domingo, 8 de febrero de 2009

Pensamientos (II)


19. "...Misterio verdaderamente tremendo y que jamás se meditará bastante, el que la salvación de muchos dependa de las oraciones y voluntarias mortificaciones de los miembros del Cuerpo místico de Jesucristo, dirigidas a este objeto, y de la cooperación que Pastores y fieles —singularmente los padres y madres de familia— han de ofrecer a nuestro Divino Salvador. ..."

S.S. Pío XII, de la Encíclica Mystici Corporis Christi, sobre la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo.



La salvación de cada uno de nosotros no depende exclusivamente de nuestros méritos, sino de las oraciones que otros ofrezcan por mí.


Esto me abre una puerta maravillosa: si conozco a alguien que amo profundamente y veo que pierde su vida y se aleja de Dios, puedo rezar por él y coopero a su salvación.


Misterio verdaderamente tremendo.


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