sábado, 21 de febrero de 2009
La Virgen María, la nueva Eva (I)
Ya los primeros Padres de la Iglesia atribuyeron a la Virgen María el título de Nueva Eva, lo que nos lleva a pensar que ya ellos vieron en ella las características propias de la que ha colaborado en la Historia de la Salvación de un modo absolutamente extraordinario.
Comencemos por el principio. El plan de Dios para el hombre era perfecto. Hombre y mujer, Adán y Eva, creados en armonía y colocados en el lugar ideal que todos soñamos para existir.
Y fueron creados puros, sin mancha, sin haber conocido el pecado; es decir, sin el que después conoceríamos como pecado original. Fueron dotados de libertad, pues el que ama no puede restringir la libertad de la persona amada, y el amor del Dios Perfecto tiene que ser necesariamente también perfecto. Por lo tanto, perfecta fue la libertad dada al hombre.
Seres humanos puros, libres para obedecer y amar, inocentes fueron (fuimos) creados. Sólo el pecado dio al traste con este plan. El mal uso de la libertad, la desobediencia, sembró la semilla del mal en el jardín del Edén. Y esa semilla terminó por contaminar todo el jardín, es decir, ese pecado original terminó por propagarse a toda la especie humana.
Todo ser humano quedó herido en su naturaleza e inclinadas sus pasiones al mal a causa de ese pecado. "... Sin embargo, la transmisión del pecado original es un misterio que no podemos comprender plenamente... el pecado original es llamado 'pecado' de manera análoga: es un pecado 'contraído', 'no cometido', un estado y no un acto." (Catecismo, n. 404)
Dios, en su infinita sabiduría, dispuso que para enmendar el error humano, para traernos la salvación, fuera un hombre como nosotros el que nos lo revelara. Pero como el ser humano no es capaz de salvarse a sí mismo, igual que el náufrago necesita del auxilio del que lo rescata, es Dios el que tiene que participar activamente en esa salvación, no como mero espectador.
Ese Hombre Salvador, por tanto, fue un ser humano; pero no cualquier ser humano, sino un Hombre-Dios, compartiendo dos naturalezas en su mismo ser, siendo completo hombre y completo Dios.
Como hombre que era, debía de nacer de una mujer. Y Dios dispuso, preservar a esa mujer del pecado heredado de los padres, del pecado original, para que el mismo Cristo no estuviera en contacto con el pecado y para que no hubiera el menor asomo de duda de que el pecado no pudo haberse propagado a Él.
Entonces, Dios puso una 'barrera de contención'. La Virgen María, la que habría de ser su madre, fue concebida ella misma sin pecado original. Sólo Eva había compartido como mujer ese privilegio con ella.
La Virgen María fue, por tanto, como Eva, una mujer perfecta, una mujer hecha según los planes de Dios que nos cuenta el Génesis. Mentalmente podríamos haber cogido a la Virgen Santísima y haberla trasladado al jardín del Edén que ella lo hubiera ocupado por derecho propio.
Con Adán y Eva, fuimos expulsados por Dios del paraíso, pero con la concepción purísima de la Virgen esa prohibición se levantó para ella. La Virgen ya pertenece a aquella condición humana creada para vivir en el paraíso con su pureza original. Por tanto, quien hubiera de nacer de ella tendría que ser igualmente puro, ya no habría más propagación del pecado original en su línea descendente.
Desde la concepción purísima de la Virgen, el mundo ya no es igual para todos nosotros, de alguna manera. Sigue habiendo muerte, odios, guerras, injusticias, debido a la concupiscencia del pecado original, a la inclinación al mal que nos ha dejado, pero éste ya no reina en el mundo.
Quienes naciéramos de Cristo por el Bautismo, quienes perteneciéramos a la familia de Dios, quienes fuéramos hijos suyos, descendientes de esa misma línea no por la sangre sino por el espíritu, estaríamos igualmente libres del pecado original, se nos perdonaría ese pecado al adquirir la condición de hijos de Dios, es decir, por el Bautismo.
Por esto, el Bautismo nos hace hijos de Dios y libres del pecado original al mismo tiempo.
(Continuará ... La Virgen María la Nueva Eva II)
Enlaces relacionados:
Sobre la Virgen de Guadalupe
La gebirá mesiánica en el Antiguo Testamento
La gebirá mesiánica en el Nuevo Testamento. La Virgen María
Estimado Manuel,
ResponderEliminarme encanta tu blog por la confianza en Dios, la información, la precisión y el ánimo sereno que lo impregnan.
En cuanto al post de hoy sobre la Virgen:
¿No crees que el tema de la pureza, el pecado original y su ausencia en la Virgen pueden ser un intento de superar contradicciones lógicas para la mente humana?
Debajo de todas esas {conclusiones} convertidas por tanto en dogmas subyace el considerar la sexualidad como algo sucio o pecaminoso, de ahí la necesidad lógica de no contaminar a Cristo ni a su madre. Múltiples religiones cuentan con nacimientos virginales de dioses.
A lo largo de la historía de la Iglesia surgen múltiples conflictos para una mente lógica, a los que se intenta dar respuesta, como los de la naturaleza de Cristo o los de la clausula Filioque para intentar dar una cierta lógica al tema de la Trinidad.
Personalmente lo que me interroga más es que la construcción de la ortodoxia frente a la herejía, como el arrianismo por ejemplo, se dan debido a la victoria política de unos sobre otros. ¿Cúal sería la verdad oficial hoy en día si Recaredo en el siglo VI no se hubiese convertido al catolicismo y hubiese mantenido el arrianismo?.
Algo tan simple como la confianza en Cristo, al alcance de cultos y de ignorantes, se ha convertido en miles y miles y miles de páginas de teologías y dogmas en el transcurso de 2000 años, desconocidas, en su transfondo intelectual, para la mayor parte de las personas salvo los eruditos.
Bueno, recibe un abrazo. Espero no disgustarte con estos comentarios, mi impulso es a liberarme de todo lo que no sea esencial para la fe, y aunque no estoy seguro de la respuesta final, estos puntos son cuando menos cuestionables desde un punto de vista lógico.
Roge
Estimado amigo Roge:
ResponderEliminarEn primer lugar, me alegra mucho verte por aquí y agradezco tus siempre prudentes y medidas palabras. Intento contestarte rápidamente.
En primer lugar te voy a hacer la misma pregunta que le hice el otro día a mis hijos: ¿Qué es el dogma de la Inmaculada Concepción?. Nos imaginamos a la Inmaculada Concepción vestida de azul, entre nubes, rodeada de ángeles e inmediatamente se nos viene a la cabeza la idea de la pureza virginal, de la suma castidad.
Cuando les pregunté, tardaron un rato en caer en la cuenta de que este dogma no alude a la sexualidad de la Virgen, sino a que fue concebida en el seno de Santa Ana (su madre) libre de la mancha del pecado recibido desde Adán y Eva. Es decir, este dogma se obra en el primer momento de su ser. No tiene nada que ver con la pureza virginal.
Evidentemente, toda su vida de virtud tiene su arranque en su concepción sin mancha de pecado original; no sólo en el aspecto sexual, sino también en el amor al prójimo, la generosidad, la entrega... Pero la virginidad de la Virgen María es otro dogma con otras consecuencias lógicas, como veremos algún día (aunque todo esta relacionado con todo, como es natural).
El que veamos la sexualidad como algo sucio y pecaminoso creo yo que se deriva más del abuso que cotidianamente hacemos de la sexualidad que otra cosa. Independientemente de la condición de cada uno (rico o pobre, listo o ignorante, con títulos o sin ellos, sabio o no) todo el mundo piensa en el sexo. Y tendremos que terminar pensando si con una vida de sexo libertino no se falta a la caridad de la otra persona, por muy libremente que vayan ambos a ese acto. Apunto aquí esto porque seguro que saldrá en algún artículo.
En cuanto a la construcción de la ortodoxia, tenemos que pensar que Dios se vale de muchas maneras para conducirnos, personalmente y a través de la Historia. En lo que hay que firjarse, y esto es algo que yo mismo he ido aprendiendo con el tiempo, es que la doctrina católica es coherente, no tiene flecos sueltos, no nos lleva a callejones sin salida, a tener que terminan echando tierra sobre algo para no verlo porque nos incomode a nuestra elaboración; la construcción teológica termina por intercomunicarlo todo de manera que los dogmas cristológicos nos llevan a los marianos, y éstos a los eclesiales y éstos a los cristológicos otra vez.
Lo verdaderamente apasionante es que podamos hacer los cristianos de esos miles de páginas de teología algo al alcance de todo el mundo (y este blog es un pequeñísimo grano de arena en una playa inmensa), para que todo el mundo pueda gozar de esta maravilla que tenemos y que Dios nos ha ido dejando a través de 2000 años de historia (¿qué movimiento meramente humano ha conseguido eso?).
Un abrazo muy fuerte y sabes que tus palabras nunca molestan. En el proceso de amar a Cristo en nuestras vidas, siempre nos vemos empujados hacia la depuración, hacia el centro de todo, hacia el núcleo del que procede toda la doctrina y la verdad; cuando alcanzamos ese centro, todo lo demás se ilumina a partir de ese foco y lo que antes veíamos como accesorio o superfluo, ahora lo vemos en su verdadera dimensión. No dejes en tu camino esa búsqueda.
Tienes razón,Manuel, todo está relacionado con todo, ese es el mandato inexorable de la lógica, y por ello cuesta volver atrás y rectificar. De algún modo es como en Geometría, dados unos axiomas y unas reglas lógicas todo lo demás se {deduce} inexorablemente. Se pueden cambiar de axiomas y se construye una geometría diferente, como ocurre entre por ejemplo con la geometría euclidiana, riemanniana, hiperbólica o relativista.
ResponderEliminarPor lo que entiendo de tu comentario, el dogma de la Inmaculada Concepción no tiene que ver con la sexualidad, sino con el pecado original, es decir con algo que se transmite de padres a hijos. Dado pues el punto de partida del pecado original transmisible, relatado mitológicamente en el Génesis, es preciso, para explicar la divinidad de Cristo, un punto de ruptura de esa transmisión. También hay mucha similitud con la extracción del corazón de Mahoma y posterior lavado del mismo por el ángel Gabriel cuando aquel era un niño. Este mecanismo bien podría ser el que explicase la necesidad lógica de un dogma tal. No olvidemos que no fue hasta mediados del siglo XIX que no se instituyó este dogma, más o menos cuando Darwin publicó el origen de las especies (golpe directo a la línea de flotación de la interpretación literal del Génesis y por tanto del pecado original), y más o menos cuando Mendel publicó sus trabajos sobre la herencia (aunque no fueron tenidos en cuenta hasta principios del Siglo XX). Lo que quiero decir es que el zeitgeist de la época de Pio IX se orientaba hacia el naturalismo y por tanto su respuesta con el dogma era un modo de atajar algo que por otro lado se ha mostrado científicamente correcto. Hacía 1800 años que el predogma se iba discutiendo (los protestantes por ejemplo no lo aceptan).
En cuanto a la respuesta que das al tema de la ortodoxia también es lógicamente previsible. Es el mismo tipo de respuesta que subyace a que los Evangelios fueron inspirados por el Espíritu Santo para así intentar capear el hecho cierto de que fueron escritos por hombres, años después de Cristo, y que fueron elegidos entre muchos otros, evangelios apócrifos, por otros hombres de la Iglesia, lo cual nos lleva a una duda razonable sobre su veracidad o literalidad con los hechos acontecidos. Lo mismo ocurre en el Islam, fue el mismísimo ángel Gabriel quien dictó a Mahoma el Corán en la cueva de Hira, o los Vedas en el hinduismo, escritos de puño y letra por una encarnación del dios Vishnú llamada Vyasa,o el angel Moroni el libro del mormón a José Smith.
No pretendo afirmar que estas cosas no sucedieron o que no sean como indica la Iglesia Católica, tan sólo intento poner de relieve que existen argumentos lógicos e interesantes en contra de ello y que el hecho de que sean usados por los no creyentes contra nosotros hace que rechacen el profundo y {superficial} mensaje simple del Evangelio que es…
Este es el verdadero quid de la cuestión, ¿cuál es el mensaje del Evangelio?
Me gusta hablar contigo, los grupos homogéneos me aburren, todo el mundo opina lo mismo y es muy difícil entablar un dialogo enriquecedor. El que tú reflexiones a favor de la Iglesia a mi me permite explorar el lado contrario.
Recibe un abrazo,
Roge
Muchas gracias por tu contestación y por el tiempo que le dedicas. Tocas muchos temas sobre los que tengo cosas rondando en la cabeza para escribir desde hace algún tiempo, pero te comento muy brevemente.
ResponderEliminarPara empezar, es curioso que lo de Darwin fue una teoría, y sigue siendo una teoría, pero sin embargo se toma como un axioma por muchas personas del ámbito científico. En este sentido publiqué una noticia relativa a una reunión de expertos que podrás ver en este mismo blog.
En segundo lugar, el dogma de la Inmaculada Concepción se venía discutiendo desde hace muchísimo tiempo. En concreto aquí en Sevilla son conocidos de todo el mundo cómo algunas hermandades, ya en el siglo XVII hicieron votos de sangre de defender la devoción (entonces) a la Inmaculada Concepción; y cómo aquí la fiesta de la Inmaculada se celebra muy solemnemente desde antes de la proclamación del dogma. En Sevilla se cantaban en el siglo XVII las coplillas de Miguel del Cid que decían en su estribillo:
Todo el mundo en general
a voces Reina escogida
diga que sois concebida
sin pecado original.
Recopilaré algunos datos al respecto en cuanto tenga un poco de tiempo. Es decir, no fue un asunto pacífico durante mucho tiempo. Un pequeño dato: el Origen de las Especies fue publicado en 1859, mientras que el dogma de la Inmaculada fue proclamado en 1854.
Sobre la interpretación alegórica del Génesis, seguro que escribiré algún artículo en breve, porque me es imposible contestarte aquí.
Sobre el canon bíblico. Evidentemente el canon bíblico es fruto de la Iglesia, eso nadie lo discute (los protestantes simplemente lo ignoran). Pero ese fruto es tan maravilloso que aquellos obispos eligieron, con toda la responsabilidad que aquella labor conllevaba, justamente los libros más antiguos y los más próximos a la vida de Cristo.
La crítica textual ha sido feroz contra los escritos neotestamentarios, pero resulta que la historia y la arqueología dan la razón al NT. Ningún texto del mundo antiguo ha llegado a nosotros como no sea a través de copias medievales: es decir, con una diferencia de al menos 1000 años entre el original y la copia que conservamos (y de la que nadie osa dudar, ¿acaso alguien duda de la autenticidad de la República de Platón: copia medieval).
Sin embargo, el evangelio de Marcos data del año 60, aproximadamente, es decir unos 25 años después de la muerte y resurrección de Cristo. Pero es que hay escritos del NT más antiguos, como la primera a los Tesalonicenses, que está datada en el año 52. ¿Qué cultura o religión del mundo antiguo quisiera tener esto? Pues nosotros lo tenemos en la Iglesia Católica.
Es decir, lo que aquellos obispos eligieron con sus luces, se demuestra por la arqueología y los estudios filológicos que es cierto, que nuestros evangelios son los más antiguos y los que no dependen de ninguna corriente filosófica.
En este sentido, el libro Hipótesis sobre Jesús es un camino buenísimo para adentrarse en toda esta crítica literaria que ha sido demoledora desde el siglo XIX, pero que no ha podido con el NT.
Te sigo esperando por aquí. Un abrazo.