La asociación de consumidores Facua ha emitido un comunicado en su página web en el que expone que "lamenta que las hermandades conviertan sus cofradías en manifestaciones políticas contra el aborto" en relación a las que han decidido mostrar su oposición a la ley del aborto que se nos pretende aprobar en España llevando unos lazos blancos en sus pasos.
Según esta organización de consumidores, el exhibir los lazos blancos supone la "conversión de un acto religioso en una manifestación política". Estamos deseando conocer la opinión de Facua sobre los del "No a la guerra" y emblemas similares.
No contentos con esta manifestación, esta organización defiende que de producirse la exhibición de los lazos blancos de protesta, las cofradías deberían ser disueltas por medios antidisturbios. (Este extremo acaba de ser rechazado por Facua España a primeras horas de la tarde de hoy, pero no del resto de afirmaciones).
En primer lugar no comprendemos cómo cumple Facua su fin de "defender los derechos de los consumidores" con este comunicado. Aunque comprendemos mejor esta noticia a la luz de su autodefinición de ser una organización "marcadamente progresista".
Facua no tiene reparos en saltarse su objetivo fundacional (la defensa de los derechos de los consumidores) para convertirse en un pseudo partido político y denunciar que las hermandades defiendan públicamente una opción moral en sus vidas. Es más, a nuestro entender Facua utilizar la excusa de la defensa de los derechos de los consumidores para justificar la auténtica esencia de su ideario de carácter de extrema izquierda. Al amparo de la ideología progresista que trufa la definición de todos sus principios, se entienden mucho mejor estas salidas de 'pata de banco'.
En línea con la línea oficial socialista, se pretende que la defensa de la vida en contra del aborto sea una opción de carácter político, por lo que su manifestación debe estar regulada por la ley. Habría que preguntar a estos señores si llevar un lazo blanco en la solapa vulnera también la legislación que regula el derecho de manifestación. O si llevar un crucificado sobre un paso de Semana Santa supone una opción de caracter político intolerable que deba ser restringida de alguna forma.
Para ellos está claro que la Semana Santa "es una manifestación religiosa y cultural", con la clara intención de que lo religioso en cuanto implique un orden moral que respetar, debe quedar reducido al ámbito privado. Así, mientras las hermandades y procesiones en general no den la lata, serán toleradas; en cuanto supongan una manifestación pública de criterios morales, serán combatidas ferozmente.
Si las hermandades terminan haciendo el juego a estas tesis oficialistas, como lo han hecho las hermandades de Sevilla, estarán alineándose con los argumentos de los que combaten el derecho de la Iglesia Católica de defender sus principios morales, que están en la base de nuestra sociedad europea. Este comunicado de Facua demuestra claramente de parte de quién se ponen los que defienden la prudencia sobre la defensa explícita y sin miedo del derecho a la vida.
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