martes, 10 de marzo de 2009
Dar limosna hoy, ¿tarea de titanes?
Siempre es mejor pedir cuando sobra el dinero. A pesar de nuestra tendencia egoísta, es más fácil desprenderse de algo cuando tenemos la cartera mejor preparada y las fuentes de ingreso más seguras. Por lo que, para el necesitado, las expectativas de recibir siempre son mejores.
Sin embargo, cuando las dificultades acechan y el miedo nos acobarda, el espíritu de supervivencia nos impulsa a ser comedidos en lo que damos, a restringir nuestra generosidad por el miedo al mañana. Hoy podemos tener algunas monedas encima, pero no sabemos cómo vendrá la nómina del próximo mes, si vendrá, o si nos van a devolver aquella deuda que teníamos pensado cobrar y que nos ayudaría tanto ahora.
De ahí el mérito de quienes como Federico Jiménez Losantos y la COPE se embarcan en pedir para otros en estos tiempos de crisis.
Muchas personas que dan en la abundancia lo hacen sin poner su corazón en lo que dan. Otros, sienten temor de dar, pues en estos tiempos entregar una limosna se convierte para muchos en un pequeño salto en el vacío, en el que, si no hay amor, tememos darnos una costalada.
En este tiempo de hoy estamos pasando la prueba del 9 del verdadero amor, pues él nos empuja a confiar en Dios y su misericordia, y acudir en socorro de quien lo necesita, aunque a cada paso que damos, corramos el riesgo de que el camino se acabe detrás nuestro y no tengamos vuelta atrás.
Bien por Federico y la COPE, por su osadía; bien por todos los que trabajan en Cáritas y otras instituciones, contra viento y marea, para dar una mano de apoyo a todos los que la necesitan; bien por todos aquellos que son capaces en este tiempo a poner en juego los resortes del verdadero amor en su interior y vencer sus miedos y angustias para ayudar a los que lo necesitan.
Este es el camino de Cristo, en el que el amor lo puede todo.
Buenos días. Tengo algunas preguntas para usted, si es tan amable en responder. ¿Cuánta limosna dar?¿a quienes?, en la calle se ve a muchas personas que piden. Tiene usted razón al decir que por miedo al mañana se piensa dos veces al dar una limosna. Es falta de confianza en el Señor. Reitero la misma pregunta, ¿cuánto dar?, para no caer en el egoísmo, y tampoco en los escrúpulos de no estar haciendo todo el bien posible. Dios le bendiga.
ResponderEliminarEstimada María:
EliminarAl hacer usted esas preguntas está poniendo el dedo en la llaga, es decir, usted se pregunta lo mismo que todos nos preguntamos: ¿cómo cumplir este mandato del Señor? ¿Cuál es la cantidad, a quién, cómo? Esto nos lo hemos preguntado todos.
No puedo darle una respuesta única, pero intentaré aportarle alguna reflexión por si le sirve de ayuda. El libro de la Didajé (no es un libro inspirado por Dios, pero es el más antiguo que conocemos) dice: "que la limosna sude en tu mano". Es decir, la limosna también debe ser reflexiva. Esto me lleva a mí (personalmente) a inclinarme a dedicar el dinero a instituciones que sepamos que lo emplean en el beneficio de los que lo necesitan de verdad.
Por otro lado, San Pablo en 2 Cor dice: "No se trata de que ustedes sufran necesidad para que otros vivan en la abundancia, sino de que haya igualdad. En el caso presente, la abundancia de ustedes suple la necesidad de ellos, para que un día, la abundancia de ellos supla la necesidad de ustedes.". Le recomiendo que lea la 2ª carta a los Corintios entera porque le ayudará.
El sólo hecho de plantearse esta pregunta me hace ver que a usted le guía la buena voluntad de complacer al Señor y eso es lo más importante. Que dios la bendiga.