No hay duda, y está afirmación es constante en toda la Historia de la Iglesia, que la Eucaristía es la que construye y da vida al Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Una comunidad cristiana sin Eucaristía es como un cuerpo sin sangre. Esta simplemente muerto.
Pero para quienes no terminaran de aceptar este concepto tan esencial y vital para todo católico, vamos a exponer algunos ejemplos de actualidad de donde podemos sacar enseñanzas gracias a la actuación del diablo:
- Desde el Concilio Vaticano II y por una mala interpretación del mismo, la Eucaristía se ha convertido en un mero banquete que da pie a todo tipo de abusos litúrgicos sin medida: Misas en las que los sacerdotes aparecen vestidos o maquillados de payasos, en las que se da cabida a interpretaciones teatrales, en las que la comunidad cristiana se dispone alrededor del altar como si fuera un banquete de Navidad, y muchísimos abusos me que podemos encontrar en Youtube a poco que busquemos.
Este ataque a la esencialidad sacrificial de la Misa no hace sino enseñarnos que para el diablo la Misa es tan importante que hay que desvirtuarla y denigrarla hasta el infinito.
- Con el pretendido acceso a la comunión de los divorciados civilmente y recasados civilmente también se me ha planteado una duda desde el primer momento sobre este asunto. Por que se habla tanto del acceso a la comunión de estas personas y parece que no se incide en su salvación eterna o en la manera de sacrificarse? Todo está centrado en la comunión. Lo demás parece accesorio. Lo importante es garantizar la comunión de estas personas, aún en pecado mortal.
Evidentemente si no hubiera un interés del mal de denigrar la Eucaristía esto no tendría mucho sentido, por lo que es fácilmente atribuible al diablo está insistencia en este tema.
- Ahora volvemos a escuchar que ya se está trabajando en una renovación litúrgica que permita "compartir la mesa" con los protestantes. Si no hay una comunión doctrinal que vamos a compartir? Evidentemente están sentadas las bases para que esto suceda. Se aprobará una plegaria eucarística nueva (la quinta o la sexta) que será opcional (faltaría mas) pero que recogerá una versión light de la presencia eucarística de Cristo en el pan y el vino consagrados. Después del último Motu Proprio se ha allanado el camino hacia cualquier otra reforma de la Biblia o de otros textos litúrgicos que permitan nosotros textos mucho más adecuados para dicha perpetracion litúrgica.
Evidentemente está claro que la Eucaristía es el centro del ataque del diablo a la Iglesia. Eso nos demuestra la importancia del sacrificio eucarístico en la vida eclrsial y en la santificacion de los fieles. Quienes desde dentro de la Iglesia colaboren con toda esta destrucción deberían reflexionar y recapacitar sobre su responsabilidad en esta situación y como puede afectarles el día de su juicio.
miércoles, 1 de noviembre de 2017
martes, 31 de octubre de 2017
En este blog no celebramos la reforma protestante
Aunque nos quieran hacer aparecer ahora como bueno lo que fue un error herético de una persona que quiso ponerse al margen de la doctrina y la tradición de la Iglesia, no podemos aceptar que eso se convierta ahora en algo bueno.
Un error es un error siempre y lo que hay que hacer es pedir perdón y reintegrarse al camino perdido.
La Iglesia Católica puede tener cosas para cambiar, como institución gobernada aquí por hombres (aunque su último inspirador y cabeza sea Cristo). Pero jamás justificaremos que ningún error de la Iglesia pueda corregirse con haber llevado a la condenación a muchas almas a lo largo de la Historia.
De la reforma protestante se han derivado miles de iglesias autogestionadas por pastores de dudosa moral, negar la verdad como Palabra de Dios de los libros que no le sonaban bien a Lutero o sus seguidores, así como la negación de los sacramentos y su efectividad en la salvación de muchas almas que no los han recibido y no se han podido beneficiar de esos instrumentos de santificación que Jesús nos quiso dejar en su Iglesia.
No faltaron afirmaciones absolutamente denigrantes y blasfemas para la Iglesia, lo cual no podemos justificar de ninguna forma.
No es aceptable que lo que fue una desviación monumental se vea ahora como un pequeño escollo a saltar para encontrar una vía media que nos conduzca a sentarnos en la misma mesa. Para compartir algo hay que tener algo que compartir y el Cuerpo de Cristo hace tiempo que renunciaron a Él los protestantes.
Que no vengan a que tenemos que renunciar a la presencia de Cristo tal y como la Iglesia la ha proclamado en su Historia, que no lo vamos a consentir.
Un error es un error siempre y lo que hay que hacer es pedir perdón y reintegrarse al camino perdido.
La Iglesia Católica puede tener cosas para cambiar, como institución gobernada aquí por hombres (aunque su último inspirador y cabeza sea Cristo). Pero jamás justificaremos que ningún error de la Iglesia pueda corregirse con haber llevado a la condenación a muchas almas a lo largo de la Historia.
De la reforma protestante se han derivado miles de iglesias autogestionadas por pastores de dudosa moral, negar la verdad como Palabra de Dios de los libros que no le sonaban bien a Lutero o sus seguidores, así como la negación de los sacramentos y su efectividad en la salvación de muchas almas que no los han recibido y no se han podido beneficiar de esos instrumentos de santificación que Jesús nos quiso dejar en su Iglesia.
No faltaron afirmaciones absolutamente denigrantes y blasfemas para la Iglesia, lo cual no podemos justificar de ninguna forma.
No es aceptable que lo que fue una desviación monumental se vea ahora como un pequeño escollo a saltar para encontrar una vía media que nos conduzca a sentarnos en la misma mesa. Para compartir algo hay que tener algo que compartir y el Cuerpo de Cristo hace tiempo que renunciaron a Él los protestantes.
Que no vengan a que tenemos que renunciar a la presencia de Cristo tal y como la Iglesia la ha proclamado en su Historia, que no lo vamos a consentir.