros siglos de nuestra era en la Tierra Santa.
A él se une el Itenerarium a Burdigala Hierusalem usque de un peregrino francés anónimo de alrededor de 333 d.C. Sin embargo, el Itinerarium Egeriae es una fuente imprescindible para conocer la liturgia de Jerusalén y Belén de su época por la minuciosidad con que describe las ceremonias que allí se celebran.
El viaje de Egeria comienza en el 378 en el que parte del noroeste de España con destino a Tierra Santa. Una vez establecida en Constantinopla, parte de allí a mediados de 381. Se establece en Jerusalén. En enero de 382 visita el monasterio de los Pastores, donde se halla Casiano.
Parte para Egipto hacia fines de otoño del mismo año; visita detenidamente los monasterios y eremitorios de la Nitria y la Tebaida y regresa a Jerusalén a principios de 383.
Existe históricamente un gran paralelismo, incluso similitud, entre el personaje que protagoniza el viaje de Egeria y el propio Emperador Teodosio que en las mismas fechas realiza el mismo viaje. Ambos son originarios de la Península Ibérica y de la misma Provincia romana, la Gallaecia. Teodosio originario de Cauca (hoy Coca, provincia de Segovia) mientras el origen de Egeria lo desconocemos, si bien diversos autores admiten su origen en la Península Ibérica.
El texto nos ha llegado a nosotros a través de una copia manuscrita en un códice escrito el siglo XI en el Monasterio benedictino de Monte Casino, donde se conservó bastante tiempo, pues en 1532 aún se hallaba allí. En 1884 fue encontrado dicho manuscristo por Gamurrini, quien lo dio a conocer, en la Cofraternità dei Laici de la ciudad de Arezzo.
Cuando llega a Jerusalén, no podemos pensar que ella encuentre allí la ciudad de Herodes, ni siquiera la del Nuevo Testamento, pues fue tomada en 134 y reconstruida como colonia romana llamada Aelia Capitolina. El gran Templo del tiempo de Herodes (también llamado Segundo Templo) había sido destruido y desmontado pieza a pieza por Tito en 70.
Egeria se encuentra al llegar a esta ciudad una comunidad ya sólidamente cristiana en torno a su Obispo Cirilo.
(Continuará...)
Enlaces relacionados:
El Itinerarium Egeriae (II)
jueves, 5 de febrero de 2009
Para orar (I)
Sumo, glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón
y dame una fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento,
Señor, para que cumpla tu santo
y verdadero mandamiento. Amén.
(Oración de San Francisco ante el Cristo de San Damián).
Desde que conozco esta oración me llama profundamente la atención el sentido espiritual de San Francisco al componerla. Habla de 'fe recta', 'esperanza cierta', 'caridad perfecta', las tres virtudes principales del cristiano en cuanto a que son otorgadas por Dios. Y continúa, de manera maravillosa, 'sentido y conocimiento'...
Cuánta razón tenía San Francisco de que debemos tener sentido de la fe y conocimiento de nuestro Dios. No se ama lo que no se conoce y con frecuencia perdemos el sentido de lo que hacemos como cristianos por entretenernos demasiado en cosas demasiado pequeñas y olvidarnos del precepto del amor.
San Francisco, intercede ante Dios para que nos conceda sentido y conocimiento del que es el sentido de nuestras vidas.
Enlaces relacionados:
Letanías de la humildad
Lo recibí todo
Orar con el P. Gracián de la Madre de Dios
miércoles, 4 de febrero de 2009
¿Sabemos leer la Biblia?
La Biblia es el mayor compendio de textos de la Antigüedad que han llegado hasta nosotros con una fidelidad que no se reproduce en ningún otro texto antiguo. ¿Por qué no se ha desarrollado convenientemente el estudio de la Biblia?
Me refiero no a que la Biblia no haya sido estudiada sino a que sea tan poco conocida en el público en general, incluyendo el amante de la lectura y la cultura. Yo lo atribuyo a los prejuicios que supone el calificar a la Biblia como la Palabra de Dios, es decir, como algo que ya no sabemos cómo tratar, pues identificamos que un texto sea inspirado por Dios con que sea rigurosa y exactamente histórica cualquier cosa que se cuente en él.
El siglo XX ha supuesto un resurgir de los estudios bíblicos al imponerse su estudio aplicando la lingüística moderna y utilizando el concepto de género literario para su interpretación. En este aspecto, es perfectamente posible que el estudio bíblico, reservado tradicionalmente al mundo judio y, posteriormente, a los hermanos protestantes, haya sido superado por el estudio bíblico católico, mucho más cercano a la naturaleza real del texto y su interpretación. Atrás ha quedado ya el estudio de aquel Obispo anglicano que fue capaz de fijar con exactitud la fecha de la Creación, incluida la hora.
- Géneros literarios -
La Biblia la componen un conjunto de libros que hablan de la historia de un pueblo, el de Israel. Esos libros recogen diversos tipos de textos: leyes, historias, oraciones, poemas, refranes, etc. lo cual es lo lógico ya que estamos hablando de toda la historia de un pueblo.
Si hablaramos de la historia de una familia cualquiera de nosotros y quisiéramos ahondar un poco en su recorrido en el tiempo encontraríamos diversos tipos de documentos: el contrato de compra de su vivienda, la genealogia de sus antepasados, sus fotos más preciadas, probablemente alguna carta de amor enviada en el pasado siendo novios, las oraciones que se pronunciaron el día de su boda, etc. Una amalgama de recuerdos diversos que hablan de una sola cosa: de la historia de esa familia. Al verlo todo en conjunto nos hacemos una idea fantástica de qué han vivido y cómo lo han hecho con el paso de los tiempos. Esa es la Biblia. La recopilación de los documentos de un pueblo a lo largo de su historia como pueblo de Dios.
No es que haya una variedad de textos como algo impuesto: es lo natural, igual que es lo natural que en una familia el archivo de sus recuerdos sea variado.
Por ello, no todos los textos son textos de Historia y, por tanto, no han de entenderse como Historia lo que no es un relato formal de sucesos históricos. Incluso hay que darse cuenta de que cuando los antiguos relataban sucesos históricos no lo hacían con arreglo a la moderna historiografía (ciencia recentísima) en la que importa la precisión del dato que se aporta; en su lugar, lo trascendente para el elaborador de esos textos es su facilidad para la transmisión oral, para que pasara de padres a hijos en las historias que se contaban con tremenda fidelidad a la luz de una lumbre a la caida del día.
- Inspiración divina -
Sobre el papel de la inspiración divina en todo este proceso elaborador de textos se han formulado muchas teorías, pero ninguna recoge el sentido completo de en qué consiste la inspiración divina de los textos bíblicos desde la perspectiva católica. Desde la teoría que dice que el hombre es un mero instrumento de Dios (igual que la pluma es el instrumento al servicio del autor) hasta la que formula que el hombre escribe al dictado de Dios. Sin embargo, lo que sí es aceptado es que si bien la inspiración divina obliga a formular la tesis de que el inspirador de ese texto es Dios, sin embargo ello no elimina la voluntad humana. Es decir, el autor sagrado, al escribir, no es un ángel que escribe al dictado de Dios (como la secretaria escribe al dictado de su jefe) sino que ejerce su propia libertad y así utiliza los recursos literarios que están a su alcance para explicar el mensaje divino. Dios no puede pretender que su mensaje llegue a los hombres por medios sobre naturales, sino que respeta la limitación que tenemos cuando transmitimos
ideas. Para cualquiera de nosotros que escriba, al hacerlo nos cuesta trabajo poner en palabras lo que tenemos en nuestra cabeza, puesto que nuestro medio de expresión, aunque formidable, es limitado. Así Dios respeta nuestros medios limitados de expresión y formula los inabarcables conceptos de su mensaje en palabras, hechos, relatos y mitos humanos, de manera que lo entienda la mayor parte posible del pueblo y no sólo algunos eruditos o cultos.
A todos los humanos nos encantan los mitos, el encasillar lo sucedido: si hablamos de un loco que se creía lo que no era, decimos que es un quijote; es mucho más fácil para nosotros entender un principio moral o moraleja si lo formulamos en una historia con final ejemplarizante al estilo de las fábulas que si lo hacemos en un refrán; si nos cuentan que alguien mató o se suicidó por amor diremos: "Vaya, qué pena" o "Pobre, con lo joven que era", pero si oimos la canción de Mecano "Cruz de Navajas" o leemos "Romeo y Julieta", de Shakespeare, seguramente se nos encogerá el corazón, nos inspirará principios hermosos en nuestra mente, sentiremos compasión por las victimas y hasta derramaremos alguna lágrima, por más que mil veces hayamos escuchado la canción o leido el libro. Somos así y así es nuestra naturaleza. ¿No sería algo natural que el autor sagrado, conociendo cómo somos, utilice esos recursos para explicarnos cómo es Dios, su mensaje y lo que espera de nosotros?
Por tanto, no debemos asustarnos de que en la Biblia aparezcan relatos basados en mitos del mundo antiguo que sirven para explicarnos un mensaje fundamental: que Dios es Creador de todo y el ser humano es el centro de la Creación (Génesis, la Creación).
Si dentro de diez mil años apareciera un texto de nuestra época en el que explicaramos que una persona determinada era un "quijote" en lugar de decir que es un enfermo esquizoide con rasgos de personalidad múltiple (esto me lo estoy inventando. Pido perdón a los psiquiatras si he dicho alguna burrada), ¿restaría algo de validez al mensaje que queremos transmitir aunque estemos utilizando un símil con un personaje de ficción? Vale, es más científico decir lo segundo, ¿pero lo entenderían más personas?. Seguramente ese pueblo de dentro de diez mil años para el que El
Quijote pertenece a una edad oscura del hombre (la nuestra) que no merece la pena estudiar, ¿no necesitaría hacer un esfuerzo para entender la expresión "quijote" que no pertenecería a su cultura? Exactamente igual nos pasa a nosotros con los relatos bíblicos, que tenemos que aprender de la cultura en que nacieron esos textos para encontrar su verdadero significado.
- Conclusión -
Es de reseñar que la fe cristiana se entronque con tan profundas raices en el que fue el origen de la cultura, la fe y los pueblos tal y como los hemos conocidos hasta hoy. Ese Dios del Antiguo Testamento (es decir, la Antigua Alianza en traducción más certera del latín y mucho más hermosa) con sus peculiaridades absolutamente novedosas en cuanto al contexto historico en que se formula su relación con el hombre es nuestro Dios actualizado a través de Jesús, la persona más importante de la Historia Universal.
No hay que dudar que estamos inmersos en una aventura apasionante, una experiencia única y que tenemos la suerte de vivir en primera persona gracias a la Biblia.
Sobre la fe cristiana
Hablar de la fe requeriría un completo tratado teológico, pero yo intentaré exponer mis reflexiones personales que extenderé en otros posts.
Durante mi vida me he encontrado con muchas personas que me han explicado que su fe cristiana se basa en un conjunto de "creencias" como si la fe se redujera exclusiva y primariamente a una caja de herramientas en la que tenemos que llevar los utensilios que nos hagan falta en nuestra vida cristiana.
Sin embargo, la fe, primariamente, es una adhesión personal. Utilizando un ejemplo muy imperfecto, yo diría que se parece al amor que siente el aficionado al fútbol por el club de sus amores. Este es un amor incondicional, en la victoria y en la derrota, en la prosperidad y en la penuria económica. Un amor que no podemos explicar con la mera utilización de la razón, un amor que es racional pero va más allá de la razón. Sí, la fe, en definitiva, es un enamoramiento de Dios, una confianza en su voluntad, una unión con todos los que desde hace unos 4.000 años sintieron por primera vez Su llamada.
La fe ¿se concede a todos los hombres?: Dios concede la gracia de la fe a todos los hombres, pero también nos concede la Libertad (así, con mayúsculas) de seguirle o no, es decir, de responder a esa gracia: gran misterio, el de la Libertad, del que reflexionaré en otro momento (cuidado: no confudir la Libertad con el "abuso de nuestra libertad" que hacemos los hombres; nuestra libertad de obrar siempre tendrá límites).
En el libro del Génesis nos encontramos un texto maravilloso que nos habla de la respuesta del hombre a la Gracia de Dios: El hombre que se enseñorea del Paraíso, al pecar se siente desnudo y cuando oye que el Señor pasea por su jardín, se avergüenza y se esconde, creyendo ingenuamente que va a poder huir de la mirada de Dios. El Señor, lejos de imponer su voluntad soberana, se limita a preguntar:
"Adán, ¿dónde estás?"
El hombre cree que por ocultarse tras un arbusto, va a escapar de la mirada de Dios, pero la pregunta resuena: "Adán, ¿dónde estas?".Haciendo una puntualización lingüística, resulta que en hebreo bíblico "adán" es la palabra que se usa para designar al hombre. Es decir, la pregunta resonaría con mayor fuerza si cabe: "Hombre, ¿dónde estás?".
Dios pregunta y dicha pregunta lleva implícita la libertad de responder o no. Dios no juega a perseguir al ser humano.
Sólo lo llama. Dios no se impone. Sólo invita a que respondamos. ¿Es Dios el que se esconde del hombre o el hombre el que se esconde de Dios?.
Seguro que esta pregunta la hemos sentido en algún momento de nuestra vida en el silencio de nuestro interior.
Alguien que nos pregunta qué estamos haciendo con nuestra vida, dónde nos conduce la vida que llevamos.
Indudablemente la fe cristiana se concretará en formulaciones que recibimos de las Sagradas Escrituras y de la Tradición de modo natural, no impuesto, decantado con el paso del tiempo.
A mi juicio, y modo de resumen, el concepto clave que debería ayudarme a comprender la fe en Dios es el concepto de Libertad, que es el gran regalo que Dios nos da a los hombres. La Fe se entiende desde la Libertad y en tanto en cuanto el hombre ha sido creado libre. Los padres, en nuestro afán protector, queremos que nuestros hijos hagan su vida con arreglo a nuestro criterio del obrar correcto, incluso cuando crecen y se hacen adultos.
Dios, como padre que es, nos da la vida, el don más preciado, nos da su criterio del obrar correcto y nos da la libertad de obrar, aun en contra de su voluntad. Dios, en definitiva, es el Padre Perfecto.
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