Beato fue un monje que vivió en la Península Ibérica en el s. VIII d.C. Su nombre proviene del latín, beatus: dichoso, feliz.
Hay que recordar que en este siglo se estaba produciendo en nuestro solar la invasión musulmana; como consecuencia de ello, se extendió por nuestras tierras las tesis que defendían el "adopcionismo" o herejía que defendía la naturaleza de Jesús como Hijo adoptivo de Dios.
El principal promotor de estas tesis fue Elipando, arzobispo de Toledo que defendió dichas tesis en su afán conciliador con las nuevas autoridades invasoras, dado que el Islam considera a Jesús como un profeta más y, por tanto, no verdadero Hijo de Dios.
Beato, por su lado, desde su monasterio de Liébana de San Martín de Turieno, defendía la ortodoxia de la Iglesia, en la que el propio Carlomagno intervino convocando un Concilio en Ratisbona que condenó las tesis adopcionistas. Es de destacar también que fue el primero que citó el patronazgo sobre España del Apóstol Santiago, componiendo el himno O Dei Verbum para recordar el patrocinio del apóstol en los territorios hispanos.
Pero por lo que Beato ha pasado a la historia y nos ha llegado a nosotros su testimonio más directo y su nombre es por ser el redactor de una obra, los Comentarios al Apocalipsis, que intentaban arrojar un poco de luz para los fieles sobre dicho texto sagrado.
La redacción original de dicha obra se sitúa por los historiadores en diversas fechas: unos dicen que en 776, otros que pudo ser terminado alrededor de 786, en todo caso, siempre, a fines del siglo VIII d.C. Sin embargo, con ser útiles como fueron sus comentarios en su época para tratar de paliar la situación emocional de los cristianos que veían sus territorios conquistados y su fe desplazada, lo más importante para nosotros de dicha obra no es su texto, sino sus dibujos miniados.
El original de dicha obra no lo conocemos, sin embargo han llegado a nosotros hasta 24 copias ilustradas de dicho manuscrito. La originalidad e importancia de los dibujos que ilustran la obra se centra en que hasta entonces, los manuscritos visigodos habían sido muy sobrios en sus decoraciones. Muy pocos matices de colores y adornos escasos de la época anterior contrastan con la esplendidez de los dibujos, así como con la complejidad expresiva de sus composiciones.
La decoración de los Beatos (que así se conoce a las copias que nos han llegado de esta obra)
marca el inicio de una nueva época en la decoración de los manuscritos, tanto en su brillantez como en el número de ilustraciones de la obra, unas 90.
Las 24 copias que conocemos en la actualidad provienen de los siglos X al XIII, pasando desde los que pertenecen a la época prerrománica a los que ya se desarrollan en el románico avanzado, todos ellos copiados en monasterios españoles. La homogeneidad de las ilustraciones, que es extraordinaria, hace pensar que todos son copiados con una fidelidad enorme al original, pues los copistas no se permiten el lujo de introducir alteración alguna.
La más antigua de las copias es la que se conoce como el Beato Magio, pues se atribuye a un monje copista llamado Magius del s. X y se conserva en la Biblioteca Morgan de Nueva York.
Después otros que se conservan del mismo siglo son:
- Beato primero de la Biblioteca Nacional.
- Beato del Escorial.
- Beato de Tábara (Archivo Nacional de Madrid).
- Beato de Gerona (Catedral de Gerona).
- Beato de Valcavado (Biblioteca del Colegio de Santa Cruz de la Universidad de Valladolid).
- Beato de Seo de Urgell (Museo Diocesano de Urgell).
Entre los correspondientes al siglo XI:
- Beato de Fernando I o Segundo de la Bibliteca Nacional (el más completo de los conservados).
- Beato de San Millán de la Cogolla.
- Beato de Silos.
Existen en el mercado muchas ediciones facsímiles de estas obras que permiten apreciar la riqueza de sus dibujos. Aconsejo a todos que intenten admirar sus ilustraciones.
Principales ediciones de la Biblia
¿Qué es el Testimonium Flavianum?
Para saber sobre San Marcos
mi nombre es beato sandoval
ResponderEliminar