Los manuscritos de Qumrán

En 1947 unos pastores despistados encontraron cerca del Mar Muerto, en unas cuevas, un hallazgo que importantísimo para el conocimiento de la arqueología bíblica. En un primer momento fue una sola cueva en la que se halló documentación, pero ante la importancia de lo descubierto se comenzó una investigación en las cuevas de los alrededores que llegaría a dar un fruto muy apreciable.

Los documentos hallados correspondían a:
- escritos del Antiguo Testamento, incluyendo libros de factura muy reciente.
- diversos escritos relativos a la comunidad esenia.
- otros textos religiosos intertestamentarios.
- posibles escritos relacionados con el Nuevo Testamento.

La fecha de datación de los documentos se correspondería a una época entre el 250 a.C. y el 50 d.C. aproximadamente.

La mayoría de los documentos están redactados en hebreo o arameo, si bien también aparecen algunos en griego sobre todo en la cueva 7 (en la nomenclatura de este hallazgo, 7Q) y otros menos importantes en la 4Q (fragmentos de los libros de Levítico y Números).

En cuanto al material del soporte documentario, el más común es el pergamino (piel de animal), encontrándose también de modo minoritario fragmentos de papiro (soporte vegetal) en las cuevas 1Q, 4Q, 6Q, 7Q y 9Q. Esto en parte es debido a la mayor facilidad de conservación de la piel tras aproximadamente 2000 años de almacenamiento. El soporte escriturario es muy importante porque el papiro era el material empleado normalmente por los cristianos.

Un dato que contribuye a afirmar su antigüedad es que aparecen escritos por una sola cara, lo que era lo habitual en el caso de utilizar rollos en lugar de códices (similares a nuestros libros actuales). El rollo es la forma más antigua de manifestación de la escritura; siempre se asoció el nacimiento del códice a la era cristiana, por lo que la presencia de estos rollos nos habla de un estrato de formación muy primitivo.

En un primer momento se creyó que los documentos relativos a la comunidad esenia servirían para descubrir en Jesús aquel Maestro de Justicia que los esenios proclamaban como su guía espiritual. Esto fue descartado en cuanto estudios más detallados vieron que las normas de los esenios, aunque aparentemente semejantes a las de las primeras comunidades cristianas, diferían ampliamente en cuanto a su concepción de la moral religiosa predicada por Cristo.

De lo que sabemos de los manuscritos de Qumrán, podemos señalar:
- son los manuscritos del Antiguo Testamento más antiguos que poseemos.
- sirven para descartar aquellas tesis que atribuían a Jesús su pertenencia a la comunidad esenia, si bien sobre Juan el Bautista no podemos afirmar nada en concreto.
- el soporte y la forma de escritura nos hablan de unos documentos muy primitivos que pertenecerían como muy tarde al 50 d.C. Este dato es importantísimo puesto que si aparecieran textos neotestamentarios entre los de Qumrán, serían los más antiguos que poseyéramos y revolucionarían el conocimiento que tenemos de los primeros momentos de formación de los textos neotestamentarios.

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